lunes, 3 de marzo de 2008

SE ACABÓ EL CHOLLO 2


¡Y todo por un mordisco!

Eva lo despertó zarandeándolo de mala manera, pues sabía que cuando Adán dormía, nada lo despertaba, la verdad es que dormía como un tronco, y de los ronquidos mejor ni hablar, porque cuando llegaba la noche, bandadas de animales salían huyendo del lugar donde se encontraba la pareja, para buscar refugio lo más lejos posible de aquellos ruidos infernales, algún problema de vegetaciones o algo parecido, digo yo, cuidado, que no estoy diciendo que eso sea un defecto, pues todo lo que hace él es perfecto, todo.
A lo que íbamos, Adán abrió los ojos y se encontró con una Eva que lo miraba con ojos exaltados y no paraba de moverse.
-¡Adán, Adán!, acabó de hacer un descubrimiento extraordinario, le decía mientras saltaba entusiasmada delante de él-, deja que te cuente y tu también querrás hacer lo mismo que yo, ¡Ya verás!
Adán la miraba con ojos de sorpresa, primero porque no se había acabado de despertar del todo y, segundo por que en todo el tiempo que llevaban juntos nunca había visto a su mujer de aquella manera, el hombre se incorporó y se apoyó en el tronco del árbol dispuesto a escuchar eso tan maravilloso que había encontrado su mujer.
-Mira, deja que te cuente, mientras tú dormías me fui a buscar fresas y de repente se me aparece la más extraña de las serpientes que he visto en mi vida.
Y en un periquete le contó todo lo sucedido con el animalito.
-Mira he traído una y no ha pasado nada de nada, seguro que ni cuenta se ha dado, ¡Venga, vamos a echarle un bocado cada uno!
Adán la miraba cada vez más sorprendido echando miradas desconfiadas en dirección a la manzana que Eva llevaba en la mano, pero sin perder de vista el cielo.
-Eva, si Dios ha dicho que no la comamos será por algo, ¿No crees?, no se, no se, mira lo mejor es que dejemos el asunto del fruto, que le demos tiempo, esperemos hasta mañana, creo que hasta le podríamos consultar a él sobre esa serpiente, mientras tanto, si Dios aparece de repente lo único que nos puede echar en cara es de haber cogido la fruta, bueno a ti, porque yo dormía, seguro que a mi no me dice nada.
¡Ya estamos!, el manejo de las responsabilidades, siempre han tenido problemas con eso, en lugar de decir nosotros, dicen tu o ellos y rápidamente se quitan el muerto de encima.
Aunque de todas maneras y pensándolo bien, esta vez tenía razón, fue Eva la que tomó la fruta del árbol, pero ya sabemos porque razón y bajo los engaños de quien.
Así que tomaron las pieles que usaban para cubrirse por las noches y se dispusieron a dormir tranquilamente hasta la mañana, eso es lo que él pensaba, porque Eva estaba tan excitada y sorprendida por lo que le había contado aquel reptil que no podía pegar ojo.
Al rato y después de haber dado mil vueltas en el montón de hojas secas, se incorporó y acercándose a Adán le susurró en el oído.
-Adán, cariño, no puedo dormir pensando en lo que me ha dicho la serpiente.
Claro, la pobre, no tenía ni idea de lo que había pasado milenios atrás entre Dios y el Diablo y seguía tan inocente como antes.
La madrugada los encontró despiertos con la manzana en la mano y sin saber que hacer, por fin Eva dijo con aire decidido:
-Está bien, yo la probaré si me pasa algo tu no la toques y ya verás que le dices al Señor, pero si no me pasa nada, entonces, tu también tendrás que comer de ella, ¿Estamos de acuerdo?
Adán no estaba muy convencido pero finalmente y con un profundo suspiro, convino en la idea que su mujer había tenido y decidió que le daría el dichoso mordisco.
Y ahí los tenemos, debajo de un frondoso árbol; del cual no se especifica su especie, dispuestos a dar sendos mordiscos en aquella hermosa manzana.
A mi personalmente, eso de que las Damas primero, pues veréis, según en que ocasiones me gusta mucho: Las puertas, los asientos…, bueno esas cosas en los que tu Ego se pone de un ufano y contento que no cabe en sí de gozo, ¡Vamos, que da gusto verlo!
Pero Señores míos, en este momento y sabiendo lo que se, en este caso precisamente, hubiera preferido que Adán lo hubiera hecho primero.
¿Estaba enamorado de tremenda beldad, era valiente, era de fiar?, pues de eso habría mucho que hablar, porque ni se inmutó cuando vio que aquella osada criatura se llevaba la manzana a la boca y le dio un mordisco con un valor que muchos envidiarían, acto seguido se la tendió a él que la tomó y acercándosela a la boca con recelo repitió lo que su mujer acababa de hacer.
En ese mismo instante, Señores míos, el cielo se abrió y apareció Dios en su nube; para mi que ya estaba allí y sólo esperaba que aquel pobre hombre diera el mordisco para aparecer.
Ellos, al ver que el Creador se aproximaba se escondieron, pues en ese instante se dieron cuenta que estaba desnudos; seguro que por allí habría alguna parra, pues Adán se colocó una hoja, para cubrirse los cataplines; Eva también hizo lo que pudo y con una mano se tapó el aquellito, mientras que su frondosa y larga melena cubría el resto de su cuerpo.
En ese momento Dios llamó al hombre y con voz atronadora le dijo:
¿Es siempre la misma voz?, ¡Qué sobresaltos!, cada vez que se digna a hablar se ponen a temblar las paredes.
Bueno, estábamos en que Dios empezó a hablar y dijo de esta manera:
-¿Dónde estás?
Y Adán contestó:
-Escuché que habías venido y me he escondido porque estoy desnudo.
Entonces Dios le preguntó, yo creo que hasta un tono de ironía había en su voz:
-¿Y quien te ha dicho qué estás desnudo ¿Acaso has comido del fruto del árbol que te dije que no comieras?
El hombre contestó:
-La mujer que me diste por compañera me dio de este fruto, y yo lo comí.
Ya veis, el manejo de las responsabilidades, siempre es lo mismo, “la mujer que me disteis”, “ella me dio a comer”, ¿Qué no sabe pensar solo, le pusieron una pistola en la cabeza?, la culpa siempre de los demás, siempre.
Entonces Dios le preguntó a la mujer:
-¿Y porqué lo hiciste?
Y ella respondió:
-La serpiente me engaño y por eso comí del fruto.
Y dirigiéndose a la serpiente Dios le dijo:
-“Por esto que has hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante, caminarás arrastrándote y comerás tierra.
¿Qué no se arrastraba antes, las serpientes comen tierra, desde cuándo?, seguro que se está confundiendo con las lombrices, ellas si que comen tierra, las serpientes no.
-“Haré que tú y la mujer seáis enemigas, lo mismo que tu descendencia y su casta. Su estirpe te aplastará la cabeza, y tu le morderás el talón”.
¡Toma ya!, ¿Y qué culpa tienen las pobres serpientes, si esta desgraciada fue tomada por asalto y su personalidad fue usurpada por el demonio?, ya veis, no se salva nadie, espero poder seguir con esto pues por lo que veo aquí ni el guionista se va a salvar.
Y hablándole a la mujer le dijo:
-“Aumentaré tus dolores cuando tengas tus hijos y con dolor los parirás. Pero tu deseo te llevará a tu marido y él tendrá autoridad sobre ti”.
Esa última frase es la que nos fastidió de por vida, decididamente, somos unas pecadoras lujuriosas sin remedio, ¡A la hoguera con nosotras!
Y claro, siguió con las maldiciones, pues al hombre aún no le había tocado y le dijo:
-“Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás”
Por eso no nos hacen ni el más mínimo caso, por eso y yo que pensé que simplemente no nos escuchan por que su cerebro no daba para más y sólo pueden hacer una cosa a la vez, ahora resulta que es porque Dios les dijo desde el inicio de los tiempos que no debían hacerlo, ya ves, era así de fácil.
Y analizando esa frase un poco más, me doy cuenta de que en ese momento es cuando se inicia la manipulación por medio de la culpa, pues hasta la tierra maldijo por culpa de haber escuchado a esa arpía, razón tienen de tenernos tanta manía, razón.
Y aún añadió:
-“El ser humano ha llegado ha ser como uno de nosotros”.
No, no os asustéis, sólo hay uno pero él acostumbra a hablar en tercera persona, locuras de los todopoderosos, hay uno que siempre va de blanco que también lo hace y no digo nombres, que luego todo se sabe….
Y prosiguió de esta manera.
-“Pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que tome también el fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre”
E inmediatamente y como aquel que no quiere la cosa, abandonó el lugar y aquellos pobres se encontraron de repente en un páramo yermo y seco, además vestidos con unas pieles de quien sabe que animal.
Y para asegurarse de que nadie volviera a entrar nunca más en el Edén, puso a dos ángeles con sendas espadas flamígeras a sus puertas y desde entonces ni el lugar se ha encontrado, y mucho menos a los ángeles; para mi que se les apagaron las espadas y aburridos de estar ahí se largaron, porque creo yo, que dos ángeles de esta guisa, como que llamarían la atención y ningún aguerrido explorador ha dado noticias de su hallazgo y mucho menos “Google Earth”
Por sus palabras, también se deja entrever que la serpiente no andaba muy equivocada, eso de que “querrán ser inmortales también”, como que huele un poco a chamusquina, desde luego, no son las palabras más acertadas para un ser que se supone todo amor y bondad.
Pero de todas maneras, menudo cabreo por una manzana, ¡Ya me diréis!
¡Hombre!, se equivocaron, no tenían experiencia en sembradores de cizaña, hay que tener en cuenta que eran los primeros, ¿no qué su bondad es infinita?
Mirad, yo creo que si Dios les hubiera hablado claro llamando las cosas por su nombre, que hubiera sido sincero con ellos, si hubiera puesto las cartas sobre la mesa, esto no hubiera pasado.
Si el Señor, en lugar de hacer tanta publicidad sobre el libre albedrío y de que los había hecho a su imagen y semejanza, hubiese llegado diciendo:
-Escuchadme bien, os he montado en este jardincito que como podéis ver es de cinco estrellas, os doy todo lo que veis aquí pero ni se os ocurra tocar estos dos árboles, porque si lo hacéis este chollo se os acabará, agarraré un cabreo de narices y entonces sabréis con quien estáis hablando, si es que no os habéis enterado ya. Si se os ocurre siquiera acercaros a uno de ellos, os voy a poner de patitas en la calle y olvidaros para siempre de todo esto que veis aquí, no soporto que me desobedezcan y eso de que mi paciencia es infinita, eso, mejor ni intentéis averiguarlo.
Hombre, si hubiera empezado por ahí y luego Eva hubiera venido con su pendejada de lo mona que era la serpiente y la manzanita de marras, pues entonces yo misma aplaudiría la decisión, pero así, como que no.
Los mantiene en la ignorancia, les ofrece una cara amable, y luego ¡Zas!, carga contra ellos con todo lo que tiene, hasta me lo puedo imaginar con una sonrisa maliciosa, en el momento en que Eva tomaba la manzana.
Señores, esto huele a cinismo, a puro y simple cinismo, al menos la serpiente sabemos a lo que iba, pero se supone que Dios es nuestro Padre; el mío sin ir más lejos, me daba la oportunidad de equivocarme, y no sólo una vez…
¿Condenarlos a todas esas cosas por una simple manzana?, no quiero ni pensar que hubiera pasado si hubiera sido un melón.
Y puestos a pensar en frío, si él quería castigarlos, pues bueno, que los castigara, pero lo jodido de toda esta historia es que este error se convirtió en el pecado original y desde entonces, todos sus descendientes lo llevamos arrastrando, y eso y que Dios me perdone, no es justo, porque ni yo, ni todos los seres de la humanidad estábamos allí, así que, no tenemos nada que ver en este “manzanicidio”, pero vuelvo otra vez a lo mismo de antes, los designios de Dios, sólo los conoce el clero…
Y bueno, que vamos a hacer, ahora tenemos a Dios con un cabreo de no te menees y aquellos dos pobres desgraciados, que como ya habéis leído, destinados a trabajar hasta la muerte y nosotros de paso, pues también.
¿Y la serpiente?..., pues la serpiente no tengo ni idea, me dan un miedo terrible.

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