viernes, 11 de abril de 2008

Reunión de pastores...


Hola amigos, voy a hacer un alto en el relato que estaba haciendo para contaros un par de cosas de mis vacaciones, la primera de ellas es una noticia que me ha llamado mucho la atención y que os voy a explicar ahora mismo.

El Papa, el de Roma; ese señor que va siempre vestido de blanco y que es el cabeza de la grey católica, se ha sacado de la manga una ampliación de los tan conocidos pecados capitales…
Todos o creo que casi todos estamos al tanto de los famosos pecaditos de marras, los que Dante puso tan de moda en la Divina Comedia y que creo que no hace falta que os de una clase magistral sobre ellos, sólo os escribiré cuales son para que si alguna vez tenéis la tentación sepáis bien de cuales se tratan, pues la mejor manera de evitarla es caer en ella y para eso hay que tener conocimiento de causa: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.
Monseñor Girotti ha manifestado que la vieja lista de pecados elaborada por el Papa Gregorio Magno en el siglo VI, no bastaban para los tiempos modernos y que estos debían ser actualizados.

Con esto no estoy diciendo que los antiguos ya no sirvan, no ha habido cambio ni substitución, sólo se han añadido más.
Y es que el recién llegado al trono del Vaticano parece que está dispuesto a volver a los viejos tiempos y está apretando el cinturón a sus feligreses, él quiere que la misa vuelva a ser en latín y que el ordenante esté de espaldas a la congregación, como cuando la gente no se enteraban absolutamente de nada, ya sabéis, mantenerlos en la inopia es la mejor manera de tenerlos controlados.

De momento y antes de nada, me gustaría preguntar quién es ese señor para sacarse de la manga unos cuántos mandamientos, teniendo en cuenta que supuestamente eso sería privilegio del Altísimo.
Aunque lo más indicado para que podamos empezar a pensar quienes son los que tendrán el castigo eterno e irán al infierno sin derecho a redención, pues eso es lo que un pecado capital supone, es que nos aclaren si este existe o no, vamos digo yo, pues según el anterior Papa, Juan Pablo II, el infierno no es un lugar, sino un estado del hombre que se encuentra alejado de Dios, pero…
Benedicto XVI ha dicho que el averno y todos sus castigos si existen y que allí irán todos los que incumplan todos los pecados capitales, los viejos y los recién incorporados.

Entre estos siete pecados sociales los hay para todos los gustos, pero entre ellos puedo destacar tres realmente pintorescos, sobre todo teniendo en cuenta quienes los han creado:
No provocarás injusticia social: hoy mismo he oído en las noticias que han echado de una congregación a una mujer que se ha casado con su compañera de toda su vida, después de esta noticia, no creo que ese pecado necesite comentarios.
No causarás pobreza: supongo que a partir de su instauración, la Iglesia dará ejemplo vendiendo algunas obras de arte para crear puestos de trabajo en el tercer mundo o quizás mantener a los millones de niños que nacen cada año debido a la negativa de la Iglesia del uso del preservativo y cualquier otro método anticonceptivo.
No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común…desde luego ellos no son ya que viven en la más absoluta de la pobreza y no han atesorado ninguna riqueza ni lo harán jamás, pues los tesoros que se encuentran entre las paredes del Vaticano no pertenecen a la Iglesia, estos son propiedad de Dios y como él aún no ha hecho intención de llevárselos a la Gloria, pues estos sacrificados señores los van almacenando por si algún día al Creador se le ocurre recogerlos.

La Iglesia católica se llama a si misma Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, pero lo que es realmente curioso es que no se denomina cristiana. Según dicen, Jesús predicó sobre todo AMOR y la Iglesia lo debió entender al revés: ROMA, dedicándose desde entonces a conseguir el poder que representaba Roma, pisoteando los ideales del Cristianismo.
Es conocido por todos que el clero de todas las religiones ha sabido cubrir muy ampliamente sus propias necesidades, pero la Iglesia de Roma lo ha hecho más que generosamente; llegando a ser dueña de la tercera parte de las tierras de Europa y siendo hoy en día la mayor terrateniente privada del orbe, el Vaticano es actualmente una de las primeras potencias financieras del mundo.
La avaricia del clero está documentada indiscutiblemente por testimonios de todas las épocas y en todos los rincones del planeta. La fe católica se presta fácilmente al cinismo y a la hipocresía moral, ya que existe una incoherencia entre lo que dicen creer y en como realmente obran.

Así que además del nuevo pecado de no enriquecerse a expensas del bien común, podríamos añadir también la avaricia, la soberbia, la mentira y un sin fin de pecados que más o menos graves haría que estos “elegidos y santos caballeros” fuesen los primeros en ir de cabeza a reunirse con Satanás, siempre y cuando ellos mismos se pongan de acuerdo de su existencia.

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