martes, 4 de septiembre de 2007

Sardinas Voladoras 1

Para que los que no saben que es un Seiscientos, os voy a contar que este utilitario de la marca SEAT, fue, para el ciudadano de a pie, y cuando yo era una niña, la única manera que teníamos para movernos y salir de vacaciones, y aunque íbamos en él como sardinas enlatadas, marcó una época en nuestras vidas y el cochecito se comportó como todo un gigante, sin dejarnos tirados en ninguna ocasión.
Esos tiempos han pasado a la historia, y hoy en día salimos de vacaciones a lugares remotos y exóticos, y claro, el avión es el medio de transporte más usado. Yo que viajo desde hace muchos años, he llegado a la conclusión, que los constructores de esos enormes aparatos, han decidido, sin consultarnos, en hacernos recordar por todos los medios posibles a esos simpáticos vehículos que nos acompañaron durante nuestra infancia.

Viajar en uno de estos monstruos alados, hoy en día, no es ni mucho menos el sumum de la comodidad.
Los espacios en los que somos encajonados durante horas y horas, son inversamente proporcionales al tiempo que nos pasaremos en ellos, y desde luego al tamaño del avión, algo que no me cabe en la cabeza.
Yo soy pequeña y quepo en cualquier sitio, pero si tienes una talla normal para los tiempos que corren, entonces amigo mío, la cosa se pone chunga.
Mi familia sin ir más lejos, sufre lo indecible cada vez que tenemos que viajar, y si encima el viaje es largo, ya ni os cuento, han probado toda clase de posiciones posibles para poder estar relativamente cómodos, sin encontrar ninguna solución. Porque enrollarse las pantorrillas al fémur, es algo hasta ahora imposible de hacer, y ponerse a arrancar el asiento trasero o delantero, sería algo totalmente inadecuado, ¿dónde se sentarían la gente de esos asientos?, aunque ganas no les faltan.

Existen unos lugares en el avión que acostumbran a tener más espacio para las piernas. Supuestamente, te asignan el asiento cuando llegas al mostrador de la línea aérea, pero por alguna oscura razón que aún no he conseguido averiguar, esos asientos con más espacio delante ya están adjudicados, hemos intentado hacer la reserva por teléfono y con unos días de antelación, pero una dulce voz nos advierte que no es posible hacerlo por teléfono, y que se debe efectuar en el momento del embarque.

Desde luego, algunas veces hemos tenido la suerte de poder ocupar esos lugares, pero os puedo decir que ha sido en muy raras ocasiones.
También están las puertas de emergencia, pero para poder ocupar uno de esos asientos, hay que ser políglota, si, como lo leéis, hay que hablar varias lenguas, la primera vez que estuve en esa situación me sorprendió mucho cuando la señorita me dijo:
-Le voy a dar la salida de emergencia, dígame, ¿cuántos idiomas habla?...

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