jueves, 29 de noviembre de 2007

¡Soy feo!...¿Y qué?

Estos últimos días un extraño virus me ha tumbado en la cama; durante este tiempo mis compañeros de fatigas han sido mi portátil, los libros y de vez en cuando la televisión.
Os puedo asegurar que la programación de TVE Internacional, no es algo digno de mención, al menos lo que yo he visto, por lo tanto no es necesario estar pendiente de ella, no obstante sirve perfectamente como acompañante en el sopor de la fiebre.
Una mañana en que estaba más atontada de lo normal, hubo una noticia que me llamó la atención, no por lo sensacionalista de la misma, si no por lo absurdo del tema.
Una señorita muy bien dispuesta y micrófono en mano, apareció en la pantalla con cara de preocupación extrema por el protagonista de la crónica.
Un hombre de mediana edad y en el paro, hasta ese momento todo era normal; no debería ser normal estar en el paro pero es otra historia ¿entonces qué era lo que hacía a aquel caballero tan especial para que fuera digno de un reportaje televisivo?
La reportera, empezó a preguntarle cuanto tiempo hacía que estaba en el paro, él contestó que cuatro años y que lo estaba pasando muy mal, creo que como todos los que están en su misma situación, también dijo que tenía dos carreras universitarias y hablaba tres idiomas. Desde luego le preguntó que si se dedicaba a buscar empleo y el señor dijo que salía todos los días sin haber conseguido ninguno.
Cuando la amable muchacha le preguntó extrañada: ¿Cómo puede ser qué en cuatro años no haya conseguido un sólo empleo?, el hombre la miró con una sonrisa triste pero a la vez satisfecha, por fin le había hecho la pregunta indicada y soltando un profundo suspiro dijo:
-¡Por feo!
Hasta ese momento yo había estado tirada en la cama con la vista perdida en la pantalla, pero al oír aquello, mis ojos se abrieron como platos e inmediatamente me incorporé para observar mejor a aquel señor que decía que era feo, lo miré desde todos los ángulos posibles, y la verdad, por mucho que lo examiné no le encontré nada que a mi me pareciera antiestético.
El señor no hacía más que quejarse de lo mal que lo trataban en todas partes, ¡durante cuatro años!, incluso había puesto demandas por ese motivo, diciendo que hasta en los juzgados lo habían discriminado por gordo, añadiendo incluso que su esposa se había divorciado de él por feo. Pero para mi, ese señor no era lo que él y la señorita estuvieron insistiendo durante todo el reportaje.
La belleza es algo muy subjetivo, y creo que hoy en día la gente está más obsesionada con su aspecto físico que con lo que se es interiormente, no somos maniquíes de escaparate, ser altos, bajos, gordos, delgados… es una de las cosas que nos hace seres individuales y únicos, pero últimamente parece ser que la gente se está creando según cánones establecidos por no se quien, formando de esta manera, una manada de ovejas sin criterio propio, y lo que es peor, originando enfermedades fatales que pueden llevar a la muerte.
Las salas de espera de los cirujanos plásticos parecen supermercados, ¿Quieres labios más sensuales?, colágeno, ¿glúteos levantados? Silicona, ¿cintura más delgada?, pues nada, un par de costillas fuera, ¿rellenar camisetas?, más silicona, ¿nariz muy larga?, pues se corta, ¿es corta?, no hay problema, se alarga, ¿quieres formar parte de la manada? no te preocupes, lobotomía, todo sea con el fin de hacernos ver eternamente jóvenes.
He conocido gente en México que dos veces al año se enyesa el torso durante quince días, sólo para poder lucir más delgados y gozar de menos cintura durante un tiempo y si me reúno con conocidas, se que el tema de conversación terminará girando sobre todas las dietas habidas y por haber, está bien que cuidemos nuestro cuerpo para sentirnos mejor, pero creo que lo estamos llevando a límites absurdos.
En los concursos de belleza de Colombia, no son admitidas chicas que tengan más de cinco cirugías plásticas, ¿Decidme pues, dónde está la hermosura si todo está retocado?
La belleza para mi es un conjunto de cualidades tanto físicas como espirituales, se puede ser “feo”, pero ser una persona tan simpática, tan rica interiormente, que esa “fealdad” se nos olvide por completo y la veamos “atractiva”. Por otro lado, he conocido personas sumamente guapas que necesitaban urgentemente cirugía plástica en el alma o en el cerebro, si esto fuera posible, claro.
Siempre he pensado que las arrugas de la cara son el mapa de nuestra vida y según mi opinión, borrarlas es sinónimo de que uno no está satisfecho con la vida que ha tenido.
Para terminar, os diré que hay algo en este tema que me preocupa terriblemente, y es si las bolsas de siliconas son biodegradables, no sea que después de habernos convertido en una imagen prefabricada, contaminemos aún más el planeta llenándolo de bolsitas de relleno.

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