jueves, 18 de octubre de 2007

Rezad, rezad...

Si hay algo que me saca de mis casillas, es la falta de humanidad.
En todos los países que he estado, me he encontrado con gente de toda clase, pero lo que estoy viendo en los países árabes es algo que, como he dicho antes, me saca de mis casillas.
Me acabo de enterar por enémisa vez, que una empleada doméstica ha huido de la casa donde estaba trabajando por lo malos tratos que recibe, no sólo humillaciones morales, si no que también el maltrato físico está incluido.
Estoy hablando con conocimiento de causa, no son chismes, la mía en Dubai llevaba las marcas encima y no tengo porque dudar de ella, ni de muchas otras que se han quedado en mi casa, mientras les encontraba un empleo digno, sin papeles, pero digno, pues se veían atrapadas, ante la disyuntiva de entregarse para acabar en prisión, o ser deportadas a su país, endeudadas por un crédito que pidieron para encontrar sustento para sus familias.
No entiendo como pueda haber gente, que aún piense que un ser humano es algo del que se puede disponer a su antojo, sin importarles un pimiento, que si están en esa casa es precisamente porque necesitan ese trabajo, que tienen una familia que alimentar en sus países de origen, y que no lo hacen por el simple gusto de viajar. No son tontas, simplemente están asustadas, que no conocen nada de lo que nosotros disponemos, y mucho menos el idioma, pero que necesitan el dinero para poder seguir viviendo y lo más importante de todo, que son seres humanos.
El dinero no te hace mejor, el dinero sirve para que podamos vivir mejor, y si tenemos el privilegio de tenerlo a espuertas, es nuestra obligación moral ayudar al que no lo tiene, ahora mismo hay gente muriendo de hambre en el mundo, mientras ellos y otros tantos, van montados en el orgullo y la arrogancia vestidos de coches lujosos.
¿De qué les sirve rezar cinco veces al día, si en ninguna de ellas se dan cuenta de que no están solos en el mundo, y de que los demás tienen los mismos derechos?
Yo creía que la humanidad y la compasión, es algo que nacía con nosotros, pero me estoy dando cuenta de que si lo hace, esta se va perdiendo a medida que aumentamos nuestras fortunas. Hay mucha gente que necesitaría convertirse en eso que ellos consideran una cosa, para poder recobrarla.
Desde luego, dentro de un rato volverá a sonar la voz de los Imanes en las mezquitas llamando al rezo, y todos acudirán en tropel para hincarse ante Allah y agradecerle por lo que les ha dado, ¿pero se acordarán de qué deben pedir perdón por los actos que impunemente cometen?
Se que no todos son iguales, y que en todas partes hay gente con corazón, los que se sientan ofendidos por mis palabras, les ruego que me disculpen, esto es una protesta contra los que han perdido la conciencia de que todos somos iguales y, que como ellos exigen, también merecen respeto.

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