miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡Viva las Vegas!


Este verano he pasado tres semanas en México, como siempre ha sido una delicia y me he divertido de lo lindo, allí tengo muy buenos amigos.
Una de ellos y mucho más que una amiga, es Ada, es una mujer con un corazón enorme, sentido común como he visto en pocos y muy sabia, aunque ella no quiera reconocerlo; deliciosamente loca y un sentido del humor impresionante.
Pues bien, Ada es especial y tiene una forma muy peculiar de contar las cosas, lo hace de tal manera que es imposible imitarla pues usa unas expresiones que la hacen única.
Durante estas vacaciones me puso al día de muchas cosas que pasaron durante los dos años que no nos vimos y entre ellas también contó alguna que otra anécdota que no conocía y cuando ella me cuenta algo nunca pongo en duda su veracidad.
Ahora voy a contaros una de esas anécdotas y que hicieron que todos los que allí estábamos nos muriéramos risa, no sólo por el hecho, si no también y como ya he dicho antes por la forma que tiene de contar las cosas.
Una pareja de recién casados hijos de una amiga de Ada, vecinos de un pueblo de México y parece ser que no muy expertos en viajes al extranjero, decidieron ir de luna de miel, nada más y nada menos que a Las Vegas, Nevada, Estados Unidos de América.
Desde luego, la familia los aleccionó sobre las medidas a tomar para evitar problemas en ese lugar de orgía y desenfreno y los avisaron hasta la saciedad sobre la depravación, el vicio, la delincuencia, que hacen a Las Vegas, la Sodoma y Gomorra moderna.
Esta pareja, llegó al hotel tan obsesionada con la seguridad que debían tener todo en todo momento, que se pasaron el viaje desconfiando hasta de su propia sombra y creo que no llegaron a divertirse todo lo que les hubiera gustado.
Una mañana y mientras estaban disfrutando del sol en la piscina del hotel, la muchacha descubrió horrorizada que había dejado olvidadas las tarjetas de crédito en la habitación, así que sin pensarlo dos veces y en bikini, se dirigió rápidamente al elevador para rescatar las tarjetas en peligro.
Como la piscina se encontraba una planta más abajo que la recepción, al llegar al primer piso, las puertas se abrieron y entró, lo que según ella era un “negro de proporciones descomunales” con un perro.
Y teniendo en cuenta todo lo que le habían advertido, lo primero que pensó fue:
-¡Dios, me van a violar!, mejor me quedo quieta y a ver si consigo escapar del ataque.
Así que se quedó en un rincón del ascensor, sin atreverse a mover, en ese momento el hombre dio una orden, “sit”, desde luego dedicada al perro, pero nuestra amiga estaba en tal estado de espanto que inmediatamente se sentó en el suelo y se quedó allí, pensando que si colaboraba quizás no sería tan traumática la agresión y acuclillada en el rincón, esperó que llegara el fatídico momento.
Lo que llegó fue el ascensor al piso donde ella tenía que bajar. Si el hombre ya estaba extrañado por el inusual comportamiento de la muchacha hasta ese momento, lo que estaba viendo ahora, rozaba el esperpento.
Y es que la chica, asustadísima y con mucho tiento, estaba saliendo del ascensor a cuatro patas y de esta guisa se estaba encaminando a su habitación, así que a gatas recorrió el pasillo que la separaba de su “agresor”, mientras que de vez en cuando dirigía alguna mirada sobre su hombro, controlando por si el monstruo se iba hacia ella, aunque realmente lo que él estaba haciendo, era mirarla desde donde estaba, cada vez más sorprendido por aquel comportamiento tan extraño. Cuando la señorita llegó a su habitación y con un ataque de pánico debido al espantoso momento que acababa de pasar, llamó inmediatamente a recepción y avisó del asalto al cual había escapado….
Desde luego, en el hotel se disculparon por el terrible momento que había pasado la señora y le aseguraron que en su hotel la seguridad era muy buena y que jamás les había ocurrido algo parecido, pero que investigarían.
En fin, los días pasaron y nadie le supo decir que había pasado con su “agresor” y sin noticias del hombre en cuestión terminó la luna de miel, cuando fueron a abonar la cuenta del hotel, el recepcionista les informó que la cuenta estaba pagada, ellos se miraron extrañados ya que ninguno de ellos lo había hecho, pero un sobre que en ese momento le tendían a ella los sacó de dudas, dentro, una corta nota decía así:
Jamás en mi vida me he divertido tanto como el día en que me la encontré a Usted en el elevador, es por eso que me atrevo a hacerle este pequeño regalo como muestra de mi agradecimiento.
Muchas gracias.
Lionel Richie
Para que añadir más...

Leer más...

miércoles, 13 de agosto de 2008

Cambiemos paradigmas


“Paradigma es como el sistema de creencias inconscientes de una cultura. Vivimos y respiramos esas creencias y pensamos e interactuamos de acuerdo con ellas"
"¿Y tu qué sabes?"

Nuestra actual civilización está en un grave momento, no se trata solamente de ecología, es mucho más que eso, y la raíz del problema se encuentra en la forma en que hemos enfocado las cosas.
Sea lo que sea, creo que ha llegado el momento de que empecemos a ver las cosas de otra manera, pues ha quedado suficientemente demostrado que de esta no está funcionando para nada, es más, cada vez estamos peor y si no ponemos remedio a la forma en que actuamos, vamos de cabeza al desastre.
Hasta ahora nos hemos dejado llevar e influenciar por lo que nos han hecho creer, tanto nuestros gobiernos como nuestras religiones organizadas. Estos dos estamentos se han dedicado a interpretar las cosas a su manera y hacernos creer que tienen la verdad.
¿La verdad de qué, cuál es, quién la tiene, acaso la tienen todas las religiones que hay en el mundo, es propiedad de los políticos o quizás la tendrá alguna de las razas qué conforman el género humano?
Los seres humanos siempre hemos tenido el convencimiento de que todo lo que nos rodea nos pertenece y lo que es más, que las personas que tenemos más cerca de nosotros también son nuestra posesión.
Hemos dividido el planeta en porciones y a esos pedazos los hemos llamado países, los nuestros. Hemos tomado posesión de ellos y no sólo del suelo que pisamos, si no de lo que hay en el subsuelo y hasta del cielo sobre nuestras cabezas, y si hemos creído que este era demasiado pequeño, o que no teníamos suficiente, no nos ha importado invadir el de al lado. Hemos matado por ellos, nos hemos dejado matar y eso lo hemos encontrado justo y necesario, todo por “nuestros” países.
Hemos destruido pueblos enteros en el nombre de Dios, porque se nos ha dicho que los que no creen en el mismo que nosotros no son poseedores de la verdad, por lo tanto deben desaparecer por órdenes del Creador. Se nos ha hecho creer que somos pecadores y por esa causa él está alejado de nosotros, sea el que sea, y si no cumplimos sus “mandamientos”, él nos castigará o nos condenará al fuego eterno, en definitiva, se nos ha dado la forma de pensar, qué pensar y cómo, y a veces hasta cuando hacerlo.
Como ya he dicho antes, no sólo se trata de ecología, estoy hablando de todo, desde economía, política, religión, justicia… en fin, todo. Empezando por nosotros mismos y la manera en que vemos las cosas que nos rodean y la forma en que nos vemos.
Hasta ahora hemos vivido con las creencias que nos han dado gobiernos y religiones desde que éramos niños y la razón es porque la mayoría de la gente prefiere permanecer en la seguridad de lo conocido y no ponerse a pensar en cosas raras, que lo único que harán es sacarnos de nuestra inconsciente comodidad.
Nuestros gobernantes se han encargado de que todo lo veamos como ellos quieren, del mismo modo que lo ha hecho la religión durante siglos; claro, tantos años de la mano al final el alumno termina aprendiendo.
El miedo, la desinformación y la manera en que nos mantienen en la inopia alimentando nuestra “inteligencia” con basura que no lleva a ningún lado, pero que sí nos mantiene adormilados, son sus armas.
Hasta ahora lo único que hemos estado haciendo en nuestra inconsciencia del dejarnos llevar y seguir en la seguridad de nuestros viejos paradigmas, es hacer sufrir nuestro planeta, saquear sus recursos y despojar su pureza, así que, nuestro mundo contaminado ha entrado en barrena hasta llegar al borde de la extinción.
Pero el problema más serio es que, el viejo modelo no ha hecho bastante para que el ser humano deje de sufrir, no lo ha liberado de la pobreza, de la injusticia y de la guerra. Incluso podríamos decir que muchos de estos problemas, han empeorado por causa del paradigma que ha imperado tanto tiempo.
En este momento hay millones de personas que se han dado cuenta que es tiempo de cambiar y si lo que realmente queremos es un mundo que viva en paz y armonía aún estamos a tiempo de hacerlo y teniendo en cuenta que las creencias crean conductas, entonces…
…Por qué no cambiar nuestros viejos paradigmas para crear nuevas conductas.

Leer más...

miércoles, 6 de agosto de 2008

Las intenciones del Señor


Entonces Moisés decidió tener una charla con Dios y le dijo así:
-¿Señor, por qué castigas de esta manera a este pueblo, para que me enviaste aquí?, Desde que vine a hablar con el faraón, este ha maltratado aún más a tu pueblo y tu no has hecho nada para salvarlo.
No se de que se extraña ahora este tipo, el Señor ya se lo dijo, le contó cuáles eran sus planes, Dios ya le había dicho que haría que el faraón se pusiera terco y no los dejase salir, así que no entiendo ahora a que viene esta queja, lo tenía que haber hecho antes, vamos, creo yo, si él no entendía que tenía tratos directos con él, menos lo vamos a entender nosotros, pero bueno, ya sabéis, designios…
Y como ya os podéis imaginar la respuesta no se hizo esperar, pues el Señor le contestó:
-“Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón, porque sólo por la fuerza os dejará salir de su país; es más, él mismo os dirá que se vayan.
Acabáramos, así es como pensaba el Señor, fastidiarlo hasta que el hombre dijera, ¡Qué se vayan, qué me dejen tranquilo, no quiero verlos más!
Moisés ya se daba por satisfecho con la respuesta, pero parece que Dios no había terminado de decir todo, así que se tuvo que dar media vuelta y volver a ponerse de rodillas mientras el Señor le decía otra vez lo de los tres de siempre, lo del pacto con ellos y que nunca les había dicho su nombre y que su nombre es el Señor, le habló de que les había prometido darles la tierra de Canaán, o sea en la que vivieron como extranjeros por algún tiempo.
Y añadió que ahora que había oído que los israelitas sufrían y los egipcios los obligan a trabajar se había acordado de su pacto; ¡Qué memoria, qué memoria!, y yo me sigo preguntando, ¿No qué lo ve todo?, ¿hasta ahora no se había dado cuenta de que esta gente estaban trabajando como animales?, seguro que está muy ocupado vigilando los pecados que cometemos y no se da cuenta de las que pasan en su reino, o es que además de que tiene mala memoria, es un despistado de cuidado, porque si no ya me dirás, pero prosigamos con las palabras del Señor
-“Voy a liberarlos de su esclavitud, desplegaré mi poder y los salvaré con grandes actos de justicia, diles que los tomaré como mi pueblo”
¿Qué no lo son todos los pueblos de la tierra, o es qué ellos son mejores por algo qué no sabemos y a los otros los va a repudiar?, otra pregunta; ¿Si el Señor, que es omnipresente, se hubiera dado cuenta antes la cosa no hubiera sido más fácil? , ¿El guión ya estaba escrito y no se podía cambiar, o sólo quería demostrar lo poderoso qué es?
-“Así sabrán que soy el Señor su Dios, el que los salvó de los duros trabajos a los que habían sido sometidos por lo egipcios”; claro que no dice que nada de esto hubiera pasado si él no lo hubiera empezado, enviando a José a Egipto a descifrar sueños.
Bueno, poco a poco nos vamos dando cuenta de que va todo eso, señores, vanidad, simplemente vanidad.
Así que el pobre Moisés ya lo ves corriendo a llevar el recado a los israelitas, y claro, estos no le hicieron el más mínimo caso, la cosa parecía recochineo, de verdad.
Entonces Dios le volvió a decir a Moisés:
-“Ve a decirle al faraón que deje salir de Egipto a los israelitas.
Moisés, con un profundo suspiro, le dijo:
-Pero si ni los israelitas me hacen caso, como vas a pretender que el faraón lo haga, además tu ya te has encargado de que el faraón esté cada vez más cabezota en no dejarlos salir, así que ya me dirás, y teniendo en cuenta lo torpe que soy para hablar, pues más a su favor, se va a morir de la risa.
El pobre Moisés ya empezaba a estar un poco harto de ir todo el día arriba y abajo con recaditos del Señor y encima, que nadie le hiciera el más mínimo caso.
Pero el Señor insistió y le dijo:
-“Ve ante el faraón y exígele que deje salir a los israelitas de Egipto”
-Señor, ya te he dicho que soy muy torpe hablando, que no me hará caso, créeme, yo sé lo que me digo, hazme caso por una vez, que no se hablar.
Así que el Señor le dijo:
-“Está bien, mira voy a permitir que actúes en mi lugar ante el faraón y que tu hermano Aarón hable por ti, Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y entonces yo descargaré mi poder sobre Egipto y con grandes actos de justicia yo sacaré de allí a mi ejercito, es decir a mi pueblo, a los israelitas. Y cuando haya hecho esto, los Egipcios sabrán que soy el Señor”
A todas estas, parece ser que Moisés no era el chaval atlético que nos presentaron en la película, ni mucho menos, Charlton Heston era joven en aquella época, pero Moisés tenía entonces ochenta años y su hermano ochenta y tres, desde luego, no eran unos chavalitos como para andar todo el día arriba y abajo con recaditos para todo el mundo.

Leer más...

De vuelta

Hola a todos, qué os puedo decir..., ya veis, de regreso, si, así es, se terminaron mis vacaciones.
Después de estar en mi querido México y en mi ciudad natal, Barcelona, estoy de nuevo teclas en ristre, con la cabeza desempolvada y con locuras nuevas.
A los que no se han cansado de esperar les doy las gracias por su fidelidad y su paciencia infinita.
Así que sin más preámbulos ni dilaciones voy a seguir con mi relato de Moisés e iré intercalando algunas cosas nuevas; tanto si os gustan como si no, me gustaría saber vuestras opiniones, por favor no dejéis poner vuestros comentarios, gracias

Leer más...

lunes, 16 de junio de 2008

Babel ya no es lo que era


Supongo que todos habréis oído hablar de la Torre de Babel y también que Dios evitó que llegara al cielo haciendo confundir a sus constructores al haceros hablar diferentes idiomas; se nos ha hecho creer que la aparición de todas las lenguas es el castigo de un creador vengativo para que los hombres jamás pudieran llegar juntos a algo que representara una amenaza para la grandeza del Señor.
Prefiero pensar que las diferentes formas de expresión son el resultado de la situación geográfica de cada una de las etnias que componen el conjunto de la humanidad y su necesidad de expresarse.
Hoy en día la globalización ha hecho que cada vez la gente esté más cerca la una de la otra y que las barreras idiomáticas y culturales sean cada vez más difusas.
Cuando se casó mi hijo mayor, el juzgado de Bellagio parecía una sucursal de la Naciones Unidas, mi nuera es colombiana, mi hijo alemán, el padrino mexicano y yo que como todos sabéis soy española, así que en el momento de la ceremonia, en la mesa del juzgado, éramos seis personas y cinco nacionalidades distintas y para acabarlo de arreglar, la boda nos fue traducida al inglés.
En todos los países en que he estado viviendo, me he encontrado con gente de diferentes nacionalidades, pero ni siquiera en Panamá he visto la cantidad de gente de todo el mundo como desde que estoy en el Medio Oriente, aunque esto pueda sonar extraño.
Y aunque donde estoy ahora no es Dubai y no hay ningún atractivo turístico, la gente busca la manera de ganarse la vida en los lugares más insospechados y mientras se tengan ganas de aventura y el sueldo sea conveniente, nunca dejaran de haber personas dispuestas a viajar por el mundo con la casa a cuestas, yo soy una de ellas.
En el año y medio que llevo en Kuwait, he conocido muchas personas de diferentes lugares del mundo y poco a poco hemos formado un grupo un tanto variopinto con el que nos sentimos muy a gusto.
Roque y Adriana, peruanos, Patricio y Belén, ecuatorianos, Claudia y Narda mexicanas, Nadal francés, Chadia tunecina, Ralph alemán y la que escribe española, como veis otra sucursal de las Naciones Unidas.
Se supone que el idioma común debe ser el inglés, pero la verdad es que hablamos de todo un poco, solemos usar nuestros idiomas maternos y aprendidos, alternándolos con tanta facilidad que a veces no nos damos cuenta en qué idioma estamos hablando, alemán, árabe, catalán, español, francés, inglés, en fin, de todo y lo bueno del caso es que nos entendemos y encima nos lo pasamos de lo mejor.
Claudia es la veterana en el país, casada con kuwaití, está afincada aquí desde que las ranas usaban sable, así que su conocimiento del árabe es muy bueno, ella tiene una frase que define perfectamente a lo que me estoy refiriendo:
“Yel.la, bye , mija”..., que traducido quiere decir, “venga adiós, mi hija”, cómo veis la mezcla es singular y ella no es la única. Palabras como Yel.la, habibi, insha allah, al ham do li allah…, se han mezclado con nuestro vocabulario y son de uso frecuente que combinadas con los giros y expresiones de otros idiomas y del propio, forman un vocabulario bastante exótico.
Lo más normal del mundo en algún evento es que en tu mesa coincidan tres o cuatro nacionalidades diferentes, salir a la calle, entrar en un centro comercial o simplemente ir a comprar al super, son lugares donde fácilmente puedes estar rodeado de gente de todo el mundo.
Es admirable ver como gente de diferentes culturas, credos y condiciones pueden convivir, ya sea en Emiratos Árabes Unidos, Kuwait o en cualquier otro lugar, respetándose los unos a los otros y sin problemas de ninguna clase.
Lo que realmente no me cabe en la cabeza y después de haber visto lo anterior es que, en el resto del mundo no pueda pasar lo mismo, aunque no creo que este problema sea debido a la gente en sí, sino más bien a los gobiernos y grupos de desaprensivos que crean el temor hacia diferentes razas y culturas, manipulándonos hasta crear un ambiente de crispación y odio, ya sea a través del terrorismo o de la idea de la salvación, para luego erigirse en protectores de débiles y oprimidos y con la excusa de nuestra liberación se toman la licencia para mantenerse en el poder y ya en faena, llenarse los bolsillos a costa nuestra.

Leer más...

lunes, 9 de junio de 2008

Animales de compañía


En la actualidad se generan cantidades masivas de noticias, sucesos, deportes, política, sociedad, arte, pero también hay noticias raras, a veces divertidas y otras no tanto, pero que son raras...
Yo creía que en el mundo de los animales que uno puede llegar a tener como mascotas había visto cosas raras, pero lo que le pasó a este individuo francés es absurdo.
Un señor francés, único dato que se da en la noticia, se levantó muy temprano esa mañana de Mayo de este mismo año, pues debía hacer un viaje en tren, tampoco sé por qué ni a donde iba, pero debía viajar y con él iba a llevar una caja con caracoles vivos, si caracoles, de esos normales y corrientes que los franceses llaman “scargots” y que también se comen.
Así pues, con la caja se dirigió a la estación, pagó su billete y salió al andén a esperar la llegada del tren, cuando este llegó, subió y se sentó dispuesto a disfrutar del trayecto.
Al poco rato de marcha, la inspectora se presentó en el vagón y fue pidiendo billetes a los pasajeros, cosa bastante normal, al llegar al asiento donde se encontraba nuestro amigo, la controladora de la compañía francesa de ferrocarriles “SNCF”, le pidió el billete para marcarlo como revisado, pero al reparar en la caja le preguntó con la autoridad que le confería su cargo:
-¿Qué lleva en esa caja?
A lo que el hombre le contestó muy amablemente:
-Unos caracoles.
-¿Y dónde está el billete de los caracoles?, le preguntó la señora o señorita muy en su lugar.
El hombre se la miró desconcertado y le dijo:
-¿Cómo qué dónde está el billete para los caracoles?, no entiendo.
-No se haga el que no entiende ahora, ¿usted no sabe qué los animales domésticos deben pagar el billete reglamentario?, no pueden viajar gratis caballero, aquí paga todo el mundo.
-Vayamos por partes, -siguió diciendo la eficaz empleada, -¿cuánto pesan los caracoles?
-¿Cada uno o todos juntos?, porque normalmente se pesan en grupo, o sea que los venden por kilos- le preguntó el caballero irónicamente.
-¿Me está tomando el pelo?, todos juntos, desde luego ¿dígame, cuánto pesan?
-Pues no sé…, -le contestó atónito-, como unos tres kilos más o menos.
-Entonces me debe abonar 5.10 euros, que es el importe de la multa por transportar, sin billete, animales domésticos de menos de seis kilos.
Desde luego, la conversación no había pasado inadvertida para el resto de los pasajeros del vagón y claro, el cachondeo que se organizó fue de los que hacen época, pues una cosa es llevar un perro, un gato o un canario, pero los caracoles nunca han sido considerados, al menos para mi, como animales de compañía.
Claro que cada uno puede tener las mascotas que les dé la gana, pero nunca he visto a nadie que saque a pasear a un caracol y tampoco se me ocurriría que este buen señor los llevara con él, para que no se quedaran solos y tristes en su casa mientras estaba de viaje.
Ni tampoco he visto, en los veintidós años que hace que tengo animales de compañía, que nadie haya llevado a su caracol Miguelito al veterinario para ponerle sus vacunas o porque sufriera alguna afección pulmonar o algo parecido, así como tampoco he encontrado en los estantes de comida para mascotas, galletitas para gasterópodos, pero claro, todos son gustos y sobre ellos no hay nada escrito e imagino que estos babosos y lentos animalitos con unas hojitas de lechuga se conformarían si es que a alguien se le ocurriera tener uno como mascota.
Más bien creo que el estupefacto caballero los debería llevar a casa de algún amigo para que estos fueran los protagonistas y artistas invitados de un suculento almuerzo.
Desde luego y frente a las repercusiones y el pitorreo provocados por el hecho, la SNCF se comprometió a devolver los 5.10 euros al propietario de los caracoles; supongo que, de paso, también avisarían a su eficiente empleada, que el reglamento se aplica, claro que sí, pero que los caracoles por muy vivos que estén, no son animales de compañía ni mucho menos domésticos, por lo tanto no pagan.

Leer más...

domingo, 1 de junio de 2008

Moisés regresa a Egipto


Moisés, regresó corriendo y muy alterado a casa de su suegro y le dijo:
-Tengo que regresar a Egipto, donde están mis hermanos de raza. Quiero ver si todavía viven.
-Anda, que te vaya bien-, contestó su suegro.
Se ve, por la forma de contestar, que el hombre tenía unas ganas terribles de quitárselo de encima, no me extraña, ¡Por Dios, lo invitó a comer!, es que no me lo puedo sacar de la cabeza, ¡A comer!, ¿Os podéis imaginar?, vosotros invitáis a comer a alguien y este se queda a vivir, se casa con vuestra hija, si es que la tenéis, claro y ve tu a saber cuantos años se quedaría hasta que dijo que se iba, desde ese punto de vista, la contestación del pobre suegro, por muy seca que suene, es totalmente razonable, ¿No creéis?.
Así que Moisés se puso en camino, y mientras aún estaba en la región de Madián, el Señor, se le apareció de nuevo a Moisés y le dijo:
-“Regresa a Egipto pues ya han muerto todos los que querían matarte”.
¡Hombre!, también se podía haber fijado antes, ¿No?, porque ya me dirás tu, el pobre Moisés carga con todas sus cosas, su esposa Séfora, el chico y ¡Hala!, para Egipto que el Señor lo ha dicho, ¿y si resulta que no se ha muerto el Faraón y aún pesa sobre su cabeza la pena de muerte, qué?, ¿Entonces, qué pasa, eh, que hubiera pasado?, esas cosas hay que planearlas con tiempo, ¡Vamos, digo yo!.
Así que de nuevo se montaron en el asno y se encaminaron a Egipto sin olvidar el bastón de Dios en la mano.
Parece ser que por el camino tuvo varios encuentros con el Señor.
En uno de ellos, el Señor le dijo:
-“Cuando llegues a Egipto, pon toda tu atención en hacer ante el faraón las maravillas que te he dado el poder de realizar.
Yo, por mi parte, voy a hacer que él se ponga terco y que no deje salir a los israelitas. Entonces le dirás al faraón: Así dice el Señor: Israel es mi hijo mayor.
Ya te he dicho que dejes salir a mi hijo para que vaya a adorarme; pero como no has querido dejarlo salir, yo voy a matar a tu hijo mayor”.
La verdad, es que no entiendo eso de que iba a hacer que el faraón se pusiera terco, por un lado quiere que los deje salir y en cambio por el otro, dice que él mismo hará que no los deje salir, ¿Qué es lo que se trae entre manos?
Y eso de que si no los deja ir matará a su hijo, al del faraón, o sea, y para aclarar la situación:
Moisés llega ante el faraón para hacer una petición; que los deje salir a adorar a su Dios, el poderoso aliado que tiene y que supuestamente debe hacer todo para que los deje ir, va a hacer que este se ponga terco y por si esto fuera poco, lo amenaza con matar a su hijo si no los deja salir, esto no tiene sentido, ningún sentido, pero sigamos para ver si esto se aclara, que esto debe ser otro de esos designios raros de entender.
Si lo anterior no tiene sentido, lo que viene ahora mucho menos, porque en las “Escrituras” sigue diciendo:
Durante el camino y en el lugar donde su familia iba a pasar la noche, Dios le salió al encuentro y quiso matarlo.
¿Ya se había dado cuenta de que Moisés no era el indicado y no sabía cómo decírselo?
Porque después del rollo que le contó en el monte con la zarza y todo el lío del bastón, la lepra y del cabreo que cogió con las excusas de Moisés, yo creía que la cosa ya estaba clara y que Dios estaba decidido de que sería Moisés quien haría el trabajo, así que no entiendo a que viene eso ahora de querer cargárselo, no lo entiendo, ni tampoco dice nada de eso en la “Escrituras”, pero bueno, sigamos.
Entonces Séfora, ni corta ni perezosa fue rápidamente a buscar un cuchillo de piedra y le cortó el prepucio a su hijo; o sea la pielecilla del minganillo, y tocando con el prepucio los pies de Moisés le dijo así:
-En verdad, tu eres para mi un esposo de sangre.
¡Qué cosa más asquerosa!, ¿Por qué haría una cosa así?, ¿Qué sentido tiene?, pero debería ser algo muy importante porque entonces el Señor lo soltó y Séfora dijo entonces que Moisés era esposo de sangre debido a la circuncisión.
¡Qué cosas más raras hacían en aquellos tiempos!, la verdad es que ellos se debían entender, porque yo no entiendo nada.
A todas estas, el Señor ya se había encontrado con Aarón y le había dicho:
-Ve al desierto a encontrarte con tu hermano.
Y claro, quién iba a hacer lo contrario, así que los dos hermanos se encontraron en el monte de Dios y se abrazaron efusivamente con besos y abrazos.
Moisés lo puso al día de las cosas, le contó lo que el Señor le había dicho y también la grandes maravillas que el Señor le mandaba hacer.
Los dos juntos se fueron a reunir con los ancianos de Israel, y allí Aarón les contó que el Señor se le había aparecido a Moisés y sin ninguna duda lo creyeron y se inclinaron en actitud de adoración.
¡Tanto miedo, tanto miedo!, ya ves, lo creyeron de inmediato. ¡Hombres de poca Fe!
Así que bien contentos por el éxito que habían tenido con los ancianos, se fueron a ver al faraón y una vez allí le dijeron muy confiados:
-Verás, venimos a ti porque el Señor nuestro Dios se ha comunicado con nosotros y ha dicho así:
-Deja ir a mi pueblo al desierto para que hagan una fiesta allí en mi honor.
¡Hala!, parece que la reunión con los ancianos los animó de lo lindo, porque la cosa era que tenían que ir al desierto a hacerle ofrendas y de ofrendas estos dos se fueron directos a una fiesta.
El faraón muy puesto en su sitio les contestó muy serio y propio:
-¿Y quién es el “Señor”, para que yo deje ir a los israelitas?
Claro, como nunca había dicho su nombre, pues no me extraña, ¿Cómo iba a saber quién era el Señor?, pero sigamos escuchando que la cosa aún no había terminado, pues el faraón era un tanto chulo.
-Ni conozco al Señor ni voy a dejar ir a los israelitas.
Y entonces ellos, muy puestos en el papel, le dijeron de esta manera:
-El Dios de los hebreos ha venido en nuestro encuentro, así que vamos a ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios, no sea que nos haga morir por una peste o a filo de espada.
Bueno, ellos lo conocían bien y sabían cómo se las gastaba, pero de todas maneras también se lo dejaron caer para que viera, que tampoco su Dios era como para tomárselo en broma.
El faraón que se había puesto terco, eso ya lo sabían ellos que pasaría, así que no se extrañaron cuando les dijo:
-Moisés, Aarón, ¿Porqué distraen a la gente de su trabajo?, ¡Vayan a seguir trabajando!
Y siguió diciendo:
-Ahora que hay tantos israelitas en el país, ¿Vais a hacer que dejen de trabajar?,- levantándose del trono salió de la sala, dando la audiencia por terminada.
Más tarde y con muy mala idea, por no decir otra cosa, convocó a sus capataces y les dijo de esta manera:
-Ya no les deis más paja a los israelitas para que hagan adobes, como se ha estado haciendo, ¡Qué vayan ellos mismos a buscarla. Pero exigidles la misma cantidad que han estado haciendo hasta ahora, ¡Ni un adobe menos!, son unos holgazanes y por eso gritan: ¡Vayamos a ofrecer sacrificios a nuestro Dios!
La cosa se les estaba poniendo chunga a los pobres israelitas, de verdad esas ideas de Dios no hay humano que las entienda y siguió diciendo:
-Haced trabajar más duro a esa gente; mantenedlos ocupados para que no hagan caso a mentiras.
Los capataces salieron volando a impartir las órdenes pertinentes
Así que los israelitas se dispersaron por todo el país en busca de paja y desde luego los capataces les exigían la misma cantidad de adobes que hacían antes y encima de eso, además golpeaban a los jefes de grupo israelitas preguntándoles:
-¿Porqué no hacéis la misma cantidad de adobes que hacíais antes?
Hartos de aquellos tratos, los jefes de grupo israelitas se fueron ante el faraón y le plantearon el problema.
-Antes se nos daba la paja y ahora no nos la dan y encima nos exigen el mismo número de adobes que antes y por si esto no fuera poco encima se nos golpea. La culpa es de la gente de vuestra Majestad
Pero el faraón erre que erre, les dijo:
-Lo que pasa es sois unos holgazanes y vais diciendo por ahí, ¡Vayamos a ofrecer sacrificios a nuestro Señor!, ¡Iros a trabajar!, tendréis que seguir buscando la paja y haciendo el mismo número de adobes que hacíais antes.
Cuando salieron de hablar con el faraón, estos se encontraron con Moisés y con Aarón que los estaban esperando y estos les hablaron de esta manera:
-Vosotros sois los culpables de lo que os pasa con el faraón y de que este ahora nos mire mal a todos, ¡Qué el señor vea que es lo que habéis hecho y os castigue!, vosotros mismos habéis puesto la espada en sus manos para que os mate.
Aquella pobre gente no entendía nada, lo de los adobes había empezado desde que aquellos dos locos habían llegado y habían estado hablando con el faraón, ¿Y ahora resultaba qué eran ellos los culpables de todo aquel desaguisado?, ¡óigame no!

Leer más...