domingo, 23 de diciembre de 2007

Un encuentro con el terror II


Dicha conversación, que para una mente normal, representaría un pérdida incomprensible de energía y de sinapsis, las tenía maravilladas y entretenidas, esto, amigos míos, para los oídos de Raúl, supuso un choque emocional de lo más traumático.
La pobre criatura que se encontraba en su lecho, luchó frenéticamente por concentrase en algo que mantuviera su mente ocupada y así de esta manera poder dejar flotando en la nada del pasillo los sonidos guturales que salían por esas gargantas inconscientes, probó todos los métodos antiguos y modernos que la ciencia y la sabiduría popular tenía para estos casos, pero su empeño, fracasó rotundamente.
La situación, amigos, poco a poco se fue haciendo insostenible, su mente otrora preclara, empezaba a convertirse en un amasijo de neuronas buscando una salida a aquella tortura nocturna.
Deberíais haber visto su cara de angustia cuando lo contaba.
La lucha continuaba en esa solitaria habitación, su cabeza, giraba sin parar sobre la almohada, su cuerpo se movía sacudido por espasmos convulsivos, mientras que sus manos se aferraban a la ropa de la cama en actitud crispada, dejando sus nudillos (nudos chiquitillos) lívidos, mientras que gruesas lágrimas surcaban su rostro antaño plácido y sonriente .
La lucha, duró lo que para él fueron siglos. Su mente, se negaba a recibir aquella información inconexa y delirante, pero poco a poco su cerebro comenzó a colapsar, mi amigo, señores, luchó como un hombre, y con un esfuerzo arrancado de sus entrañas, consiguió levantarse de la cama, su vista se perdía en un mar de niebla, pero gracias a un poder mental más allá de lo humano y lo mortal, consiguió salir de la habitación con una idea fija en su mente, ir hacia donde se encontraba la raíz de su tortura, acabar con ellas de una vez, y si fracasaba debido a su gran debilidad, había decidido quitarse la vida tomándose un litro de aceite de linaza.
El esfuerzo sobrehumano que hizo mi amigo por llegar al lugar, lo fue abandonando a medida que avanzaba por el pasillo, y se derrumbó en un mar de confusión (sobre una bella alfombra con diseños árabes muy acordes a la región), abandonándose por completo a su suerte.
Su cariñosa y solícita esposa, lo encontró en ese lugar cuando regresó junto con algunos amigos. Lo hallaron delirando y repitiéndose a si mismo algo relacionado con el aceite de linaza, que no consiguieron entender, hasta que él, unos días más tarde, les informó de la peregrina idea a la que había llegado .
Lo levantaron entre todos y lo colocaron con gesto solícito en la cama, e inmediatamente se pusieron en contacto con el servicio de urgencias de la institución mental del Gobierno, que abría las veinticuatro horas.
De esta guisa, amigos míos, se lo llevaron, y después de aplicarle unos calmantes que lo dejaron dormido durante un tiempo más que prudencial, y que le daban un aspecto Seráfico a su rostro, fue recuperando poco a poco la cordura, y así es como pudimos enterarnos de que había sido eso tan terriblemente espantoso que había turbado sus facultades mentales y físicas a tal extremo.
Los médicos altamente especializados en dichos casos de enajenación temporal, nos informaron a los que rodeábamos con cariño a esa mente que se recuperaba lentamente, ósea, a nosotros, que su recuperación sería total y que aunque despacio, volvería a ser la persona que antaño fue, cosa que nos hizo dar brincos de alegría, nos refrenamos tantito, pues los techos del lugar eran bastante bajos, y tampoco era como para destruirnos la masa encefálica, ¡óigame no!.
Lentamente, ha ido recuperándose, y aunque en este momento ya ha vuelto a incorporarse al mundo de las mentes pensantes, desde entonces, su cara, sufre una transformación y adopta un rictus de terror, cada vez que en la mesa alguien se le ocurre hablar con la boca llena, cosa que evitamos hacer, pues es sumamente asqueroso.
Amigos míos, por favor, que no quede esta historia en vanas palabras, recordad, que todos y cada uno de nosotros, nos encontramos expuestos a semejante peligro, ya que estos ejemplares, pululan por el mundo escampando sus terroríficas e inanes personalidades.
Si alguna vez, llegáis a sospechar que alguien de estas características se encuentra merodeando vuestra Alma inmortal, pensad en el largo calvario que padeció este pobre espíritu inocente, simplemente por el hecho de ser amable y generoso.
Huid amigos míos, huid, poned vuestro cuerpo y vuestra mente a salvo de tan espantosas criaturas, que aún siendo inconscientes del potencial peligro que encierran, no merecen la pena poner vuestra seguridad en peligro por recuperar sus mentes.
Para aquellos espíritus simples e inocentes, que no creen en que el mundo se puedan encontrar seres con suficiente peligrosidad como para hacer volar en pedazos una mente, y que aún no se han enterado de quien son estas personas, les voy a dar simplemente un nombre.

¡¡¡¡¡LAS PIJAS!!!!!

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