miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡Viva las Vegas!


Este verano he pasado tres semanas en México, como siempre ha sido una delicia y me he divertido de lo lindo, allí tengo muy buenos amigos.
Una de ellos y mucho más que una amiga, es Ada, es una mujer con un corazón enorme, sentido común como he visto en pocos y muy sabia, aunque ella no quiera reconocerlo; deliciosamente loca y un sentido del humor impresionante.
Pues bien, Ada es especial y tiene una forma muy peculiar de contar las cosas, lo hace de tal manera que es imposible imitarla pues usa unas expresiones que la hacen única.
Durante estas vacaciones me puso al día de muchas cosas que pasaron durante los dos años que no nos vimos y entre ellas también contó alguna que otra anécdota que no conocía y cuando ella me cuenta algo nunca pongo en duda su veracidad.
Ahora voy a contaros una de esas anécdotas y que hicieron que todos los que allí estábamos nos muriéramos risa, no sólo por el hecho, si no también y como ya he dicho antes por la forma que tiene de contar las cosas.
Una pareja de recién casados hijos de una amiga de Ada, vecinos de un pueblo de México y parece ser que no muy expertos en viajes al extranjero, decidieron ir de luna de miel, nada más y nada menos que a Las Vegas, Nevada, Estados Unidos de América.
Desde luego, la familia los aleccionó sobre las medidas a tomar para evitar problemas en ese lugar de orgía y desenfreno y los avisaron hasta la saciedad sobre la depravación, el vicio, la delincuencia, que hacen a Las Vegas, la Sodoma y Gomorra moderna.
Esta pareja, llegó al hotel tan obsesionada con la seguridad que debían tener todo en todo momento, que se pasaron el viaje desconfiando hasta de su propia sombra y creo que no llegaron a divertirse todo lo que les hubiera gustado.
Una mañana y mientras estaban disfrutando del sol en la piscina del hotel, la muchacha descubrió horrorizada que había dejado olvidadas las tarjetas de crédito en la habitación, así que sin pensarlo dos veces y en bikini, se dirigió rápidamente al elevador para rescatar las tarjetas en peligro.
Como la piscina se encontraba una planta más abajo que la recepción, al llegar al primer piso, las puertas se abrieron y entró, lo que según ella era un “negro de proporciones descomunales” con un perro.
Y teniendo en cuenta todo lo que le habían advertido, lo primero que pensó fue:
-¡Dios, me van a violar!, mejor me quedo quieta y a ver si consigo escapar del ataque.
Así que se quedó en un rincón del ascensor, sin atreverse a mover, en ese momento el hombre dio una orden, “sit”, desde luego dedicada al perro, pero nuestra amiga estaba en tal estado de espanto que inmediatamente se sentó en el suelo y se quedó allí, pensando que si colaboraba quizás no sería tan traumática la agresión y acuclillada en el rincón, esperó que llegara el fatídico momento.
Lo que llegó fue el ascensor al piso donde ella tenía que bajar. Si el hombre ya estaba extrañado por el inusual comportamiento de la muchacha hasta ese momento, lo que estaba viendo ahora, rozaba el esperpento.
Y es que la chica, asustadísima y con mucho tiento, estaba saliendo del ascensor a cuatro patas y de esta guisa se estaba encaminando a su habitación, así que a gatas recorrió el pasillo que la separaba de su “agresor”, mientras que de vez en cuando dirigía alguna mirada sobre su hombro, controlando por si el monstruo se iba hacia ella, aunque realmente lo que él estaba haciendo, era mirarla desde donde estaba, cada vez más sorprendido por aquel comportamiento tan extraño. Cuando la señorita llegó a su habitación y con un ataque de pánico debido al espantoso momento que acababa de pasar, llamó inmediatamente a recepción y avisó del asalto al cual había escapado….
Desde luego, en el hotel se disculparon por el terrible momento que había pasado la señora y le aseguraron que en su hotel la seguridad era muy buena y que jamás les había ocurrido algo parecido, pero que investigarían.
En fin, los días pasaron y nadie le supo decir que había pasado con su “agresor” y sin noticias del hombre en cuestión terminó la luna de miel, cuando fueron a abonar la cuenta del hotel, el recepcionista les informó que la cuenta estaba pagada, ellos se miraron extrañados ya que ninguno de ellos lo había hecho, pero un sobre que en ese momento le tendían a ella los sacó de dudas, dentro, una corta nota decía así:
Jamás en mi vida me he divertido tanto como el día en que me la encontré a Usted en el elevador, es por eso que me atrevo a hacerle este pequeño regalo como muestra de mi agradecimiento.
Muchas gracias.
Lionel Richie
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miércoles, 13 de agosto de 2008

Cambiemos paradigmas


“Paradigma es como el sistema de creencias inconscientes de una cultura. Vivimos y respiramos esas creencias y pensamos e interactuamos de acuerdo con ellas"
"¿Y tu qué sabes?"

Nuestra actual civilización está en un grave momento, no se trata solamente de ecología, es mucho más que eso, y la raíz del problema se encuentra en la forma en que hemos enfocado las cosas.
Sea lo que sea, creo que ha llegado el momento de que empecemos a ver las cosas de otra manera, pues ha quedado suficientemente demostrado que de esta no está funcionando para nada, es más, cada vez estamos peor y si no ponemos remedio a la forma en que actuamos, vamos de cabeza al desastre.
Hasta ahora nos hemos dejado llevar e influenciar por lo que nos han hecho creer, tanto nuestros gobiernos como nuestras religiones organizadas. Estos dos estamentos se han dedicado a interpretar las cosas a su manera y hacernos creer que tienen la verdad.
¿La verdad de qué, cuál es, quién la tiene, acaso la tienen todas las religiones que hay en el mundo, es propiedad de los políticos o quizás la tendrá alguna de las razas qué conforman el género humano?
Los seres humanos siempre hemos tenido el convencimiento de que todo lo que nos rodea nos pertenece y lo que es más, que las personas que tenemos más cerca de nosotros también son nuestra posesión.
Hemos dividido el planeta en porciones y a esos pedazos los hemos llamado países, los nuestros. Hemos tomado posesión de ellos y no sólo del suelo que pisamos, si no de lo que hay en el subsuelo y hasta del cielo sobre nuestras cabezas, y si hemos creído que este era demasiado pequeño, o que no teníamos suficiente, no nos ha importado invadir el de al lado. Hemos matado por ellos, nos hemos dejado matar y eso lo hemos encontrado justo y necesario, todo por “nuestros” países.
Hemos destruido pueblos enteros en el nombre de Dios, porque se nos ha dicho que los que no creen en el mismo que nosotros no son poseedores de la verdad, por lo tanto deben desaparecer por órdenes del Creador. Se nos ha hecho creer que somos pecadores y por esa causa él está alejado de nosotros, sea el que sea, y si no cumplimos sus “mandamientos”, él nos castigará o nos condenará al fuego eterno, en definitiva, se nos ha dado la forma de pensar, qué pensar y cómo, y a veces hasta cuando hacerlo.
Como ya he dicho antes, no sólo se trata de ecología, estoy hablando de todo, desde economía, política, religión, justicia… en fin, todo. Empezando por nosotros mismos y la manera en que vemos las cosas que nos rodean y la forma en que nos vemos.
Hasta ahora hemos vivido con las creencias que nos han dado gobiernos y religiones desde que éramos niños y la razón es porque la mayoría de la gente prefiere permanecer en la seguridad de lo conocido y no ponerse a pensar en cosas raras, que lo único que harán es sacarnos de nuestra inconsciente comodidad.
Nuestros gobernantes se han encargado de que todo lo veamos como ellos quieren, del mismo modo que lo ha hecho la religión durante siglos; claro, tantos años de la mano al final el alumno termina aprendiendo.
El miedo, la desinformación y la manera en que nos mantienen en la inopia alimentando nuestra “inteligencia” con basura que no lleva a ningún lado, pero que sí nos mantiene adormilados, son sus armas.
Hasta ahora lo único que hemos estado haciendo en nuestra inconsciencia del dejarnos llevar y seguir en la seguridad de nuestros viejos paradigmas, es hacer sufrir nuestro planeta, saquear sus recursos y despojar su pureza, así que, nuestro mundo contaminado ha entrado en barrena hasta llegar al borde de la extinción.
Pero el problema más serio es que, el viejo modelo no ha hecho bastante para que el ser humano deje de sufrir, no lo ha liberado de la pobreza, de la injusticia y de la guerra. Incluso podríamos decir que muchos de estos problemas, han empeorado por causa del paradigma que ha imperado tanto tiempo.
En este momento hay millones de personas que se han dado cuenta que es tiempo de cambiar y si lo que realmente queremos es un mundo que viva en paz y armonía aún estamos a tiempo de hacerlo y teniendo en cuenta que las creencias crean conductas, entonces…
…Por qué no cambiar nuestros viejos paradigmas para crear nuevas conductas.

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miércoles, 6 de agosto de 2008

Las intenciones del Señor


Entonces Moisés decidió tener una charla con Dios y le dijo así:
-¿Señor, por qué castigas de esta manera a este pueblo, para que me enviaste aquí?, Desde que vine a hablar con el faraón, este ha maltratado aún más a tu pueblo y tu no has hecho nada para salvarlo.
No se de que se extraña ahora este tipo, el Señor ya se lo dijo, le contó cuáles eran sus planes, Dios ya le había dicho que haría que el faraón se pusiera terco y no los dejase salir, así que no entiendo ahora a que viene esta queja, lo tenía que haber hecho antes, vamos, creo yo, si él no entendía que tenía tratos directos con él, menos lo vamos a entender nosotros, pero bueno, ya sabéis, designios…
Y como ya os podéis imaginar la respuesta no se hizo esperar, pues el Señor le contestó:
-“Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón, porque sólo por la fuerza os dejará salir de su país; es más, él mismo os dirá que se vayan.
Acabáramos, así es como pensaba el Señor, fastidiarlo hasta que el hombre dijera, ¡Qué se vayan, qué me dejen tranquilo, no quiero verlos más!
Moisés ya se daba por satisfecho con la respuesta, pero parece que Dios no había terminado de decir todo, así que se tuvo que dar media vuelta y volver a ponerse de rodillas mientras el Señor le decía otra vez lo de los tres de siempre, lo del pacto con ellos y que nunca les había dicho su nombre y que su nombre es el Señor, le habló de que les había prometido darles la tierra de Canaán, o sea en la que vivieron como extranjeros por algún tiempo.
Y añadió que ahora que había oído que los israelitas sufrían y los egipcios los obligan a trabajar se había acordado de su pacto; ¡Qué memoria, qué memoria!, y yo me sigo preguntando, ¿No qué lo ve todo?, ¿hasta ahora no se había dado cuenta de que esta gente estaban trabajando como animales?, seguro que está muy ocupado vigilando los pecados que cometemos y no se da cuenta de las que pasan en su reino, o es que además de que tiene mala memoria, es un despistado de cuidado, porque si no ya me dirás, pero prosigamos con las palabras del Señor
-“Voy a liberarlos de su esclavitud, desplegaré mi poder y los salvaré con grandes actos de justicia, diles que los tomaré como mi pueblo”
¿Qué no lo son todos los pueblos de la tierra, o es qué ellos son mejores por algo qué no sabemos y a los otros los va a repudiar?, otra pregunta; ¿Si el Señor, que es omnipresente, se hubiera dado cuenta antes la cosa no hubiera sido más fácil? , ¿El guión ya estaba escrito y no se podía cambiar, o sólo quería demostrar lo poderoso qué es?
-“Así sabrán que soy el Señor su Dios, el que los salvó de los duros trabajos a los que habían sido sometidos por lo egipcios”; claro que no dice que nada de esto hubiera pasado si él no lo hubiera empezado, enviando a José a Egipto a descifrar sueños.
Bueno, poco a poco nos vamos dando cuenta de que va todo eso, señores, vanidad, simplemente vanidad.
Así que el pobre Moisés ya lo ves corriendo a llevar el recado a los israelitas, y claro, estos no le hicieron el más mínimo caso, la cosa parecía recochineo, de verdad.
Entonces Dios le volvió a decir a Moisés:
-“Ve a decirle al faraón que deje salir de Egipto a los israelitas.
Moisés, con un profundo suspiro, le dijo:
-Pero si ni los israelitas me hacen caso, como vas a pretender que el faraón lo haga, además tu ya te has encargado de que el faraón esté cada vez más cabezota en no dejarlos salir, así que ya me dirás, y teniendo en cuenta lo torpe que soy para hablar, pues más a su favor, se va a morir de la risa.
El pobre Moisés ya empezaba a estar un poco harto de ir todo el día arriba y abajo con recaditos del Señor y encima, que nadie le hiciera el más mínimo caso.
Pero el Señor insistió y le dijo:
-“Ve ante el faraón y exígele que deje salir a los israelitas de Egipto”
-Señor, ya te he dicho que soy muy torpe hablando, que no me hará caso, créeme, yo sé lo que me digo, hazme caso por una vez, que no se hablar.
Así que el Señor le dijo:
-“Está bien, mira voy a permitir que actúes en mi lugar ante el faraón y que tu hermano Aarón hable por ti, Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y entonces yo descargaré mi poder sobre Egipto y con grandes actos de justicia yo sacaré de allí a mi ejercito, es decir a mi pueblo, a los israelitas. Y cuando haya hecho esto, los Egipcios sabrán que soy el Señor”
A todas estas, parece ser que Moisés no era el chaval atlético que nos presentaron en la película, ni mucho menos, Charlton Heston era joven en aquella época, pero Moisés tenía entonces ochenta años y su hermano ochenta y tres, desde luego, no eran unos chavalitos como para andar todo el día arriba y abajo con recaditos para todo el mundo.

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De vuelta

Hola a todos, qué os puedo decir..., ya veis, de regreso, si, así es, se terminaron mis vacaciones.
Después de estar en mi querido México y en mi ciudad natal, Barcelona, estoy de nuevo teclas en ristre, con la cabeza desempolvada y con locuras nuevas.
A los que no se han cansado de esperar les doy las gracias por su fidelidad y su paciencia infinita.
Así que sin más preámbulos ni dilaciones voy a seguir con mi relato de Moisés e iré intercalando algunas cosas nuevas; tanto si os gustan como si no, me gustaría saber vuestras opiniones, por favor no dejéis poner vuestros comentarios, gracias

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lunes, 16 de junio de 2008

Babel ya no es lo que era


Supongo que todos habréis oído hablar de la Torre de Babel y también que Dios evitó que llegara al cielo haciendo confundir a sus constructores al haceros hablar diferentes idiomas; se nos ha hecho creer que la aparición de todas las lenguas es el castigo de un creador vengativo para que los hombres jamás pudieran llegar juntos a algo que representara una amenaza para la grandeza del Señor.
Prefiero pensar que las diferentes formas de expresión son el resultado de la situación geográfica de cada una de las etnias que componen el conjunto de la humanidad y su necesidad de expresarse.
Hoy en día la globalización ha hecho que cada vez la gente esté más cerca la una de la otra y que las barreras idiomáticas y culturales sean cada vez más difusas.
Cuando se casó mi hijo mayor, el juzgado de Bellagio parecía una sucursal de la Naciones Unidas, mi nuera es colombiana, mi hijo alemán, el padrino mexicano y yo que como todos sabéis soy española, así que en el momento de la ceremonia, en la mesa del juzgado, éramos seis personas y cinco nacionalidades distintas y para acabarlo de arreglar, la boda nos fue traducida al inglés.
En todos los países en que he estado viviendo, me he encontrado con gente de diferentes nacionalidades, pero ni siquiera en Panamá he visto la cantidad de gente de todo el mundo como desde que estoy en el Medio Oriente, aunque esto pueda sonar extraño.
Y aunque donde estoy ahora no es Dubai y no hay ningún atractivo turístico, la gente busca la manera de ganarse la vida en los lugares más insospechados y mientras se tengan ganas de aventura y el sueldo sea conveniente, nunca dejaran de haber personas dispuestas a viajar por el mundo con la casa a cuestas, yo soy una de ellas.
En el año y medio que llevo en Kuwait, he conocido muchas personas de diferentes lugares del mundo y poco a poco hemos formado un grupo un tanto variopinto con el que nos sentimos muy a gusto.
Roque y Adriana, peruanos, Patricio y Belén, ecuatorianos, Claudia y Narda mexicanas, Nadal francés, Chadia tunecina, Ralph alemán y la que escribe española, como veis otra sucursal de las Naciones Unidas.
Se supone que el idioma común debe ser el inglés, pero la verdad es que hablamos de todo un poco, solemos usar nuestros idiomas maternos y aprendidos, alternándolos con tanta facilidad que a veces no nos damos cuenta en qué idioma estamos hablando, alemán, árabe, catalán, español, francés, inglés, en fin, de todo y lo bueno del caso es que nos entendemos y encima nos lo pasamos de lo mejor.
Claudia es la veterana en el país, casada con kuwaití, está afincada aquí desde que las ranas usaban sable, así que su conocimiento del árabe es muy bueno, ella tiene una frase que define perfectamente a lo que me estoy refiriendo:
“Yel.la, bye , mija”..., que traducido quiere decir, “venga adiós, mi hija”, cómo veis la mezcla es singular y ella no es la única. Palabras como Yel.la, habibi, insha allah, al ham do li allah…, se han mezclado con nuestro vocabulario y son de uso frecuente que combinadas con los giros y expresiones de otros idiomas y del propio, forman un vocabulario bastante exótico.
Lo más normal del mundo en algún evento es que en tu mesa coincidan tres o cuatro nacionalidades diferentes, salir a la calle, entrar en un centro comercial o simplemente ir a comprar al super, son lugares donde fácilmente puedes estar rodeado de gente de todo el mundo.
Es admirable ver como gente de diferentes culturas, credos y condiciones pueden convivir, ya sea en Emiratos Árabes Unidos, Kuwait o en cualquier otro lugar, respetándose los unos a los otros y sin problemas de ninguna clase.
Lo que realmente no me cabe en la cabeza y después de haber visto lo anterior es que, en el resto del mundo no pueda pasar lo mismo, aunque no creo que este problema sea debido a la gente en sí, sino más bien a los gobiernos y grupos de desaprensivos que crean el temor hacia diferentes razas y culturas, manipulándonos hasta crear un ambiente de crispación y odio, ya sea a través del terrorismo o de la idea de la salvación, para luego erigirse en protectores de débiles y oprimidos y con la excusa de nuestra liberación se toman la licencia para mantenerse en el poder y ya en faena, llenarse los bolsillos a costa nuestra.

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lunes, 9 de junio de 2008

Animales de compañía


En la actualidad se generan cantidades masivas de noticias, sucesos, deportes, política, sociedad, arte, pero también hay noticias raras, a veces divertidas y otras no tanto, pero que son raras...
Yo creía que en el mundo de los animales que uno puede llegar a tener como mascotas había visto cosas raras, pero lo que le pasó a este individuo francés es absurdo.
Un señor francés, único dato que se da en la noticia, se levantó muy temprano esa mañana de Mayo de este mismo año, pues debía hacer un viaje en tren, tampoco sé por qué ni a donde iba, pero debía viajar y con él iba a llevar una caja con caracoles vivos, si caracoles, de esos normales y corrientes que los franceses llaman “scargots” y que también se comen.
Así pues, con la caja se dirigió a la estación, pagó su billete y salió al andén a esperar la llegada del tren, cuando este llegó, subió y se sentó dispuesto a disfrutar del trayecto.
Al poco rato de marcha, la inspectora se presentó en el vagón y fue pidiendo billetes a los pasajeros, cosa bastante normal, al llegar al asiento donde se encontraba nuestro amigo, la controladora de la compañía francesa de ferrocarriles “SNCF”, le pidió el billete para marcarlo como revisado, pero al reparar en la caja le preguntó con la autoridad que le confería su cargo:
-¿Qué lleva en esa caja?
A lo que el hombre le contestó muy amablemente:
-Unos caracoles.
-¿Y dónde está el billete de los caracoles?, le preguntó la señora o señorita muy en su lugar.
El hombre se la miró desconcertado y le dijo:
-¿Cómo qué dónde está el billete para los caracoles?, no entiendo.
-No se haga el que no entiende ahora, ¿usted no sabe qué los animales domésticos deben pagar el billete reglamentario?, no pueden viajar gratis caballero, aquí paga todo el mundo.
-Vayamos por partes, -siguió diciendo la eficaz empleada, -¿cuánto pesan los caracoles?
-¿Cada uno o todos juntos?, porque normalmente se pesan en grupo, o sea que los venden por kilos- le preguntó el caballero irónicamente.
-¿Me está tomando el pelo?, todos juntos, desde luego ¿dígame, cuánto pesan?
-Pues no sé…, -le contestó atónito-, como unos tres kilos más o menos.
-Entonces me debe abonar 5.10 euros, que es el importe de la multa por transportar, sin billete, animales domésticos de menos de seis kilos.
Desde luego, la conversación no había pasado inadvertida para el resto de los pasajeros del vagón y claro, el cachondeo que se organizó fue de los que hacen época, pues una cosa es llevar un perro, un gato o un canario, pero los caracoles nunca han sido considerados, al menos para mi, como animales de compañía.
Claro que cada uno puede tener las mascotas que les dé la gana, pero nunca he visto a nadie que saque a pasear a un caracol y tampoco se me ocurriría que este buen señor los llevara con él, para que no se quedaran solos y tristes en su casa mientras estaba de viaje.
Ni tampoco he visto, en los veintidós años que hace que tengo animales de compañía, que nadie haya llevado a su caracol Miguelito al veterinario para ponerle sus vacunas o porque sufriera alguna afección pulmonar o algo parecido, así como tampoco he encontrado en los estantes de comida para mascotas, galletitas para gasterópodos, pero claro, todos son gustos y sobre ellos no hay nada escrito e imagino que estos babosos y lentos animalitos con unas hojitas de lechuga se conformarían si es que a alguien se le ocurriera tener uno como mascota.
Más bien creo que el estupefacto caballero los debería llevar a casa de algún amigo para que estos fueran los protagonistas y artistas invitados de un suculento almuerzo.
Desde luego y frente a las repercusiones y el pitorreo provocados por el hecho, la SNCF se comprometió a devolver los 5.10 euros al propietario de los caracoles; supongo que, de paso, también avisarían a su eficiente empleada, que el reglamento se aplica, claro que sí, pero que los caracoles por muy vivos que estén, no son animales de compañía ni mucho menos domésticos, por lo tanto no pagan.

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domingo, 1 de junio de 2008

Moisés regresa a Egipto


Moisés, regresó corriendo y muy alterado a casa de su suegro y le dijo:
-Tengo que regresar a Egipto, donde están mis hermanos de raza. Quiero ver si todavía viven.
-Anda, que te vaya bien-, contestó su suegro.
Se ve, por la forma de contestar, que el hombre tenía unas ganas terribles de quitárselo de encima, no me extraña, ¡Por Dios, lo invitó a comer!, es que no me lo puedo sacar de la cabeza, ¡A comer!, ¿Os podéis imaginar?, vosotros invitáis a comer a alguien y este se queda a vivir, se casa con vuestra hija, si es que la tenéis, claro y ve tu a saber cuantos años se quedaría hasta que dijo que se iba, desde ese punto de vista, la contestación del pobre suegro, por muy seca que suene, es totalmente razonable, ¿No creéis?.
Así que Moisés se puso en camino, y mientras aún estaba en la región de Madián, el Señor, se le apareció de nuevo a Moisés y le dijo:
-“Regresa a Egipto pues ya han muerto todos los que querían matarte”.
¡Hombre!, también se podía haber fijado antes, ¿No?, porque ya me dirás tu, el pobre Moisés carga con todas sus cosas, su esposa Séfora, el chico y ¡Hala!, para Egipto que el Señor lo ha dicho, ¿y si resulta que no se ha muerto el Faraón y aún pesa sobre su cabeza la pena de muerte, qué?, ¿Entonces, qué pasa, eh, que hubiera pasado?, esas cosas hay que planearlas con tiempo, ¡Vamos, digo yo!.
Así que de nuevo se montaron en el asno y se encaminaron a Egipto sin olvidar el bastón de Dios en la mano.
Parece ser que por el camino tuvo varios encuentros con el Señor.
En uno de ellos, el Señor le dijo:
-“Cuando llegues a Egipto, pon toda tu atención en hacer ante el faraón las maravillas que te he dado el poder de realizar.
Yo, por mi parte, voy a hacer que él se ponga terco y que no deje salir a los israelitas. Entonces le dirás al faraón: Así dice el Señor: Israel es mi hijo mayor.
Ya te he dicho que dejes salir a mi hijo para que vaya a adorarme; pero como no has querido dejarlo salir, yo voy a matar a tu hijo mayor”.
La verdad, es que no entiendo eso de que iba a hacer que el faraón se pusiera terco, por un lado quiere que los deje salir y en cambio por el otro, dice que él mismo hará que no los deje salir, ¿Qué es lo que se trae entre manos?
Y eso de que si no los deja ir matará a su hijo, al del faraón, o sea, y para aclarar la situación:
Moisés llega ante el faraón para hacer una petición; que los deje salir a adorar a su Dios, el poderoso aliado que tiene y que supuestamente debe hacer todo para que los deje ir, va a hacer que este se ponga terco y por si esto fuera poco, lo amenaza con matar a su hijo si no los deja salir, esto no tiene sentido, ningún sentido, pero sigamos para ver si esto se aclara, que esto debe ser otro de esos designios raros de entender.
Si lo anterior no tiene sentido, lo que viene ahora mucho menos, porque en las “Escrituras” sigue diciendo:
Durante el camino y en el lugar donde su familia iba a pasar la noche, Dios le salió al encuentro y quiso matarlo.
¿Ya se había dado cuenta de que Moisés no era el indicado y no sabía cómo decírselo?
Porque después del rollo que le contó en el monte con la zarza y todo el lío del bastón, la lepra y del cabreo que cogió con las excusas de Moisés, yo creía que la cosa ya estaba clara y que Dios estaba decidido de que sería Moisés quien haría el trabajo, así que no entiendo a que viene eso ahora de querer cargárselo, no lo entiendo, ni tampoco dice nada de eso en la “Escrituras”, pero bueno, sigamos.
Entonces Séfora, ni corta ni perezosa fue rápidamente a buscar un cuchillo de piedra y le cortó el prepucio a su hijo; o sea la pielecilla del minganillo, y tocando con el prepucio los pies de Moisés le dijo así:
-En verdad, tu eres para mi un esposo de sangre.
¡Qué cosa más asquerosa!, ¿Por qué haría una cosa así?, ¿Qué sentido tiene?, pero debería ser algo muy importante porque entonces el Señor lo soltó y Séfora dijo entonces que Moisés era esposo de sangre debido a la circuncisión.
¡Qué cosas más raras hacían en aquellos tiempos!, la verdad es que ellos se debían entender, porque yo no entiendo nada.
A todas estas, el Señor ya se había encontrado con Aarón y le había dicho:
-Ve al desierto a encontrarte con tu hermano.
Y claro, quién iba a hacer lo contrario, así que los dos hermanos se encontraron en el monte de Dios y se abrazaron efusivamente con besos y abrazos.
Moisés lo puso al día de las cosas, le contó lo que el Señor le había dicho y también la grandes maravillas que el Señor le mandaba hacer.
Los dos juntos se fueron a reunir con los ancianos de Israel, y allí Aarón les contó que el Señor se le había aparecido a Moisés y sin ninguna duda lo creyeron y se inclinaron en actitud de adoración.
¡Tanto miedo, tanto miedo!, ya ves, lo creyeron de inmediato. ¡Hombres de poca Fe!
Así que bien contentos por el éxito que habían tenido con los ancianos, se fueron a ver al faraón y una vez allí le dijeron muy confiados:
-Verás, venimos a ti porque el Señor nuestro Dios se ha comunicado con nosotros y ha dicho así:
-Deja ir a mi pueblo al desierto para que hagan una fiesta allí en mi honor.
¡Hala!, parece que la reunión con los ancianos los animó de lo lindo, porque la cosa era que tenían que ir al desierto a hacerle ofrendas y de ofrendas estos dos se fueron directos a una fiesta.
El faraón muy puesto en su sitio les contestó muy serio y propio:
-¿Y quién es el “Señor”, para que yo deje ir a los israelitas?
Claro, como nunca había dicho su nombre, pues no me extraña, ¿Cómo iba a saber quién era el Señor?, pero sigamos escuchando que la cosa aún no había terminado, pues el faraón era un tanto chulo.
-Ni conozco al Señor ni voy a dejar ir a los israelitas.
Y entonces ellos, muy puestos en el papel, le dijeron de esta manera:
-El Dios de los hebreos ha venido en nuestro encuentro, así que vamos a ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios, no sea que nos haga morir por una peste o a filo de espada.
Bueno, ellos lo conocían bien y sabían cómo se las gastaba, pero de todas maneras también se lo dejaron caer para que viera, que tampoco su Dios era como para tomárselo en broma.
El faraón que se había puesto terco, eso ya lo sabían ellos que pasaría, así que no se extrañaron cuando les dijo:
-Moisés, Aarón, ¿Porqué distraen a la gente de su trabajo?, ¡Vayan a seguir trabajando!
Y siguió diciendo:
-Ahora que hay tantos israelitas en el país, ¿Vais a hacer que dejen de trabajar?,- levantándose del trono salió de la sala, dando la audiencia por terminada.
Más tarde y con muy mala idea, por no decir otra cosa, convocó a sus capataces y les dijo de esta manera:
-Ya no les deis más paja a los israelitas para que hagan adobes, como se ha estado haciendo, ¡Qué vayan ellos mismos a buscarla. Pero exigidles la misma cantidad que han estado haciendo hasta ahora, ¡Ni un adobe menos!, son unos holgazanes y por eso gritan: ¡Vayamos a ofrecer sacrificios a nuestro Dios!
La cosa se les estaba poniendo chunga a los pobres israelitas, de verdad esas ideas de Dios no hay humano que las entienda y siguió diciendo:
-Haced trabajar más duro a esa gente; mantenedlos ocupados para que no hagan caso a mentiras.
Los capataces salieron volando a impartir las órdenes pertinentes
Así que los israelitas se dispersaron por todo el país en busca de paja y desde luego los capataces les exigían la misma cantidad de adobes que hacían antes y encima de eso, además golpeaban a los jefes de grupo israelitas preguntándoles:
-¿Porqué no hacéis la misma cantidad de adobes que hacíais antes?
Hartos de aquellos tratos, los jefes de grupo israelitas se fueron ante el faraón y le plantearon el problema.
-Antes se nos daba la paja y ahora no nos la dan y encima nos exigen el mismo número de adobes que antes y por si esto no fuera poco encima se nos golpea. La culpa es de la gente de vuestra Majestad
Pero el faraón erre que erre, les dijo:
-Lo que pasa es sois unos holgazanes y vais diciendo por ahí, ¡Vayamos a ofrecer sacrificios a nuestro Señor!, ¡Iros a trabajar!, tendréis que seguir buscando la paja y haciendo el mismo número de adobes que hacíais antes.
Cuando salieron de hablar con el faraón, estos se encontraron con Moisés y con Aarón que los estaban esperando y estos les hablaron de esta manera:
-Vosotros sois los culpables de lo que os pasa con el faraón y de que este ahora nos mire mal a todos, ¡Qué el señor vea que es lo que habéis hecho y os castigue!, vosotros mismos habéis puesto la espada en sus manos para que os mate.
Aquella pobre gente no entendía nada, lo de los adobes había empezado desde que aquellos dos locos habían llegado y habían estado hablando con el faraón, ¿Y ahora resultaba qué eran ellos los culpables de todo aquel desaguisado?, ¡óigame no!

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domingo, 25 de mayo de 2008

Dios llama a Moisés


Moisés cuidaba las ovejas de su suegro que era sacerdote de Madián.
Un día en que las había llevado a través el desierto, llegó hasta el monte de Dios llamado Horeb.
Allí el Ángel del Señor se le apareció en la forma de una llama de fuego, en medio de una zarza, Moisés, estuvo mirando durante un rato como la zarza ardía con el fuego pero que esta no se consumía, y mientras se acercaba a ella pensaba:
¡Qué cosa más rara!, Voy a ver porque no se termina de quemar.
Así que Moisés se acercó a la zarza, Dios, que por supuesto lo ve todo, al ver que Moisés se acercaba a la zarza, lo llamó
-“¡Moisés!, ¡Moisés!”
Y Moisés que había ido a un colegio de pago y tenía una buena educación por supuesto, y aunque no veía a nadie, rápidamente contestó:
-Aquí estoy.
-“No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado.”
Y añadió:
-“Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Moisés se cubrió la cara pues le daba miedo mirar a Dios, pero el Señor continuó:
-“Claramente he visto como sufre mi pueblo que está en Egipto, ¡A buenas horas mangas verdes!, los he oído quejarse por culpa de su capataces y sé muy bien lo que sufren pues he visto como los maltratan.
Por eso he bajado para salvarlos del poder de los Egipcios, sacarlos de ahí y llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua.
-Ponte en camino, porque te voy a enviar al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.”
Entonces Moisés le dijo al Señor:
-¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?
Y Dios le contestó:
-“Yo estaré contigo y esta es la señal que yo mismo te envío:”
Mientras luego no se olvide que tiene otra señal con Moisés, yo creo que ya está tiene muchas acumuladas y con la memoria que tiene, ¡Ya me diréis!
Bueno sigamos con las palabras de Dios, que en aquel momento seguía diciendo:
-“Cuando hayas sacado a mi pueblo de Egipto, todos vosotros me adoraréis en este monte”.
Acabáramos, así que esta es la señal, adorarlo en ese monte, la señal no es para Moisés, no, la señal es para Dios, debe ser como algo así como: ¡Oye!, que ya hemos llegado, ya los he sacado de Egipto, ¿Y ahora qué hacemos?, y mientras esperan, le prepararán alguna barbacoa de las que tanto disfruta el Creador, ¡Vamos!, creo yo.
Pero Moisés no estaba muy seguro de todo aquello, como que ya se estaba empezando a oler en que se estaba metiendo, así que le contestó:
-El problema es que si voy y les digo a los israelitas: “El Dios de vuestros antepasados me ha enviado, ellos me van a preguntar: ¿Cómo se llama? Y entonces ¿Qué les voy a decir?
¿No es siempre el mismo Dios, como que cómo se llama?, para mi Dios sólo tiene un nombre, ¿No lo había dicho nunca?, ¡Qué cosas!, ¿Verdad?
Y Dios le contestó:
-”YO SOY EL QUE SOY”.
¡Toma!, para que luego digáis, eso es una respuesta, no como algunos que te dicen: me llamo Pepe, o me llamo Luís, no, yo soy el que el soy, para que te quede claro, pero ahí no quedó la cosa, no, siguió diciendo:
-“Y dirás a los israelitas: “YO SOY me ha enviado a vosotros”.
En ese momento Moisés se estaba preguntando: ¿De qué narices estará hablando?, el pobre no entendía nada, mientras miraba la zarza que no se consumía ni a tiros, pensaba: debe ser que Dios habla así, pero lo verdad, podría ser un poco más claro, porque si llego allí y les digo semejante cosa me van a echar con cajas destempladas y ¿entonces ya me dirás que hago?
Pero Dios no había terminado de decir lo que había venido a manifestar, no, pues habéis de saber que al Señor le encanta la retórica, por lo tanto el Señor siguió hablando de esta manera:
-”Di también a los israelitas: El Señor, el Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado. Este es mi nombre eterno; este es mi nombre para todos los siglos: El Señor, el Dios de vuestros antepasados, se me apareció y me ha dicho que ha puesto su atención en vosotros y ha visto el trato que os dan y que os va a librar de los sufrimientos en Egipto y os llevará a un país donde la leche y la miel corren como el agua.
-Los ancianos te harán caso, entonces irás con ellos a ver el rey de Egipto y le dirás: El Señor, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Por lo tanto déjanos ir al desierto, a una distancia de tres días de camino a ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios.
-Sin embargo,- siguió diciendo Dios-, yo sé muy bien que el rey de Egipto no os dejará salir sino es por la fuerza, por lo tanto yo mostraré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las cosas asombrosas que haré en su país; después de eso el faraón os dejará salir. Además yo haré que los israelitas se ganen la buena voluntad de los egipcios y así no salgan del país con las manos vacías. Cada mujer pedirá a otra mujer que viva con ella, que le de objetos de plata y de oro y vestidos, con los que vestiréis a vuestras hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo que tengan”.
A ver, vayamos por partes, porque aquí la cosa esta un poco… ¿Cómo diría, rara?
Por un lado tenemos que Dios nunca le ha dado su nombre a nadie y yo me pregunto: ¿Por qué, era un secreto hasta ahora, no debíamos conocerlo, es tan difícil decir: “Yo soy el Señor tu Dios”, a qué tanto misterio?, dejadme que sea un poco mal pensada, ¿Será que no quería que lo llamaran, que no lo molestaran, él puede ver todo lo que hacemos, pero que no lo molesten a él?
Por el otro lado, tenemos ese párrafo de que: “los castigará, que dará muerte a todos los egipcios con las cosas más asombrosas”, pero luego dice: “nadie saldrá de Egipto con las manos vacías, que se ganarán la buena voluntad de los egipcios”
Bajo mi humilde punto de vista y sin verlo muy claro, creo que si la gente empieza a caer como moscas, y que sólo son egipcios los que mueren, lo de pedir las joyas de oro y plata, en ese momento, ¿no es coacción? Es como decir: mi Dios está acabando con todo tu pueblo, tú ahora te estás muriendo, ¿de qué te sirven las joyas? , mejor me las das a mí que yo si me voy a salvar y a mi aún me queda tiempo para disfrutarla o quizás no decir absolutamente nada y esperar a que los egipcios la palmaran y entonces simplemente llevárselas, porque encima de que el pueblo de Egipto va a sucumbir bajo la ira del Señor, encima que les tengan que dar las joyas y la ropa, pues como que me suena a recochineo, ¿no?, pero ya se sabe… Dei irae y contra eso no se puede hacer nada.
Pero Moisés insistía e insistía, parece, como he dicho antes, que ya se olía donde se estaba metiendo o es que definitivamente era tonto y no sabía que el Señor tenía muy poca paciencia, porque nada más hacía que buscar excusas.
Moisés le dijo así:
-Ellos no me creerán, ni tampoco me harán caso, al contrario me dirán: ”El Señor no se te ha aparecido”.
-¿Qué es lo que tienes en la mano?, -le preguntó Dios.
Moisés miró su mano derecha y pensando que este Dios hacia unas preguntas muy raras, contestó:
-Pues un bastón.
-¡Vamos!, tíralo al suelo-, ordenó el Señor.
Moisés lo tiró al suelo y acto seguido se convirtió en una serpiente, desde luego Moisés se pegó un susto de los de verdad y levantándose la túnica se puso a correr para alejarse de ella, pero el Señor le dijo:
-Extiende la mano y agárrala por la cola.
Moisés se quedó mirando a la zarza que continuaba ardiendo como si tal cosa, pensando: está loco si cree que tomaré esa cosa por la cola, aunque a lo mejor si no lo hago…, muerto de miedo, alargó la mano y la tomó por la cola y en ese momento la serpiente se convirtió otra vez en el bastón.
-“Esto es para que crean que se te ha aparecido el Señor, Dios de tus antepasados, de Abraham, de Isaac y de Jacob.”; ¿siempre ha de repetir todos los nombres?, siempre los nombra todos, la próxima vez me los salto.
El Señor continuó diciendo:
-“Ahora, mete tu mano en el pecho”.
Moisés corrió a obedecer e introdujo su mano dentro de la túnica y cuando la sacó, tenía la mano enferma de lepra y blanca como la nieve, entonces Dios le dijo:
-“Vuelve a meter tu mano en el pecho”.
Desde luego Moisés no se lo pensó dos veces, era un poco tonto quizás, pero no estaba loco, así que metió inmediatamente la mano en el pecho y cuando la sacó, esta estaba perfectamente bien.
Luego el Señor le dijo:
_”Si con la primera señal no te creen, ni te hacen caso, entonces te creerán con la segunda, pero si no te creen con ninguna de las dos, entonces toma agua del río y derrámala sobre el suelo. En cuanto el agua toque el suelo se convertirá en sangre”.
-¡Ay! Señor,- dijo Moisés.- Es que yo no tengo mucha facilidad de palabra y esto que estás hablando con tu siervo.-Y diciendo esto, Moisés hizo una reverencia, supongo que para ver si colaba,- no es sólo de ayer, ni de ahora, si no de tiempo atrás, siempre que hablo se me traba la lengua.
En aquel momento, Dios empezó a pensar que se había equivocado de persona, estuvo a punto de preguntar, si en verdad era Moisés con quien hablaba, pero él antes lo había llamado y el otro le había contestado: aquí estoy, así que no había error posible, realmente se trataba de Moisés. Pero, ¿y si no era él la persona indicada para llevar a cabo aquella misión y si mejor llamaba a Tom Cruise y se dejaba de tonterías?, pero Dios, y tengo que reconocerlo, ahí sí que demostró una paciencia infinita y un empeño que muchos quisieran para ellos, porque con un profundo suspiro, le dijo:
-“¿Y quién le ha dado la boca al hombre?, ¿Quién si no yo, lo hace mudo, sordo, ciego, o que pueda ver? Así que anda, que yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir”.
-¡Ay, Señor, por favor, envía a alguna otra persona!
Por lo que empezamos a conocer de Dios, aquí nos esperaríamos una de sus rabietas “Divinas”, pero no, esta vez no, aunque se enfadó, la sangre no llegó al río, ni se ahogó nadie, ni lo expulsó de la tierra, no señor, esta vez se contuvo la mar de bien y dijo, eso sí, con el tono de voz algo más fuerte de lo que había usado hasta ahora:
-¡Pues ahí está tu hermano Aarón, el Levita!, yo se que el habla muy bien. Además el viene a tu encuentro y se va a alegrar mucho de verte. Habla con él y explícale todo lo que tiene que decir; yo, por mi parte estaré con él y contigo cuando hablen y les daré instrucciones de lo que deben hacer. Tu mismo le hablarás a Aarón como si yo lo hiciera, y él le comunicará al pueblo lo que digas tú. Llévate el bastón, porque él hará cosas asombrosas”
Yo estoy casi segura que cuando dijo lo del bastón, Dios, estuvo a punto de decirle: Porque si lo dejas aquí, te arrearé con él en la cabeza. Pero creo que es muy atrevido pensar algo así y más teniendo en cuenta que Dios tiene una paciencia infinita.

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martes, 20 de mayo de 2008

Moisés huye de Egipto


El muchacho creció como egipcio y se hizo hombre.
Un día que iba de paseo por ahí se detuvo en las obras; esas descomunales que solían hacer los egipcios en aquella época, y se quedó mirando a sus hermanos de sangre como trabajaban.
Mirándolos, vio escandalizado que los trabajos que estos hacían eran realmente duros, ¿pensaba qué construir pirámides era cosa de coser y cantar?, el hombre no era tonto y rápidamente se percató que aquellas enormes piedras pesaban como condenadas y que el esfuerzo que suponía subirlas hasta donde debían ser colocadas no era “moco de pavo”, pero lo que más le horrorizó fue qué estos eran tratados como esclavos, bueno, en realidad lo eran.
De repente vio horrorizado como un egipcio maltrataba a uno de los suyos, al verlo la rabia se apoderó él y sin poderse contener, se abalanzó sobre el egipcio y a sopapo limpio lo mató, después y para ocultar el cadáver lo enterró en la arena y se alejó del lugar y para disimular se fue silbando una melodía.
Al día siguiente y con la excusa de que necesitaba aire fresco, regresó a las obras, mientras se acercaba al lugar vio a dos israelitas que se estaban agarrando de los pelos y arreándose de lo lindo, decidido se acercó a ellos y le preguntó al que arreaba con más ganas:
-¿Porqué golpeas a uno de tu propia raza?
Y el otro que era un chulo de mucho cuidado le dijo:
-¿Quién te ha elegido a ti como juez en esto, acaso piensas matarme como hiciste con el egipcio, eh?
Moisés entró en pánico pues eso significaba que alguien lo había visto cuando se cargaba al egipcio y que silbar no le había servido de nada y no iba muy desencaminado pues el faraón ya se había enterado del altercado y lo había puesto bajo busca y captura para cepillárselo.
Moisés salió por piernas de la ciudad y se fue a la región de Madián, allí se sentó cerca de un pozo, no dando ninguna clase de especificación sobre lo que lo llevó al pozo en cuestión. Me lo imagino ahí sentado, sin saber qué hacer, simplemente sentado y preguntándose que es lo que podía estar haciendo allí.
En esa región de Madián había un sacerdote que se llamaba Reuel, el clérigo tenía siete hijas, pobre hombre.
Aquel día, las chicas habían ido a sacar agua, ¡fíjate tú, qué casualidad! Y Moisés, allí sentado sin nada que hacer rascándose la cabeza.
Pues bien, esas chicas habían ido a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber a las ovejas de su padre, pero unos pastores vinieron y las echaron de allí, ¡Qué poca madre!, ¿Verdad?, y claro está, el aguerrido y valiente muchacho se levantó para defenderlas, hacerlo sentado hubiera sido el colmo de la mala educación y definitivamente no lo era, no sólo las defendió sino que además de defenderlas, les dio de beber a las ovejas y todo.
Cuando las muchachas llegaron a casa el padre les preguntó que como es que habían llegado tan pronto.
Desde luego aquello se convirtió en un gallinero, las siete hablando a la vez contando lo que había pasado con lujo de detalles, el pobre no entendía nada y tuvo que hacer un esfuerzo para que lo oyeran cuando les gritaba:
-Una, he dicho que lo cuente una.
Entonces una de ellas; no sé bien cual fue, le dijo:
-Verás padre, un egipcio,- pues Moisés iba vestido de egipcio-, nos defendió de los pastores, les dio de beber agua a las ovejas y sacó el agua para nosotras.
Entonces el padre les dijo:
-¿Y dónde está ese hombre, porqué lo dejasteis sólo? ¡Id a llamarlo para que venga a comer!
Y siempre apegándome a las “escrituras”, que en este momento dice:
Y así fue como Moisés aceptó a quedarse a vivir en la casa de Reuel.
Pobre hombre, siete hijas, lo invita comer y el tipo va y se queda a vivir, por supuesto Moisés aceptó, pero el sacerdote lo invitó a comer, ¡A comer!, no a vivir, se quedaría a cenar y luego a dormir y ya luego, como que se acostumbrarían a él, supongo, porque si no ya me dirás.
Fijaros hasta donde llegó la invitación a comer que el sacerdote acabó ofreciéndole a su hija Séfora en matrimonio y hasta tuvo un hijo con ella, al que puso el nombre de Gersón, porque dijo:
-“Soy un extranjero en tierra extraña”, -Moisés lo dijo, no el crío, el crío no hablaba aún cuando le pusieron el nombre, si no, seguro que hubiera dicho algo al respecto.
Los años pasaron y el faraón murió, pero claro, los israelitas seguían quejándose y lamentando su esclavitud.
Entonces Dios escuchó sus lamentos; ¿algo sordo, quizás?, porque mira que llevaban años y años lamentándose. Y atendió sus suplicas, acordándose del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. Los vio Dios y se dio cuenta de su condición.
Vamos a ver, yo creo que no entiendo muy bien todo esto, ya dije en otro momento que para mi que Dios tiene mala memoria, por eso no diré nada aquí sobre eso, ¿Pero eso de que Dios los vio y se dio cuenta de su condición?, ¿es cachondeo?, se supone que Dios lo ve todo ¿no?, entonces, ¿Cómo que los vio, no está viéndolo, todo, siempre? , señores, por favor, que son “Escrituras” y además, se supone que son “Sagradas”
Además organizó un lío tremendo con José y sus hermanos y las vacas flacas para que estos llegaran hasta Egipto, ¿Ahora me van a decir qué se había olvidado?
Otra cosa más, él mismo había dicho que los sacaría de allí, así que no me venga con historias de que los había visto sufrir y todas esas cosas, él mismo los había llevado allí, responsabilidad señores, responsabilidad.

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miércoles, 14 de mayo de 2008

¡¡¡Missing!!!


Como podeís ver, me he saltado de un golpe el resto de la historia de José, no es por un loco capricho mío, lo que pasa es que la tecnología sigue azotándome y no se que cuernos hice con el archivo donde lo tenía, pero....¡¡¡Desapareció!!!, así que debo volver a escribirlo, por lo tanto y mientras eso sucede, seguiré con Moisés, espero que os guste.

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Moisés


El tiempo pasó, el faraón murió y le sucedió uno nuevo, supongo que el hijo, porque como no se dan datos en el Antiguo Testamento, no se sabe quiénes eran esos faraones, lo que si se cuenta es que por lo visto los israelitas habían dejado de ser los consentidos del reino y se habían convertido en mano de obra barata y que la cosa empezó a ponerse chunga pues cada vez había más, así que el nuevo faraón estaba realmente asustado, pues podría ser que algún enemigo de Egipto les declarase la guerra y que estos se pusieran del bando contrario, así que pensó:
-Voy a ver si me cargo unos cuantos, de esta manera reduciré el número, ya empiezan a ser más numerosos que nosotros y esto no me gusta nada, pero antes de eso llamaré a las parteras y les comunicaré una idea que se me ha ocurrido.
El Faraón llamó a las parteras del país; que por cierto eran israelitas y les dijo de esta manera:
-Mirad, se me ha ocurrido una idea y creo que con vuestra ayuda puede ser genial, escuchadme pues, yo propongo que cuando vayáis a asistir un parto de alguna mujer Israelita, os fijéis bien y si lo que tienen es un varón pues entonces os lo carguéis, ¿Qué os parece?
Desde luego, las mujeres que no eran tontas le dijeron que con mucho gusto, que sí, que claro, que lo harían, ¿Qué le iban a decir?
El faraón se quedó muy satisfecho con la contestación de las mujeres, pero aún así arremetió contra el pueblo de Israel, siguió fastidiando, ¿y me preguntaréis cómo?, y yo os contestaré que se dedicó a fastidiarlos en el lugar de trabajo, le dijo a los capataces que les dieran más trabajo, disolvió los sindicatos y se instauró la ley del embudo, por lo tanto los Israelitas no paraban de trabajar y encima sin derecho a réplica.
El faraón que no era tonto del todo, se dio cuenta de que lo de las parteras no estaba marchando muy bien y las volvió a convocar en Palacio, y otra vez todas para allí, una vez estuvieron ante él les dijo:
-¿Sabéis?, yo no veo que esto esté funcionando, están naciendo muchos varones y no entiendo porque.
Las parteras que estaban muy serias, aunque por dentro se estaban riendo a carcajadas, le dijeron:
-Señor, lo que pasa es que las israelitas son diferentes a la egipcias y cuando llegamos ellas ya han tenido a la criatura, así que no podemos hacer nada.
Esto agradó al Señor que ya tenía planes para todos esos niños y las bendijo con una familia numerosa, la cosa es que, ¿si la vida estaba tan dura por Egipto en esos días, realmente era una bendición, porque a veces el Señor tiene un criterio muy extraño sobre las bendiciones, acordaros de Noé, menudo lío con la bendición del Creador, pero ya sabéis, es sólo mi opinión…
El Faraón las despidió pero se quedó pensando en algo más drástico, así que les dijo a sus soldados que fueran a donde vivían los israelitas y que ahogaran a todos los bebes varones, pero sólo a los varones, las niñas ni tocarlas.
Pues bien, una mujer israelita que había tenido un varón, viendo que este era hermoso lo escondió, ¿si hubiera sido feo lo habría matado ella misma?, pero cuando el niño tenía tres meses no pudo esconderlo más, ¿lloraba mucho?, así que un día, ni corta ni perezosa, se fue al río con él, no, no penséis nada raro, la cosa no es como la imagináis.
Decía que se fue al río con el niño y una canasta, una vez allí tapó todas las junturas para que no se colara el agua y metió al niño dentro y lo dejó entre los juncos a la orilla del río Nilo, diciéndole a su hija mayor que se quedara a cierta distancia para ver qué es lo que pasaba con la criatura.
Al cabo de un rato, la hija del Faraón, fue al río a bañarse mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla, entonces, en un recodo del río y entre los juncos la muchacha encontró la canastilla y cuando descubrió que dentro había un niño exclamó:
-¡Oh!, un niño.
Ya os habréis dado cuenta de la agudeza mental de la real muchacha que se percató rápidamente de que aquello con dos piernas y dos brazos, que lloraba desconsoladamente era precisamente un niño
Entonces, la princesa tomándolo en brazos y siguió diciendo:
-Este niño es hebreo.
Palabras que vuelven a demostrar la inteligencia de la señorita.
Entonces la hermana del niño que aún siendo hebrea también era muy lista le propuso:
-Majestad si usted quiere, puedo ir a buscar una nodriza hebrea para que amamante al niño.
Desde luego la otra ya no podía decir nada, sus sirvientas la observaban de cerca y claro, llamar a la guardia o ahogar al niño ella misma hubiera sido terrible, además la chica tenía buen corazón y el chiquillo le dio una pena terrible por lo que contestó inmediatamente:
-Ve a por ella.
La chica, que como ya dije antes no tenía un pelo de tonta, fue inmediatamente a buscar a su madre que inmediatamente se personó ante la princesa.
-Toma a este niño y críamelo te pagaré por tu trabajo, -le dijo la hija del faraón.
La madre, que ya estaba contenta porque iba poder seguir con su hijo, imaginaros si encima le pagaban por hacerlo.
El niño fue llevado por su madre y sin miedo a que le dijeran nada por tenerlo, total eran órdenes de la princesa, ya se arreglaría ella con su padre, ¿No?
Cuando el chiquillo creció, fue entregado por su madre a la hija el faraón, la cual lo adoptó como hijo suyo y lo llamó Moisés, pues dijo:
-Yo lo saqué de las aguas.

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domingo, 4 de mayo de 2008

José interpreta el sueño del faraón



Una noche, el faraón, que vivía en palacio encantado de la vida, soñó que estaba de pie a la orilla del Nilo y que del río salían siete vacas hermosas y gordotas, que comían hierba entre los juncos del río, detrás de ellas, y saliendo del mismo lugar, aparecieron siete vacas flacas y feas, que se comieron a las vacas hermosas y gordas.
El hombre se despertó debido a la rareza del sueño, pero se volvió a dormir y volvió a tener otro sueño, en este, veía que siete espigas de trigo llenas y hermosas crecían en un solo tallo, pero detrás de ellas, siete espigas, secas y quemadas por el viento del este se comían las espigas gruesas y llenas.
El faraón se despertó se despertó sobresaltado pero al darse cuenta de que sólo había sido un sueño se volvió a dormir.
A la mañana siguiente mandó llamar a todos los adivinos y sabios de Egipto para ver si alguno de ellos podía decirle el simbolismo de estos dos extraños sueños, pero ninguno de ellos pudo descifrar que narices significaba eso de las vacas y de las espigas.
Al faraón siempre que tenía junta le gustaba tomarse una copita de vino, por si había algún disgusto pasarlo con mejor sabor de boca y claro el copero real era imprescindible en estos menesteres.
El hombre iba y venía sirviendo al rey mientras no podía evitar oír como los sabios del reino decían que no tenían ni idea, así que ni corto ni perezoso le contó al faraón las proezas del joven hebreo llamado José, y que todo se había cumplido como él lo había predicho.
El faraón se dirigió a su guardia y les dijo que trajeran inmediatamente a ese hebreo, estuviera donde estuviera, así que casi en volandas lo llevaron de la cárcel al palacio del faraón, pero eso si, primero se cortó el pelo y se cambió de ropa antes de personarse ante Su Majestad, que tampoco era plan de ir lleno de mugre, ¡Pobre, pero limpio!
Cuando lo tuvo delante, el faraón le dijo que tenía una pandilla de inútiles como adivinos y sabios, que no sabían hacer nada e interpretar mucho menos, y que el copero mayor se había acordado de él y de lo bien que lo había hecho mientras este estaba en la cárcel, así que por eso lo había llamado, y que a ver si él tenía mejor suerte que sus adivinos de pacotilla.
José muy en su lugar, le dijo:
-Eso no depende de mí, pero Dios le dará a Su Majestad una contestación para su bien.
El faraón volvió a contar el sueño; que yo no repetiré, y que si alguno lo ha olvidado, le aconsejo que vuelva a leer un poco más arriba.
Entonces José le contestó al faraón:
-Los sueños que tuvo Su Majestad, en realidad es sólo uno. Dios le ha anunciado lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas son años, lo mismo que las espigas llenas, quieren decir que tendréis siete años de abundancia.
Las sietes espigas secas y quemadas son siete años, lo mismo que las vacas canijas y representan siete años de escasez.
Van a venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto y después vendrán siete años de escasez en todo el país. Nadie se acordará de la abundancia, porque la escasez arruinará el país, será tan grande la escasez que no quedarán rastros de abundancia. Su Majestad tuvo el sueño dos veces, por que el Señor está decidido a hacerlo y lo va a ser muy pronto.
Entonces el faraón miró con cara de pocos amigos a los adivinos y sabios del país y les dijo:
-¿Veis, qué fácil es, lo veis?, así da gusto, venga largaros de mi presencia porque no se que haría con vosotros, tenéis suerte que hoy me encuentro de buen humor, ¡Venga largo!
José, que había sido interrumpido por el faraón para despedir a aquella pandilla de inútiles, siguió hablando cuando el faraón le hizo una indicación y le dijo de esta manera:
Lo que Su Majestad debería hacer es nombrar a alguien que, se encargue de recoger el cinco por ciento de la cosecha de cada agricultor del país y guardarla en lugar seguro, para cuando llegue la época de escasez el país siga con alimento suficiente hasta que los siete años miseria hayan pasado.
El faraón se lo quedó mirando muy serio y les dijo a sus nobles que lo miraban con cara de bobos:
-¿Dónde vamos a encontrar a alguien más sabio que este hombre?, ni nuestros sabios han podido con su conocimiento.
Y dirigiéndose hacia José le dijo:
Yo te nombro Gobernador de Egipto, sobre ti sólo estaré yo, tú te encargarás de gobernar mi reino con sabiduría y todos los demás deberán obedecerte e inclinarse a tu paso.
El rey hizo que le pusieran otra ropa porque la que llevaba, aunque limpia, no era digna de un gobernador y menos de Egipto, y le puso al cuello una cadena de oro impresionante que pesaba un montón, al pobre José le costó acostumbrarse a aquella cosa tan incomoda, pero ordenes son ordenes y de eso José sabía un chingo.
Además lo casó con la hija de un alto sacerdote muy renombrado y de mucha alcurnia, y José se nos convirtió en un abrir y cerrar de ojos en un noble de mucha prosopopeya.
Los siete años pasaron rápido y José recogió todo lo que pudo y lo guardó a buen recaudo.
Cuando los años de escasez llegaron, no sólo afectaron a Egipto, si no que toda la tierra pasó hambre y es que Dios cuando hace las cosas, no se anda con chiquitas
Muy pronto todos los países se enteraron de que en Egipto había comida y como locos llegaron allí; debe haber sido en esos tiempos cuando se inventaron las pateras y los cayucos.
Así pues, José les vendía la comida que necesitaban ya que el país tenía suficiente como para dar y vender.

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miércoles, 23 de abril de 2008

Drako


Voy a interrumpir mi relato bíblico y contaros algo que he encontrado.
Hoy navegando por internet y a punto de ahogarme en un mar de páginas, he encontrado algo que me ha llamado la atención, “La Gitanera”, pensando que era algo Español y que allí podría encontrar algo que sirviera para algún diseño he entrado, y cual ha sido mi sorpresa de que no era ni siquiera algo parecido a lo que yo imaginaba.
Resulta que La Gitanera es una “Kedada”, como dicen ellos, de moteros, de esos que llevan pañuelos en la cabeza, trajes de cuero y chalecos con calaveras y he estado viendo fotos de esta divertida gente.
La verdad, y si tengo que ser sincera, las motos que he visto en la fotografías llaman mucho la atención, en realidad son una pasada, cuántas veces me he visto a mi misma siguiéndolas por la ventanilla del coche cuando pasan por mi lado, esos carenados y componentes tan relucientes, los motores que apenas se oyen y el piloto enfundado en su traje de cuero me dejan literalmente con la boca abierta y me llevan a viajar por largas carreteras en pos de sueños.
Esa gente, desde siempre me han caído bien, no se, quizás porque representan un poco el espíritu de rebeldía y libertad que tanto me gusta, se que hay gente que tiene un concepto diferente al mío y que con su aspecto pueden incluso pasar por lo que no son, aunque también los habrá, que de todo hay en la viña del Señor, pero estoy segura, es más os lo puedo asegurar y después de haber visto todas esas fotos, que son gente guapa y que comparten una afición, las motos, y que se reúnen en diferentes lugares para compartir y pasarlo bien juntos, porque os aseguro que se lo pasan muy bien a juzgar por las imágenes.
Luego e interesada por ese mundo y después de ver una foto donde había una pancarta con un nombre, me he puesto a buscar y he encontrado una página: Star Riders spain, ahí he encontrado muchas más fotos, pero lo que realmente me ha llamado la atención es un apartado que tienen dedicado a una persona en concreto, “Drako”
Drako es un compañero de batallitas que ha tenido un accidente grave, muy grave y aunque no es el primero y tampoco será el último, lo que me ha llegado ha sido lo que he podido ir leyendo en los respectivos comentarios que he encontrado.
Este terrible accidente lo ha dejado en una silla de ruedas de por vida, según parece, un accidente tonto como muchos otros, pero que le ha cambiado la vida para siempre, lo que he visto en esa página ha confirmado lo anteriormente dicho por mi, no es tan fiero el león como lo pintan, personas volcadas en la ayuda de un compañero que en estos momentos lo está pasando realmente mal y que lo que más necesita es el apoyo de todo el que se considere su amigo y por lo que he podido comprobar, tiene y muchos, montones de amigos volcados apoyando Drako.
Es realmente una pena que esas cosas pasen, que alguien a quien como se le ve en las fotos tan lleno de vida, el mundo, su mundo, se derrumbe como un castillo de naipes, de la noche a la mañana, se necesita ser realmente valiente para poder conseguir volver a empezar todo desde el principio, aunque sin conocerlo me atrevo a asegurar que con la ayuda de todos sus amigos y de su familia, no desfallecerá en el intento y aunque sea a diferente altura, la vida volverá a tener el mismo brillo que tenía antes de que esto pasara o quizás más.
Yo, sin conocerlo y aunque se que las pruebas que la vida te pone son difíciles, se también que con valor y ganas no son insuperables, desde aquí y aunque no sepas quien soy y aunque no te lleguen mis palabras, déjame unirme a todos tus compañeros y enviarte todo mi apoyo y mis deseos para que pronto puedas reunirte otra vez con esos compañeros que te quieren, ¡Ánimo, Drako!
Pensad amigos que cuando veáis a uno o a varios de esos caballeros en sus relucientes monturas, que aunque vestidos de cuero, su corazón es más grande que el de muchos que van enfundados en elegantes trajes de diseño y corbata, seréis unos truhanes…, pero unos grandes señores.
¡Señores Moteros, de grande quiero ser cómo vosotros!

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viernes, 18 de abril de 2008

José es encarcelado


Como el muchacho tenía enchufe con el Señor, otro favorito tipo Abel, le fue bien en la casa de su amo.
Potifar que era un listillo, se dio cuenta de que a este chico las cosas siempre le salían bien y se hizo el simpático con él, nombrándolo su ayudante personal y mayordomo de su casa y dejando a su cargo todo lo que tenía, por lo tanto, por ser tan bueno con José, el Señor premió a Potifar tanto en su casa como en los campos, así con José a cargo de todo lo que tenía no se preocupaba de nada y como las cosas le iban tan bien se pasaba el día tragando como loco cosa que hizo que se pusiera como un tonel.
José era una preciosidad de chico y allí donde iba las mujeres lo miraban con ojos seductores, y claro, con semejante muchacho en la casa y Potifar hecho un tonel, pasó lo que tenía que pasar y la esposa de este puso los ojos en nuestro amigo y un día de sopetón y sin vergüenza le dijo:
-Acuéstate conmigo.
Nuestro amigo desde luego dijo que no, que su Señor, el dueño de la casa le había dado su confianza y todo cuanto había en la residencia pero que la patrona no estaba en el lote, claro está, y que no pensaba traicionar esa confianza y mucho menos pecar contra Dios.
La Señora se quedó con dos palmos de narices, pero como os podéis imaginar no quedó ahí la cosa pues el despecho es muy difícil de digerir, así que empezó a insistir día tras día, diciéndole:
-¡Anda, mira qué hermosura tienes aquí!, ¿no te gusto?, ¡Venga cosita bella!, decídete de una vez, que te estoy esperando.
Pero él no hacía caso y cada vez que la veía salía corriendo como loco con cara de espanto.
Un día en que la casa estaba vacía José entró para llevar a cabo sus ocupaciones diarias, cuando la bruja aquella lo vio se acercó a él por sorpresa y agarrándolo por la ropa le dijo la consabida frase de:
-Acuéstate conmigo.
Desde luego José intentó soltarse pero la señora lo tenía bien sujeto por la ropa, así que sin preocuparse lo más mínimo por la prenda, que quedó en manos de la hambrienta mujer, salió por piernas en porretas y desapareció.
Oportunidad que la mujer aprovechó cuando se vio con las ropas de José en las manos, para desgarrar sus vestiduras y dar alaridos de loca, haciendo que todos los sirvientes de la casa que estaban fuera entraran en un santiamén para ver que rayos le pasaba a la majareta de la jefa.
Cuando los tuvo a todos reunidos empezó a decir entre sollozos y rasgando todas las cortinas de la casa, que viesen lo que había hecho José con ella y empezó a contarles esta historia de terror.
-Vuestro amo le ha dado toda la confianza al esclavo José, lo hemos tratado como a un hijo, ¿Y qué hace él?, pues en la primera ocasión que encuentra y aprovechando que no había nadie en la casa trata de acostarse conmigo. Se presenta ante mí en pelota picada, por suerte, yo que soy una mujer honesta, poniéndome a gritar os he avisado y ha tenido que salir dejando la ropa aquí.
Cuando la noticia llegó a oídos del amo, como era de esperar, lo mandó encerrar, llevándolo a la cárcel del faraón que es donde iban los presos de categoría.
Así que ahora tenemos al pobre José en chirona y sin comerlo ni beberlo, pero eso si, con el Señor de su lado; menudo aliado tenía, primero lo quieren matar, luego lo venden y luego y, por culpa de una loca insatisfecha lo enchironan.
Pero a pesar de todo siempre se las arreglaba para caer bien a la gente, se podría decir que era un chico simpático pues ahí también se ganó la confianza del jefe de los carceleros y de esta manera José se hizo cargo de la trena, él lo hacía todo y además vigilaba que no se le escaparan los presos, eso si, no aceptaba a ninguna mujer en ella, fuera de la edad que fuera, ya se sabe, gato escaldado…
Y el jefe de los carceleros, pues nada, tumbado a la bartola rascándose la barriga, mientras José hacía todo la chamba, pero el Señor como siempre, lo cuidaba y según dicen hacía que todo le saliera bien, hasta los presos insistían en que se aseguraran que la reja de la celda estuviera cerrada, pues no le querían dar disgustos a José.
Mientras José se encontraba en el trullo, llegaron arrestados dos altos cargos del gobierno, el copero y el panadero de su majestad, algo muy chungo debían haber hecho para que el Faraón los mandara enjaular, como estuvieron una temporadita larga les dio tiempo de hacerse amigos de José, pues ya se sabe, cuando estás en una situación así entablas amistad con los compañeros de penurias y a veces hasta con los mismos carceleros.
Una mañana que José daba su ronda habitual por las celdas, vio a los dos individuos hablando muy cabizbajos y cariacontecidos; daba pena verlos de aquella manera, por lo tanto nuestro amigo José, siempre tan buena persona no se lo pensó dos veces y acercándose a ellos les preguntó cual era el motivo de sus cuitas.
Y mira tu por donde, que los dos personajes habían tenido un sueño esa misma noche, claro, cada uno el suyo, que la amistad era grande pero no como para compartir sueño y estaban deprimidos porque sabían que el sueño tenía un significado, pero no encontraban a nadie que les pudiera decir lo que este les estaba anunciando.
José los miró con cara de camaradería, mientras movía su cabeza de un lado para el otro y una sonrisa en los labios de los que saben pero…
Así que les dijo:
-A ver contadme esos sueños que tuvisteis, Dios da las interpretaciones, veré que puedo hacer, empieza tu le dijo al copero real.
-Vi una vid que tenía tres ramas, la vid retoñaba y le salían flores y estas se convertían en racimos de uva madura. Entonces yo tomé las uvas y las exprimí en la copa del faraón que llevaba en las manos.
Nuestro amigo sonrió y le dijo con aire de complicidad.
-El sueño quiere decir que en tres días el faraón revisará tu caso y podrás trabajar otra vez como copero real, en ese momento José aprovechó para usar influencias y le dijo al copero:
-Cuando eso pase, háblale de mí al faraón para que me saque de aquí, ya que yo no he hecho nada y ya estoy harto de este sitio y del jefe ese que no da golpe en todo el día.
Y girándose hacia el otro le dijo así:
-Ahora te toca a ti.
-Yo soñé, -le dijo el interpelado-, que tenía tres canastillas de pan blanco en mi cabeza, la que estaba arriba de todo tenía un gran surtido de pasteles para el faraón, pero los pájaros venían a comerse lo que había en el cesto.
José se lo quedó mirando con cara seria y le dijo de esta manera:
-Los tres canastos vuelven a ser tres días y como al copero, dentro de esos tres días el faraón revisará tu caso y este hará que te cuelguen de un árbol y los pájaros se comerán tu carne.
Tres días más tarde fue el cumpleaños del faraón y en palacio hubo una fiesta de las que hacen época y como el faraón estaba contento mandó llamar al copero y al panadero; tal como había dicho José, al primero le devolvió su cargo y este muy ufano y presumido volvió a servir el vino al faraón, pero claro, las cosas que se dicen en chirona muchas veces se olvidan y al copero se le olvidó darle el recadito de José al faraón.
Al otro se le cumplió lo revelado, fue colgado de una palmera, un sicómoro imagino y allí los pájaros dieron buena cuenta de él.
Debido al olvido del copero y a que a su antiguo amo, que le importaba un pimiento si este se pudría en chirona, José tuvo que esperar dos años más para salir de allí, estaba pálido y demacrado el pobre, tanto trabajar y no ver el sol deprime al más pintado, pero parece ser que el muchacho se lo tomó con filosofía y aguantó estoicamente.

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viernes, 11 de abril de 2008

Indochine


Cuando voy a Barcelona siempre me encuentro con mis amigos de toda la vida, José Miguel, Manel y Teresa, esta vez la reunión tuvo lugar en un restaurante oriental que se llama “Indochine”, especializado en cocina Tailandesa, Camboyana y Vietnamita, debo decir que este tipo de comida me gusta mucho y que la propuesta de Manel me pareció una idea excelente desde el principio.
Yo esperaba encontrar un restaurante de los que tanto abundan en Barcelona pero cuando entré en el local me quedé gratamente sorprendida y aunque hacer publicidad no es algo que me guste, debo reconocer que esta vez merece la pena.
La comida es realmente buena y servida con mucho gusto, me sorprendió que en mi comida no hubiera ninguna clase de picante, ya que yo no puedo comerlo, muchas veces me he encontrado que incluso habiéndolo advertido se han pasado por el forro esta indicación.
Es un lugar luminoso, decorado con un gusto exquisito, las plantas abundan, las paredes están decoradas con tallas antiguas de motivos Indochinos, en fin, un lugar que recomiendo y que si estuviera viviendo en Barcelona visitaría en más de una ocasión, para los que estáis en mi hermosa ciudad os dejo la dirección y así lo podéis comprobar por vosotros mismos.

Indochine Restaurant
Aribau 247 Telf: 932019984

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Reunión de pastores...


Hola amigos, voy a hacer un alto en el relato que estaba haciendo para contaros un par de cosas de mis vacaciones, la primera de ellas es una noticia que me ha llamado mucho la atención y que os voy a explicar ahora mismo.

El Papa, el de Roma; ese señor que va siempre vestido de blanco y que es el cabeza de la grey católica, se ha sacado de la manga una ampliación de los tan conocidos pecados capitales…
Todos o creo que casi todos estamos al tanto de los famosos pecaditos de marras, los que Dante puso tan de moda en la Divina Comedia y que creo que no hace falta que os de una clase magistral sobre ellos, sólo os escribiré cuales son para que si alguna vez tenéis la tentación sepáis bien de cuales se tratan, pues la mejor manera de evitarla es caer en ella y para eso hay que tener conocimiento de causa: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.
Monseñor Girotti ha manifestado que la vieja lista de pecados elaborada por el Papa Gregorio Magno en el siglo VI, no bastaban para los tiempos modernos y que estos debían ser actualizados.

Con esto no estoy diciendo que los antiguos ya no sirvan, no ha habido cambio ni substitución, sólo se han añadido más.
Y es que el recién llegado al trono del Vaticano parece que está dispuesto a volver a los viejos tiempos y está apretando el cinturón a sus feligreses, él quiere que la misa vuelva a ser en latín y que el ordenante esté de espaldas a la congregación, como cuando la gente no se enteraban absolutamente de nada, ya sabéis, mantenerlos en la inopia es la mejor manera de tenerlos controlados.

De momento y antes de nada, me gustaría preguntar quién es ese señor para sacarse de la manga unos cuántos mandamientos, teniendo en cuenta que supuestamente eso sería privilegio del Altísimo.
Aunque lo más indicado para que podamos empezar a pensar quienes son los que tendrán el castigo eterno e irán al infierno sin derecho a redención, pues eso es lo que un pecado capital supone, es que nos aclaren si este existe o no, vamos digo yo, pues según el anterior Papa, Juan Pablo II, el infierno no es un lugar, sino un estado del hombre que se encuentra alejado de Dios, pero…
Benedicto XVI ha dicho que el averno y todos sus castigos si existen y que allí irán todos los que incumplan todos los pecados capitales, los viejos y los recién incorporados.

Entre estos siete pecados sociales los hay para todos los gustos, pero entre ellos puedo destacar tres realmente pintorescos, sobre todo teniendo en cuenta quienes los han creado:
No provocarás injusticia social: hoy mismo he oído en las noticias que han echado de una congregación a una mujer que se ha casado con su compañera de toda su vida, después de esta noticia, no creo que ese pecado necesite comentarios.
No causarás pobreza: supongo que a partir de su instauración, la Iglesia dará ejemplo vendiendo algunas obras de arte para crear puestos de trabajo en el tercer mundo o quizás mantener a los millones de niños que nacen cada año debido a la negativa de la Iglesia del uso del preservativo y cualquier otro método anticonceptivo.
No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común…desde luego ellos no son ya que viven en la más absoluta de la pobreza y no han atesorado ninguna riqueza ni lo harán jamás, pues los tesoros que se encuentran entre las paredes del Vaticano no pertenecen a la Iglesia, estos son propiedad de Dios y como él aún no ha hecho intención de llevárselos a la Gloria, pues estos sacrificados señores los van almacenando por si algún día al Creador se le ocurre recogerlos.

La Iglesia católica se llama a si misma Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, pero lo que es realmente curioso es que no se denomina cristiana. Según dicen, Jesús predicó sobre todo AMOR y la Iglesia lo debió entender al revés: ROMA, dedicándose desde entonces a conseguir el poder que representaba Roma, pisoteando los ideales del Cristianismo.
Es conocido por todos que el clero de todas las religiones ha sabido cubrir muy ampliamente sus propias necesidades, pero la Iglesia de Roma lo ha hecho más que generosamente; llegando a ser dueña de la tercera parte de las tierras de Europa y siendo hoy en día la mayor terrateniente privada del orbe, el Vaticano es actualmente una de las primeras potencias financieras del mundo.
La avaricia del clero está documentada indiscutiblemente por testimonios de todas las épocas y en todos los rincones del planeta. La fe católica se presta fácilmente al cinismo y a la hipocresía moral, ya que existe una incoherencia entre lo que dicen creer y en como realmente obran.

Así que además del nuevo pecado de no enriquecerse a expensas del bien común, podríamos añadir también la avaricia, la soberbia, la mentira y un sin fin de pecados que más o menos graves haría que estos “elegidos y santos caballeros” fuesen los primeros en ir de cabeza a reunirse con Satanás, siempre y cuando ellos mismos se pongan de acuerdo de su existencia.

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martes, 25 de marzo de 2008

Vacaciones



¡Muchachos, me voy de vacaciones a Barcelona!, donde amigos y familia me están esperando, eso creo.
Espero que los hados me sean propicios y que el tiempo mejore considerablemente, preferentemente el calor, pues sino tengo el presentimiento que no me voy a mover de la cama.
Estaré unos días sin escribir, pero cuando regrese seguiré…es una amenaza.
Muchos besos y hasta pronto

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José


José vendido por sus hermanos:

José era hijo de Israel y en el momento en que llegamos a esta historia tenía dieciséis años.
Era el pequeño de una familia numerosa y había nacido cuando Jacob, su padre, ya era muy viejo, razón por la cual lo quería mucho y le consentía en todo lo que quería, tanto así que le mandó hacer una túnica de colores de manga larga la mar de mona, que se convirtió en la envidia de la comarca.
José cuidaba ovejas junto con sus hermanos; aunque ellos no lo podían ver, al punto que cuando se lo encontraban le giraban la cara y no lo saludaban; no me extraña, mimado y encima con la túnica más bonita de toda la región.
Según cuentan las “Escrituras”, parecer ser que José fue el primer vidente de la historia pues podía interpretar los sueños que tenía, uno de los sueños consistía en que estaban en el campo haciendo manojos de trigo, de repente el de José se levantó y se quedó derecho y los manojos que habían hecho sus hermanos se pusieron a su alrededor y le hicieron reverencias.
Ya os podéis imaginar a los hermanos, si antes no lo podían ver, ahora, con el cuento de los manojitos pues no estaban muy contentos que digamos.
-¿Qué se habrá pensado este niñato, qué porqué tiene una túnica de manga larga piensa que todos nos tenemos que poner a sus pies?- decían sus hermanos.
Pero el muchacho, en lugar de callarse, cada vez que tenía otro sueñito corría como loco a contarlo.
-¿Sabéis?, vi el sol y la luna y once estrellas que me hacían reverencias.
El padre tuvo que intervenir llamándolo a capítulo y diciéndole lo mismo que sus hermanos, pero con cariño, eso de los sueños lo tenía muy preocupado, creía que eran puro cuento y que José se estaba pasando, pero bueno, teniendo en cuenta de que era el mimado de la casa tampoco le decía gran cosa.
Un día, los hermanos se fueron a Siquem buscando pasto para las ovejas y el padre que parece ser no se fiaba ni un pelo de ellos le dijo a José:
-Tus hermanos están en Siquem ve a ver como están ellos y las ovejas y tráeme la respuesta.
Rápidamente José le contestó que iría con mucho gusto, se enteraría de lo que hacían sus hermanos y de paso les podría contar alguno de sus sueños.
Así que se fue para allí, pero cuando llegó y después de haberse perdido tantito por la región, resultó que sus hermanos se habían ido a otro lugar llamado Dotán, camino que emprendió sin pensárselo dos veces, las órdenes del padre había que cumplirlas, además se moría de curiosidad por saber que es lo que hacían tan lejos y sin avisar a su Padre.
Los encontró desde luego en Dotán y estos, al verlo venir se dijeron entre ellos:
-¡Vaya!, ¿Es qué no nos podremos librar de este tío jamás, siempre ha de meter las narices en todo lo qué hacemos?
Y como ya estaban hasta la coronilla de su hermano planearon cargárselo.
-Le arreamos un golpe y luego lo tiramos a un pozo y decimos que un animal se lo comió, ¡vamos a ver si esto también lo ha soñado! – dijo uno de ellos preparándose para darle el mamporro mientras le reían la ocurrencia.
Pero uno de ellos, Rubén, que tenía mejor corazón que los otros les dijo:
-No lo matemos, echémoslo en ese pozo que está en el desierto, pero no le pongáis la mano encima.
Así que cuando José llegó a donde estaban le quitaron la bendita túnica y en pelota picada, lo tiraron al pozo que estaba seco y tan tranquilos se pusieron a comer al lado de este.
Mientras comían, pasó una caravana de ismaelitas que llevaban perfumes, bálsamo y mirra para venderlos en Egipto.
Otro hermano, Judá, le dijo al resto, ¿Qué ganamos con matarlo y después tratar de ocultar su muerte? Mejor lo vendemos a los ismaelitas, después de todo es nuestro hermano.
¡Qué considerado!, así luego se repartirían los beneficios y con eso podrían organizar una parranda inolvidable, sus hermanos estuvieron de acuerdo, no me extraña, de esa manera, se deshacían del pesado de la túnica y de una, de sus sueños de grandeza.
Cuando los ismaelitas llegaron lo sacaron del pozo y lo vendieron por veinte monedas de plata y así es como José llegó a Egipto.
Así que cuando llegó Rubén, que no se sabe donde estaba y vio que el muchacho había desaparecido del pozo, rasgó su ropa en señal de dolor; seguro que lo que quería era la túnica de manga larga, se volvió a sus hermanos y les dijo:
-José ya no está, ¿qué voy a hacer?
Pero sus hermanos dijeron:
-No hacía falta que rasgaras tu túnica, pues la de José no será para ninguno de nosotros.
Los demás se quedaron con la boca abierta, pues ya había algunos que se estaban frotando las manos pensando en lo elegantes que se verían metidos en esa hermosa túnica de mangas largas.
La dichosa túnica de colores fue rasgada y los trozos fueron manchados con la sangre de un cabrito que mataron y, convertida en jirones la mandaron a su padre con un mensaje anónimo que decía:
-Encontramos esto, fíjate bien si pertenece o no a la túnica de tu hijo José.
Desde luego cuando el padre la reconoció, un poco más le da un soponcio, pero tuvo fuerzas para decir:
-Si, es la túnica de mi hijo, algún animal salvaje lo hizo pedazos y se lo comió.
Entonces rasgó sus vestiduras y se vistió de luto y por mucho tiempo lloró la perdida de su hijo diciendo que lo llevaría hasta que se reuniera con él entre los muertos.
Espero que no se les muriera mucha gente porque no deberían ganar para ropa, tanto rasgar, qué desperdicio de tela y dinero.
Y el muchacho marchó con la caravana de hacia Egipto donde fue vendido a Potifar, un funcionario del faraón y capitán de su guardia.

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domingo, 16 de marzo de 2008

...Y cayeron chuzos de punta.


Segunda entrega:

En este momento Las Escrituras nos dicen que Noé tenía seiscientos años de vida y que era el día diecisiete del segundo mes y es en ese preciso momento cuando: “irrumpieron todas las aguas del abismo y se abrieron las compuertas del cielo y la lluvia cayó por cuarenta días y cuarenta noches”
Como las aguas crecían y crecían, el arca empezó a moverse y a flotar por encima de las aguas, estas crecieron tanto que llegaron a cubrir todos los montes más altos que hay bajo el cielo.
Desde luego no quedó ni bicho viviente sobre la tierra, todo lo que tenía vida pereció bajo las aguas, sólo los que se encontraban dentro del arca con Noé se salvaron.
La inundación duró ciento cincuenta días, y a Dios, que hasta ese momento había estado muy ocupado descargando toda su “Cólera” sobre la tierra y los que en ella estaban, como que se le encendió una lucecita y dándose un golpe en la frente exclamó:
-¡Cachis!, si tengo a Noé y a todos aquellos metidos en el arca, ¡Qué cabeza tengo!, un poco más y se me olvida.
Entonces generó un viento sobre la tierra y bajaron las aguas. “Se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo y paró de llover”.
Al dejar de llover la tierra empezó a absorber poco a poco las aguas; pero no creáis que esto pasó de golpe, no, ni mucho menos, aquí Dios dejó que las cosas siguieran su curso y la cosa tardó ciento cincuenta días más, ¡claro, tanta agua!
Como es de suponer, al arca ya le iba faltando el líquido elemento para flotar, así que el día diecisiete del séptimo mes el arca quedó parada sobre el monte Ararat, tuvo que ser en la cima pues la tierra absorbido agua pero no tanto.
Las aguas siguieron bajando y bajando y al cabo de cuarenta días y supongo que debido a la cantaleta monocorde de su esposa que ya estaría harta de estar encerrada ahí, Noé se dignó a abrir la claraboya del arca y soltó un cuervo que, feliz de salir de aquel lugar donde había una peste horrible y donde nunca se podía dormir con tranquilidad debido a los gritos de todos aquellos animales, salió volando más feliz que unas castañuelas.
Pero el pobre tuvo que volar cada día yendo y viniendo, llegando cada noche más cansado que una mula pues no había lugar donde posar las patitas y poder tomar un respiro, después soltó una paloma, supongo que para dejar descansar al pobre cuervo que a estas alturas ya estaría derrengado de tanto vuelo.
Vete tu a saber cuantos días llevaría el pobre animal levantándose a la hora de las gallinas para pasarse el día volando sin descanso, así que cuando Noé dejó volar a la paloma el pobre cuervo soltó un suspiro de descanso y se puso a dormir con la cabeza metida debajo de un ala la mar de contento.
Desde luego la paloma no encontró donde posarse y regresó también hasta el arca, entonces el hombre esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, el pobre cuervo se llevó un susto de espanto cuando vio que Noé ese dirigía hacia ellos, pero al ver que este pasaba de largo de donde estaba y se dirigía a la paloma, sacudió las alas y se quedó apoyado en su palito muy satisfecho.
Así pues, la paloma salió volando, pero esta vez al regresar por la tarde llevaba una ramita de olivo en su pico, signo indiscutible de que la vida había vuelto a brotar en la tierra.
Esperó otros siete días más y de nuevo soltó a la paloma, la misma, que ya no volvió más; no me extraña, seguro que regresó la otra vez porque no tenía donde quedarse; pero como esta vez las aguas ya habían desaparecido la paloma huyó de aquel puñado de chalados que la habían agarrado de donde plácidamente vivía y la habían metido en aquel apestoso lugar.
Así que, el día uno del mes uno y cuando Noé tenía seiscientos un años de edad, este levantó la cubierta del arca; no recuerdo ninguna cubierta en las instrucciones…y vio que la superficie de la tierra estaba seca.
Entonces Dios le habló y le dijo:
-“Sal del arca, tu, tu mujer, tus hijos y tus nueras, saca también todos los animales que están contigo: las aves, ganado, y reptiles, que llenen la tierra, que crezcan y se multipliquen sobre ella”.
Salió pues Noé y su familia y los animales también estos por especies, todos muy ordenaditos.
Y yo me pregunto, ¿Qué hubiera pasado si Dios no le hubiera dicho que podían salir, se hubieran quedado allí y aún seguirían allí y si no hubiera especificado a quien tenía que sacar, hubiera olvidado a alguien, por ejemplo, la esposa?
Me puedo imaginar las ganas locas que tendrían de salir de aquel lugar donde habían estado encerrados por tanto tiempo, ya he dicho antes que aquello olía a rayos, aunque teniendo como antecedentes la manzana y ahora esto del diluvio, lo más acertado fue esperar; no fuera a pasar que después de haber construido la bendita arca, haber cazado todos aquellos animales, meterlos dentro, que lo suyo costó y de haber estado encerrados por meses, a Dios le diera por tener otra de sus pataletas y señores, ¡La jodimos!, que estos eran los últimos, no había nadie más en la tierra, así que creo que es por eso que Noé esperó pacientemente a recibir instrucciones del Altísimo.
Noé levantó un altar al Señor tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras y los ofreció holocausto sobre él, el Señor aspiró el perfume agradable y se dijo:
Y aquí vuelvo a hacer otro inciso para decir: ¡Hay qué joderse!, o sea que, Noé se mata buscando los animales de marras, siete parejas de cada uno, se pasa yo que se cuanto tiempo metido en el arca que olía que alimentaba, ¿y hace un altar y los quema?, y encima el Señor aspira el aroma; que desde luego sería delicioso y no le dice: ¡Menso, qué nos quedan pocos!, eso si que no lo entiendo, designios aparte.
Decía que el Señor aspiró el perfume agradable y se dijo: “No maldeciré más la tierra por culpa de los hombres, porque los impulsos del corazón humano tienden al mal desde su adolescencia, jamás volveré a castigar a los seres vivientes como acabo de hacerlo”.
¿Me permiten una pregunta?, ¿No qué hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios?, no, si yo sólo pregunto y otra más, ¿No qué Dios es perfecto y todo lo que hace es perfecto también?, ¿entonces?...
Dios bendijo a Noé y a sus hijos, de la esposa y las nueras no especifica nada y les dijo: “Sed fecundos, multiplicaros y llenad la tierra. Todos los animales os temerán y respetarán”; así les va a los pobres.
“Las aves del cielo, todo lo que se mueve sobre la tierra y todos los peces del mar están en vuestras manos”.
“Todo cuanto se mueve y tiene vida os servirá de alimento, yo os lo doy, como antes os di las verduras”.
Pero no debéis comer carne que tenga aún vida dentro, esto es: su sangre”, acababa de inventar la comida kosher.
“Yo pediré cuenta estrecha de cada uno de vosotros; se la pediré a los animales y al hombre; a cada uno le pediré cuenta de la vida de su hermano”
“Quien derrame sangre de hombre será la suya derramada por el hombre”
Y Dios siguió diciendo a Noé y a sus hijos:
“Yo establezco mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes y con todos los seres vivientes que hay entre vosotros, aves, ganados, bestias del campo, todos los animales que salieron con vosotros del arca.
Ningún ser volverá a ser exterminado por las aguas de un diluvio que arrase la tierra”
¿Se nos puede exterminar de otras maneras?, no he encontrado letra pequeña en este párrafo sobre eso.
“Esta será la señal que selle nuestro pacto entre nosotros por todas las generaciones futuras. Yo pongo mi arco iris en las nubes, él será la muestra de la alianza entre mí y la tierra. Cuando cubra de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza con vosotros y con todos los seres vivientes de la tierra”
Para mi que el Creador tiene muy mala memoria, primero se le olvida de que tiene al pobre Noé y pandilla metidos en la dichosa arca y ahora va y dice que necesita un recordatorio para que no nos vuelva a ahogar de nuevo, que cuando aparezca el arco iris recordará el pacto.
Claro, que tampoco se como funciona eso de ser Dios, debe ser algo así como que uno está tranquilo en su nube y piensa:
-Voy a ver si me cargo a unos cuantos con un diluvio y se pone a llover, pero de repente aparece el arco iris ese de marras y se dice uno con otro golpecito en la frente, ¡Ángeles del cielo, el pacto!, ni me acordaba, ¡Oye qué cabeza!, bueno pues que sean cuatro gotas.
Después que Dios hablara y dijera todo lo que tenía que decir, Noé y los suyos se instalaron cerca del arca; los animales salieron huyendo rápidamente, no fuera que a aquel chalado le diera por meterlos otra vez en semejante aprieto y apretura, el cuervo fue el primero en salir por pies, bueno, más bien por alas y poner bastante distancia entre él y Noé.
Fue así como la vida empezó a entrar en rutina, se organizaron los rebaños, escasos al principio, y se empezaron a crear los huertos donde se plantó toda clase de vegetales, entre ellas una vid.
Un día en que la vid ya estaba crecidita, no se que haría Noé con ella o mejor dicho con las uvas, pero cogió una borrachera de muerte, fue de tal calibre que Noé se desnudó dentro de su tienda y quedó tumbado en el suelo en pelota picada.
Eso debería ser algo muy raro en aquellos tiempos porque su hijo pequeño Cam, cuando lo vio salió disparado a contarles a sus hermanos que su Padre llevaba una corgorza de cuidado y que estaba en porretas tirado en el suelo.
Sem y Jafet cuando se enteraron de que su padre estaba borracho y en pelotas corrieron a la tienda y muy respetuosos cubrieron su cuerpo con un manto, pero eso si, sin mirar en ningún momento la desnudez de su padre.
Cuando a Noé se le pasó la cogorza y se enteró de lo que había hecho Cam y como había aprendido a ser justo a través del Señor, lo dio como esclavo a sus hermanos para que así aprendiera que a un padre se le respeta y no se le ve desnudo, desde entonces se le quitaron las ganas de contarles nada a sus hermanos ni a nadie más.
Noé vivió trescientos cincuenta años más después del diluvio y murió a los 950 años.
Y así fue como tuvimos que volver a multiplicarnos, por descontado, nadie le hizo ascos a eso y encantados de la vida nos multiplicamos de lo lindo.

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