domingo, 14 de octubre de 2007

¡Qué cosas tiene el idioma!

El Castellano, es uno de los idiomas más ricos en vocabulario, pero es una pena que no usemos más que una parte de él, normalmente, se usan siempre las mismas palabras, ¿Cuántas veces nos ha pasado qué alguien dice alguna qué es nueva para nosotros y pensamos que son invenciones?
Como me pasó hace poco con una buena amiga Peruana, Adriana, que despidiéndose en un mail, me mandó “dingolondangos” y besos, inmediatamente pensé, y conociéndola como la conozco, que el vocablo era de su propia cosecha. Una vez juntas, lo comentamos, y resultó que la palabrita en cuestión existe realmente y está en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, cuyo su significado es: Abrazos, cariños, bueno, esas cosas que se mandan en las despedidas.

Sabemos que existen montones de palabras que desconocemos, pero eso se agrava en el momento que saltamos el charco, allí, la cosa se pone peor.
Cuando llegué a Panamá en el año 83, pensé que no tendría ningún problema en entenderme, pues el idioma oficial es el castellano.
Pues bien, os puedo decir, que fue toda una aventura el hacerme entender para comprar una pluma estilográfica, llegué a pensar que en ese país no existían, hasta que un dedicado vendedor, me dijo que lo que yo buscaba era una “fuente de tinta”, traducción del Inglés, “Fountain Pen”, o enterarme de que si quería hacer un buen puré de patatas, lo que debía hacer, era, agarrar las papas, ponerlas a sancochar y cuando estuvieran listas, se debían majar, lo cual no significaba que había que engalanarlas, si no más bien aplastarlas.
También aprendí a no decir según que palabras en público, si no quería hundir la reputación de mi esposo, por lo tanto, la palomas ni nombrarlas, a no ser que todo el mundo supiera que me refería a la simpática avecilla que llena nuestras plazas.

Y todo eso se complica, si encima, le añadimos el hecho de que el idioma se ve enriquecido con montones de palabras autóctonas, o sea, de los antiguos idiomas que se hablaban en el lugar. Así que, uno anda todo el día preguntando que quiere decir esto o aquello, o poniendo cara de mensa cada vez que no sabemos de qué hablan.
En Bogotá me volví loca buscando pan rallado, para apanar o rebozar, y cuando pregunté en el supermercado a una señora y después de explicarle para que sirve dicho pan, esta me dijo que el pan molido se encontraba en uno de los estantes, justo al lado de aquella mona que ve usted allí, mientras señalaban con un dedo.
Eso ya fue peor, pues yo no vi ningún chimpancé en ese lugar, por lo tanto no me tocó otro remido que acercarme allí y volver a preguntar a una rubia que estaba muy cerca del pan. Más tarde me enteré que una mona, no es otra cosa que una mujer de pelo rubio, o piel blanca. También os informo que si alguna vez vais por tierras Colombianas, nunca rechacéis un tinto o tintico, sea la hora que sea, ya que lo que os estarán ofreciendo es simplemente un... café.

Recuerdo una ocasión, estando en México, en que necesitaba tela de arpillera, más conocida como tela de saco, y me fui a la tienda de telas que iba con regularidad.
Entro en la tienda, y un amable empleado se acerca a mí preguntándome que era lo que necesitaba. Yo, muy decidida, le dije que quería tela de saco, el muchacho, me llevó hacia una mesa donde había un gran número de rollos de telas de diferentes texturas, pero ninguna la que yo buscaba.
Le dije que esa no era la tela que yo buscaba, que esas era muy finas, y que yo necesitaba algo más burdo, más basto.
El chico, me miraba y me decía, bueno, le puedo ofrecer algo de lana, pero eso es para invierno, y ahora estamos en verano, tendré que ir a buscarla.
De repente me di cuenta de lo que había pasado, y es que en América, un saco es una americana, pero tenía un problema, ¿cómo se llamaría esa tela en México?
Opté por explicar lo que necesitaba, y empecé diciendo, a todo un grupo de vendedores que solícitos querían atenderme, verán: En España, ponemos las papas en sacos, las caras de ellos fueron cambiando mientras intentaban imaginar, por qué y cómo meteríamos las papas en una americana, ¿en las mangas, y ataríamos estas últimas con cuerdas para que no se cayeran?; sus caras eran un poema, estoy segura que más de uno, pensaría que porque no usábamos mejor los costales, que para las papas era lo más indicado, en lugar de usar los elegantes sacos, ¡qué manera de estropear prendas tan finas!
Viendo sus caras, que desde luego, no indicaban en ningún momento estar comprendiendo, y después de pensar un buen rato en como hacerme entender, me vino a la cabeza la palabra costal.
Y al usarla, por arte de magia, todos a una exclamaron, ¡Yute!, y pusieron ante mí, un montón de rollos de arpillera, de diferentes grosores y anchuras, sólo tenia que escoger la que se ajustase a mis necesidades, y todos muy contentos empezamos a reír, pensando,¡qué cosas tiene el idioma!


Después de haber pasado por diferentes países de Latinoamérica, y de haber conocido gente de otros más, he optado por la manera más fácil de hacerme entender y de entenderlos: Esto en mi país, se llama así, ¿cómo se llama en este?, ellos me lo dicen, y yo lo anoto en mi memoria, para poder usarla la próxima vez que la necesite y no quedarme con cara de boba, cuando el lampista me dice que se me rompió “pichancha”.
En fin, que sólo hay que acostumbrarse a escuchar y aprender, y si la pichancha se os ha roto, comprad un flotador nuevo para la bomba de agua, y enviadle dingolondangos a la familia del plomero cuando se vaya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gila tenía algunas anécdotas al respecto, que contaba con su singular humor. Me has hecho recordar, con tus palabras y tus sonrisas, una tarjetita que he conservado muchos años y que aún debe andar por casa. En ella se leía las instrucciones sobre cómo uasar el teléfono. Y creo que lo repartía la compañía telefónica de Panamá. Quizás, como conoces el país, puedas recordarlo.

Angels dijo...

No me extrañaría que fuese Panamá, teniendo en cuenta, que a nosotros nos hicieron quedar un Domingo en casa pues estaban haciendo un censo de...bombillas en uso.
Buscalo y tenlo a mano, quizás con el tiempo necesitaremos recordar como era, con tanta tecnología, estoy segura que algún día olvidaremos lo básico. Petonets maco