jueves, 8 de noviembre de 2007

Imagina...


La canción de John Lennon dice: Imagina que no hay cielo ni infierno, que no existen los países, nada porque matar o morir, que no hay religiones, que no hay gula ni hambre, imagina la hermandad entre los hombres, imagina a toda la gente compartiendo el mundo…
Pero en el afán de llenar nuestros bolsillos, hemos olvidado que cada uno de nosotros formamos parte de un todo mucho mayor y del que todos somos responsables; ya sea con nuestro planeta, con nuestros animales, y sobre todo con cada uno de los seres humanos que están en él.
Nos revolvemos en nuestros cómodos sillones e incluso llegamos a cambiar el canal del televisor, cada vez que aparecen imágenes desgarradoras de gente que intenta a toda costa hacer realidad sus sueños, aunque ese intento signifique el fin de los mismos.
O cuando vemos esos ojos enormes que nos miran a través de la pantalla, preguntándonos porque ellos no pueden tener las mismas oportunidades que nosotros.
Quizás pensemos que con cambiar el canal el problema desaparezca, parece ser que a muchos de nosotros, lo único que nos importa es que nuestra vida y comodidades sigan tal como están, que no se nos moleste con esas cosas y menos a la hora de la cena, y que se encarguen las organizaciones que para eso están.
O quizás lleguemos a decir: ¿Cómo puede ser qué pasen estas cosas?, eso no se debería permitir y algunos, hasta lleguemos a soltar alguna que otra lágrima, pero seguimos con nuestra vida olvidando que, cada uno de los que aparecen en la pantalla también desean lo mismo que nosotros, que han dejado detrás una familia y que emprenden ese viaje a veces sin retorno, con los bolsillos llenos sólo de esperanzas e ilusiones.
Algunos pueden decir que Dios no existe, pues si existiera no permitiría que eso pasara, y yo me pregunto, ¿debe ser Dios el qué se encargue, o deberíamos ser nosotros los responsables de que todos tuviéramos las mismas oportunidades?
Si Dios existe le debe quedar poca vida, pues nosotros, que según dicen somos sus hijos, somos los que lo estamos matando cada minuto que pasa.
Lo matamos cada vez que alguien muere en una patera, o en alta mar, cada vez que alguien muere por culpa de las armas, cada vez que alguien muere en nombre de Dios, cada vez que una mujer muere en manos de su compañero, cada vez que un niño muere de hambre, cada vez que una Madre llora de impotencia, cada vez que uno de nosotros pierde la libertad, cada vez que a alguien se le niega la educación, la sanidad, o un techo sobre su cabeza, cada vez que se comete un acto de racismo, cada vez que se da la espalda a alguien que necesita ayuda.
Dejemos de pensar que alguien superior a nosotros debe ocuparse de todo, somos nosotros y nadie más, los responsables de que algo así esté pasando, somos nosotros los que debemos poner solución a un mundo cada vez más inhumano y materialista, no nos miremos más el ombligo, ni nos sintamos tan satisfechos de nuestra vida, ni nos envanezcamos tanto de nuestros éxitos, pues una gran parte de ese todo ni siquiera tiene esperanzas de vida.
Debemos despertar de una vez por todas, darnos cuenta y aprender, que no existen los colores, los idiomas, las fronteras, los países, las religiones, ni los géneros, que la compasión y la fraternidad son los únicos idiomas que debemos hablar, en bien de todos, ya que no somos millones, si no que somos uno, que todos estamos hechos de la misma materia y formamos parte de la misma esencia, y que si dañamos parte de ese todo, nos estamos dañando a nosotros mismos.
…Podríais decirme que soy una soñadora, pero no soy la única. Espero que algún día te unas a nosotros y el mundo será uno.

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