sábado, 16 de febrero de 2008

La primera rebelión


Segunda entrega:

El follón fue de tal envergadura, que por fin, al Señor se le acabó su paciencia infinita, y tuvo que intervenir, aquello había pasado de castaño oscuro, así que decidió que había llegado la hora de ir hasta donde se encontraban aquellos chiflados que seguían arreándose de lo lindo.
Al llegar al lugar y ver la tremenda escabechina que allí se había formado, el enojo fue en aumento y de pronto, de la nube divina empezaron a salir unos rayos sobrecogedores.
¿Podría ser? y esto es de mi propia cosecha, ¿Qué semejante aparato eléctrico, hubiera sido el detonante para el tan traído y llevado “Big Bang”?, sólo son conjeturas mías, desde luego, no es mi intención meterme en Génesis ni demás zarandajas.
Sigamos, estábamos en que Dios se encontraba realmente encolerizado, los rayos salían de la nube por doquier, incidiendo sin distinción en todos los contendientes enzarzados en tremenda bronca, de algunos de los angelicales traseros se podía apreciar alguna nubecilla de humo que se alzaba primorosamente hacia el cielo, el olor a plumas chamuscadas era realmente horrible.
Dios estaba como una moto, nadie lo había visto de aquella manera en todo lo que llevaban de eternidad, que como su nombre indica, no tiene principio ni fin, luego, la cosa ya se hizo más frecuente, y claro, los ángeles se acostumbraron a ella, pero hasta ese momento, su bondad había sido infinita.
Por lo tanto, no se sabe, si debido al nauseabundo olor a plumas quemadas, al aparato eléctrico, o simplemente al hecho de ver a Dios con semejante cabreo, el caso es que pararon inmediatamente de arrearse lirazos o de pisotearse los unos a los otros, y todos ellos quedaron delante de la nube divina, con los ojos como platos y la boca abierta.
Dios, encima de pie encima de su nube les dijo con voz atronadora:
-Parece ser que a vosotros no se os puede dejar solos y que como si fuerais ángeles recién nacidos se os ha de vigilar siempre.
-Creo que esta vez, os habéis pasado tres pueblos-, y aunque por entonces no existían, parece ser que Dios ya andaba con la idea en la cabeza, al menos con esta frase nos da una pista muy clara de ello.
-Parece mentira,- siguió diciendo-, que seáis mi corte celestial, ir por la Gloria arreándoos mamporros a diestro y siniestro, mirad como os habéis puesto, sois muy pocos los que aún les quedan plumas en las alas, parecéis pájaros desplumados.
Ahí tenemos otra clara indicación de que algo barruntaba con respecto a crear este mundo donde estamos ubicados.
-No se que voy a hacer con vosotros, de verdad que no.
Los ángeles, que al principio lo miraban con seriedad, y con el miedo reflejado en sus caras, porque eso de ver a Dios cabreado debe imponer mucho, cuando dijo esas dos palabras de los pueblos y de los pájaros, empezaron a cuchichear entre ellos, pues no entendían de que estaba hablando, ¿qué cosas parecían sin plumas en las alas, se habían pasado tres qué?
Y como si Dios no estuviera de pie, y mucho menos de aquel pésimo humor, se empezaron a preguntar los unos a los otros si alguien sabía de qué estaba hablando el Señor.
Dios tuvo que darles un buen grito para que dejaran de hablar entre ellos y lo siguieran escuchando.
-¿Lo veis?, ¡Qué falta de respeto!, ni siquiera podéis estar callados mientras estoy hablando, creo que como no crezcáis un poco más nunca podré daros la responsabilidad que tengo pensada para vosotros, nunca, todos mis planes se van a ir al garete, no se, no se, bueno, a lo que íbamos.
Esta vez lo dijo claramente, tenía planes…
-Algo voy a tener que hacer, desde luego, esta locura no puede quedarse así.
El pobre, los miraba a todos con tristeza y suspiraba, mientras agitaba a un lado y al otro su cabeza.
De repente se sentó, en ese momento una exhalación de tranquilidad recorrió el lugar, y como que se sintieron más relajados, mientras tanto el Señor se rascaba la cabeza entretanto buscaba una solución a aquel desmadre.
El silencio se hizo eterno para aquellos pobres seres llevados por la locura y el despropósito, mientras esperaban la solución con los corazones encogidos, si es que los ángeles tienen, lo digo por la incorporeidad, no por otra cosa, que quede claro.
Finalmente Dios hizo un gesto con la mano, señal inequívoca de que iba a hablar, el silencio era total, y el Señor habló de esta manera:
-Tu Luzbel, tu que tanto has hablado de que todos somos iguales y que tienes los mismos poderes que yo, a ti, te doy la oportunidad de demostrarlo, no, no pienses que vas a salirte con la tuya y tendremos un referéndum o algo así, no, lo que voy a hacer es darte la oportunidad de que crees tu propio reino, por eso vas a ser expulsado para la eternidad de la Gloria.
-Allí donde te voy a mandar, podrás hacer lo que te de la gana y si crees que lo más indicado es crear una, como dices tu, democracia, entonces hazlo, convoca elecciones, eres libre de hacer lo que quieras, nunca más recibirás “ordenes” mías.
Dijo esto, haciendo la indicación de comillas con los dedos.
-Al resto de vosotros, y para que veáis que no hay rencores de ningún tipo, os doy a elegir, si, os daré la oportunidad de escoger entre Luzbel y yo, pero cuidado, la elección no tiene vuelta atrás, y si alguno de vosotros piensa que se ha equivocado, lo sentiré mucho, pero no habrá otra ocasión para hacerlo. Así que, pensad bien en que bando os queréis quedar, porque tenéis hasta mañana para tomar la decisión.
Otra vez se le había escapado algo, estaba hablando de tiempo, cuando es bien sabido que en la Gloria eso no existe, así que, definitivamente Dios ya tenía en la cabeza crear algo.
Lo que no sabemos es, si ya sabía exactamente que sería, pero basándonos en las historias que están en las Sagradas Escrituras, y teniendo en cuenta que, siempre está cambiando de opinión sobre lo que crea y más tarde destruye, pues será mejor esperar, para ver en que quedaron estas ideas “Genésicas”.
-Y ahora doy por terminada esta reunión, digamos, informativa-, siguió diciendo-, deseo que el grupo de ángeles se disuelva tranquilamente y que no hayan más altercados, y cuando digo que no hayan más altercados, me refiero a la eternidad, es decir, “for ever”-, volviendo a hacer el gesto con los dedos mientras decía estas palabras, y despareciendo, dio por terminada su amonestación.
Desde luego, los ángeles no tardaron en movilizarse, órdenes son órdenes, y en vista del humor que se gastaba, lo mejor era no contradecirlo, no fuera que la cosa se pusiera peor de lo que estaba.
Así que mientras iban abandonando el lugar comentaban el Divino fallo y cuales serían las decisiones que tomarían.
Los hubo, desde luego, fieles a Luzbel y que desde el primer momento estuvieron de acuerdo en abandonar el lugar con él.
Por descontado, los había que no tenían duda de que permanecer en la Gloria era la mejor decisión, pero un gran número de ellos, dudaban que facción escoger.
Por lo tanto, se hicieron grupos de indecisos en muchos lugares del cielo, y no faltaron desde luego, los que se esmeraron en convencerlos para que se decantaran por un partido u otro.
Nunca la Gloria ha estado tan dividida como lo estuvo en ese momento, los ángeles pueden tener sus más y sus menos, claro está, y discrepar en el modo de llevar a cabo algún salvamento, pero nunca sus diferencias fueron tan abismales como en ese momento.
Después de un tiempo prudencial, que para ellos bien podría ser el día siguiente, se volvieron a encontrar en el lugar de la reyerta.
Dios apareció en su nube divina, y todos los que allí se encontraban, permanecieron con los ojos fijos en Él y en el más absoluto de los silencios, en espera de que se manifestara, esta vez permaneció sentado y con voz serena y trascendente pronunció las siguientes palabras:
-Espero que el tiempo que os di haya sido más que suficiente, aunque se que las decisiones de este tipo son difíciles de tomar, todos deberíais saber quienes sois y que es lo que queréis en todo momento, por lo tanto, no voy a influir en vuestra determinación bajo ninguna circunstancia, sólo os pido una vez más que estéis seguros en el momento de tomarla, pues como os dije ayer, no hay marcha atrás, vuestra elección será respetada por mi y por cada uno de los presentes, sea la que sea, en ningún momento, y bajo ningún concepto, se os echará en cara vuestra preferencia, porque es la vuestra y será aceptada por todos y para toda la eternidad.
-Ese es mi deseo, esa es mi decisión, ese es mi mandato, aquí y ahora, por los siglos de los siglos.
Entonces llamó a Luzbel ante su presencia y le dijo que se colocara a un lado de la nube, y dirigiéndose al expectante grupo de ángeles les dijo así:
-Y ahora, lo único que me queda por decir, es que los que estén de acuerdo en seguir a nuestro querido Luzbel, deberán situarse a su lado, y los que estén decididos en seguir conmigo en la Gloria, que se coloquen al pie de mi nube.
Por un momento reinó el más absoluto de los silencios, nuestros amigos se miraban unos a otros con caras confundidas, pero la perplejidad duró poco, pues Adolfel dio el primer paso colocándose al lado de Luzbel, esto hizo que los demás reaccionaran y empezaran a moverse, unos hacia donde estaba el insurrecto y los otros bajo la protección de Dios.
Hubo varios casos de ángeles que ya se encontraban en las filas del revolucionario, y que según parece, en el último momento se lo pensaron mejor, modificando su decisión.
El Señor dejó pasar un tiempo prudencial y cuando vio que ninguno de ellos volvía alterar su situación, entonces habló de esta manera:
-Alea jacta est.
Que para los no familiarizados con el Latín, quiere decir, “La suerte está echada”, frase, que más tarde se apropiaría el gran emperador romano, Julio Cesar, y que como no viene a cuento cuando la dijo, pues tampoco hace falta contarlo.
-Los que os habéis quedado bajo mi protección, debéis de saber que sois nuevamente bienvenidos y que vuestra elección deberá, como ya he dicho antes, ser respetada por todos los demás.
-Y a los que se han incorporado a las filas de Luzbel, los despido con lágrimas en los ojos, sois mis hijos, y os quisiera a todos conmigo en todo momento, pero si ha llegado la hora en que debemos separarnos, que así sea. Os deseo la mejor de las suertes, pero aún así, recordad que siempre seréis mis hijos.
Aquello se convirtió en un melodrama, todos lloraban a moco tendido y se abrazaban mientras se despedían
-Y ahora, -empezó a decir de nuevo-, Yo, os mando a un lugar que he creado expresamente para vosotros, los abismos, lo que hagáis en él, es cosa vuestra ya que querías libertad de expresión y todo eso, allí la tendréis, Luzbel será vuestro, digamos, jefe, y si no os gusta, ya sabéis que siempre podéis hacer una elecciones y escoger a otro.
Y así fue como mandó a todos los sediciosos a la calle, si, si, así como lo oís, los mandó a la calle, bueno, calles no había, pero la metáfora sirve, le va al pelo en este momento.
-Antes de iros, debo hablar a solas contigo, -le dijo a Luzbel-, necesitamos aclarar algunos puntos.
Y diciendo esto, hizo subir a su nube a nuestro amigo y se pusieron a hablar en voz baja.
Dios y Luzbel estuvieron hablando durante mucho rato, parece ser que el Señor lo puso en antecedentes sobre la idea que le rondaba por la cabeza referente a la creación de todo lo que conocemos, allí fue donde decidieron como iba a quedar todo eso del reparto de almas y que todos vosotros sabéis como funciona.
En este momento surgió un problema logístico; pues como ya sabemos, los Ángeles son puros y castos, y por lo tanto brillan por la pureza de sus almas, estos también lo eran, caídos, pero ángeles al fin, por lo tanto, en algo debían distinguirse.
Así que, para diferenciarse los unos de los otros, Dios que es listísimo, les puso rabo, cuernos, y convirtió su piel en un rojo intenso, y desde luego, nada de alas, liras, túnicas, y mucho menos coronitas doradas , ni alta costura.
Una vez aclarados todos los puntos a tocar con Luzbel, Dios dio por terminada la reunión y les dijo a todos los presentes que se despidieran.
Los abrazos fueron efusivos, daba pena verlos llorar desconsoladamente, pues ninguno de ellos sabía que pronto volverían a verse y que además, por una jugarreta de los dos grandes, estos serían enemigos toda la eternidad.
Así que los que fueron hermanos, a partir de ese momento, pasaron a ser los más grandes enemigos y todo en bien del negocio. ¡Qué cosas, Dios, qué cosas!
Desde entonces Luzbel ha sido considerado como el ángel caído por excelencia, lo que nadie nos ha dicho y que yo me imagino, es que en el averno se debe sentir muy sólo, pues todos los ángeles que se fueron con él andan muy ocupados haciendo mil y una diabluras y de juerga en juerga, así que no deben tener tiempo de preocuparse de él, ya se sabe, el poder a veces te deja en la más grande de las soledades.
Este suceso no ha transcendido hasta nosotros con todos sus pormenores, pero yo lo describo así porque tengo mucha imaginación, y como se que en todos estos relatos hay mucha ficción, si de historias e imaginación se trata, yo también puedo poner mi granito de arena, ¿no?
Y aunque por mucho que nos hayan hecho creer en esta sedición, no me trago que Dios tuviera fallos tan tremendos en sus creaciones y que entre sus más fieles adeptos pudiera existir alguno que no fuera perfecto.
En fin, que después de este suceso quedaron instaurados para el beneplácito de muchos, “el bien y el mal”, y a los mortales que no hemos recibido ningún tipo de inspiración divina, lo único que nos queda por decir es…
¡Amén!

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