miércoles, 20 de febrero de 2008

EL GENESIS


Dios hizo el mundo en seis días. Hasta el momento nadie se ha podido explicar a qué venía tanta prisa.

De como Dios se puso en faena...

Hace muchos, pero muchos años, es más, hace tanto que ni se sabe cuanto, Dios, decidió que ya era hora que dejase de contemplarse en su infinita Gloria, y se lanzó a crear todo lo que nos rodea, y cuando digo todo, me refiero a eso, a todo, quizás lo hizo porque no tenía nada mejor que hacer y se aburría o porque simplemente así lo quiso.
Dicen por ahí, cosa que yo no aseguraría con tanta vehemencia, que Dios, creó el universo en siete días.
De esos siete días, trabajó sólo seis, pues según nos cuentan, el séptimo lo dedicó al descanso, imaginaros, crear un universo entero ha de ser un esfuerzo impresionante y tuvo que dedicarse a ese cometido con total entrega, por lo tanto, el descanso del séptimo día se lo tenía más que merecido.
Eso si, las cosas como sean, en logística y organización se merece una nota altísima, pero estamos hablando de Dios y no de cualquier chapuzas de esos que andan por ahí, así que no se esperaría menos de él.
Para empezar, creó el cielo y la tierra, pero la cosa estaba muy oscura y el pobre no veía ni donde estaba, así que, separó la luz de las tinieblas, trabajar a ese ritmo y a oscuras ha de ser un follón de mucho cuidado, y claro, con luz, las cosas cambian y uno ya sabe donde debe ir colocándolo todo, bueno, al menos eso creo yo, porque tratándose de Dios uno nunca sabe.
Cuentan que una vez terminado el trabajo y mientras descansaba, contempló la obra realizada y lo que vio le agradó.
El segundo día, el martes, creó el firmamento y así tuvimos la mañana y la tarde, esto está un poco confuso aquí.
¿Cuándo se refiere al firmamento se refiere también a qué creó los astros, estrellas, galaxias y demás cosas que componen el Universo?, porque para que la luz existiera se supone que ya teníamos un Sol y que estábamos girando como locos a su alrededor, ahí la historia no es muy clara que digamos y es por eso que las dudas me asaltan.
El tercer día, o sea, el miércoles, la cosa ya estuvo un poco más movidita, y se dedicó a separar la tierra de las aguas, antes debería ser un jaleo, todo junto en el mismo lugar y además un lodazal, definitivamente trabajar así es muy sucio.
Y así lo hizo y muy acertadamente, pues claro estamos hablando de Dios. Y llamó “tierra” a la tierra y “mar” al conjunto de las aguas; lo de los ríos y lagos, parece ser que no fue cosa de él, bueno, al menos no se especifica nada sobre eso, pero ese día siguió creando, no se quedó ahí la cosa, parece ser que le estaba gustando y le había encontrado el gustillo a eso de la creación, o es que a lo mejor se había dado cuenta que andaba corto de tiempo, no se, de eso tampoco dicen nada las “Escrituras”.
Sin embargo aquello era un erial, un campo seco y yermo, así que pensó, que ahí hacía falta un poco de verde, algo que le diera vidilla y pusiera una nota de color y se puso a decorar con ganas todo lo que veía. Colocó plantas por todas partes, creó árboles de todas las especies, la hierba, arbustos, matas y ¿Porqué no? de paso y ya qué estaba animado, hasta las “malas” hierbas.
De esta manera y en un sólo día llenó la tierra de vegetación, ¡Vaya, qué se lo curró!, menudo trajín ese día.
De las noches y los días, sigue sin hablarse en las susodichas “Escrituras”, así que continuamos sólo con la luz y las tinieblas.
Lo de los astros llegó el jueves, ya me extrañaba a mí que estuviéramos tanto tiempo sin astros, por lo tanto, es ese día cuando de repente aparecen la noche y el día, antes, sólo había luz y tinieblas, y es que por muy Dios que fuera, tenía que ir por partes, aunque en este caso, el orden anda un poco revuelto y yo no lo hubiese hecho así, ¿Por qué no crear todo lo que hay en el firmamento de una vez?, pero bueno, los designios de Dios son divinos y sólo él sabe porque y cómo hace las cosas, no me pondré a discutir con él, desde luego.
De esta manera, pensó, crearé las semanas y con ellas los días festivos y los laborables, demasiados en mi opinión, y así se crearon automáticamente los años y en ellos incluyendo también los meses.
Ahora me asalta la duda sobre el calendario Gregoriano, ¿Cómo se nos puede ocurrir cambiar algo que supuestamente era perfecto?, ¿Fue Dios el qué tuvo un error de cálculo, o es que a los hombres nos dio por saltarnos a la torera lo que él tan sabiamente había creado?; pero eso, vuelve a ser mi humilde opinión, desde luego, Dios me libre de meterme con la Teología y el Clero.
Volviendo de nuevo a las “Escrituras”, parece ser que Dios pensó o dijo, eso no está muy claro, que los astros serían lámparas que iluminarían la noche, como podéis ver, El Creador, pensó en todo, hasta procuró que no fuéramos por ahí dándonos porrazos en las espinillas; y es que Dios es mucho Dios de eso no hay duda.
Señores ya estamos a viernes, y el mundo tenía de todo, mares, tierras, astros, lámparas en el techo, día, noche, días de fiesta, árboles, meses, en fin, de todo, y además todo ello decorado con millones de flores de todos los colores, que desde luego también había creado, así, como quien no quiere la cosa, en definitiva, era verdaderamente hermoso, ¡El paraíso!
Pero…, el changarro estaba vacío, no había ni Dios en él, bueno, él si estaba y además en plena faena y como podéis ver cada vez más animado, así que sin pensarlo dos veces, decidió que debía crear algo que se moviera y que animase el cotarro, no se si me explico.
Y con la mano derecha en el bolsillo, creó a los animales.
Según nos han dicho el Viernes se dedicó solamente a los mares y a los cielos, creando de esta manera los peces y las aves, llenándolos a rebosar de todo bicho viviente que volase o nadase, y les dijo que se multiplicaran, es decir, que fueran fecundos y según nos cuentan, se quedó tan pancho y muy satisfecho de su obra.
Y ahora amigos míos, ahora, y si habéis contado bien, estamos llegando al sábado, o sea, el sexto día.
Recapitulemos, por un lado tenemos la tierra, el mar, los astros, o sea las dichosa lámparas, el día, la noche, la vegetación, los peces y las aves, ¿Qué falta?...
…Pues si, los animales terrestres, claro, ya me diereis a mí de dónde salen si no, el león, el elefante y hasta las tiernas hormiguitas que junto con el mosquito nos joden la vida cuando salimos al campo con la tortilla. Pues él, los creó él, desde luego, ¿quién más?, ya puesto en faena.
Así que pobló la tierra de todos los animales que conocemos, los reptiles, el ganado, los salvajes, los que se arrastran, en fin todos, cualquiera que sea la especie que os imaginéis él la creó, y desde luego, los bendijo como a los otros y les dijo, que se multiplicaran y poblaran la tierra y así ha sido desde entonces.
Fue el sábado por la tarde cuando creó lo que le faltaba a la creación, pero eso ya es otra historia…

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