jueves, 28 de febrero de 2008

SE ACABÓ EL CHOLLO



El simpático animalito:


Adán y Eva, vivían felices en aquel lugar de ensueño, hacían cuanto les venía en gana y la vida discurría feliz y tranquila, eso si, no se acercaban al manzano ni locos pues estos eran temerosos de Dios.
Debe ser porque ver a Dios serio impone, así que al manzano ni arrimarse, que uno nunca sabe que puede pasar.
Un día en que Adán se había quedado haciendo el vago tumbado a la bartola debajo de un árbol, Eva, decidió dar un paseo por la zona para ver si veía algunas fresas, pues le gustaban un montón.
Como andaba despistada mirando por aquí y por allí, no se dio cuenta de que se le había acercado un animal y como este no hacía ruido Eva ni se enteró, el animal en cuestión era una serpiente que llegó con cara, digamos maliciosa, produciendo un ligero siseo cada vez que metía y sacaba la lengua.
Eva no se sorprendió, estaba acostumbrada a que los animales se acercaran a ella y tomando el siseo por un piropo le sonrió picarona y creo que hasta se sonrojó.
La serpiente, entre siseos, le preguntó:
-¿A dónde vas Caperucita?-, ¡Uy!, perdón eso es de otro cuento, lo siento, sigo, sigo con la serpiente.
A ver volvamos a empezar…
-¿A dónde vas Eva?
Y ella, muy desenfadada y totalmente despreocupada le dijo así:
-Pues verás serpiente, las fresas me gustan mucho y aprovechando que Adán duerme, he decido ir a ver si encuentro algunas.
- ¿Y qué otra clase de frutas te gustan de las que hay en el Edén?- volvió a interpelar la serpiente, satisfecha al darse cuenta que la estaba llevando al punto donde ella quería llegar.
Eva, un ser inocente y sin maldad; no la conocía, allí sólo había amor, paz, felicidad, así que no pilló la segunda intención de la serpiente y respondió ingenuamente:
-Pues verás, me gustan todas, algunas más y otras menos, pero si, me gustan todas.
-¿Y las has probado todas?-, volvió a preguntar con aire inocente la serpiente.
Eva siguió con su candor acostumbrado y le respondió:
-¡Oh, si!, bueno en realidad no, todas no, hay una que no hemos probado Dios nos dijo que no lo hiciéramos, así que hemos obedecido y ni nos hemos acercado al árbol.
-¿Y se puede saber porqué Dios os ha prohibido que comáis de esa fruta en particular, quizás no tendrá buen sabor?
Insisto en este punto, Eva no tenía ni idea de lo que estaba pasando, ni conocía de ironía, ni de sarcasmo y mucho menos de segundas intenciones, hasta ese momento nunca se había encontrado en una situación así, por lo tanto Eva contestaba con total honradez a las preguntas de la serpiente, lo digo porque luego las cosas se complican y uno termina cargando culpas para la eternidad.
Sigamos pues con el relato.
-Bueno, -dijo Eva-, Él nos explicó que ese árbol era el árbol de la ciencia del bien y del mal y que si comíamos de él moriríamos, no sabemos muy bien lo que quiso decir con eso de morir pero por la cara que puso, la cosa debe ser muy mala.
¿Lo veis?, os lo dije, me lo imaginaba, no tenían ni idea de lo que Dios estaba hablando y luego pasa lo que pasa, la bendita desinformación, ya decía yo que la cosa no debía estar muy clara para ellos.
Pero mejor continuemos con lo que nos compete, que las cosas del Clero son complicadas y oscuras, y ya se sabe que en asuntos del Señor ellos llevan la voz cantate, no es mi intención contradecir en esta Historia lo que ellos llevan siglos escribiendo y cambiando cuando les llega la inspiración divina.
-¿Sabes algo mi querida amiga?,- siguió diciendo la serpiente-, yo no creo que ese árbol sea tan dañino como dice el Señor.
Eva lo miró con los ojos bien abiertos, no entendía como aquella criatura del Señor podía decir aquello, mientras que la serpiente, que ya os habréis imaginado quien era, continuó con la arenga difamatoria pues ya sabéis se la tenía jurada al Señor.
Así que la culebra se las arregló para llevar a Eva delante del hermoso manzano constantemente cargado de frutos y le dijo:
-Verás, lo que pasa es que si coméis de los frutos de este árbol os volveréis igual que él, tendréis los mismos conocimientos, sabiduría y poder que él y como comprenderás eso no le interesa, pues si coméis de él ya no será el único con esos poderes en este mundo que ha creado, dejando de ser el Dios todopoderoso, que es lo único que quiere ser.
-Por esa razón os ha estado engañando diciendo que moriríais, de esta manera se aseguró de que no lo ibais a tocar, pero nada de eso os pasará absolutamente nada, créeme por que yo conozco sus subterfugios y lo que se trae entre manos.
Eva lo miraba perpleja, no podía creer lo que estaba oyendo, la serpiente le estaba pidiendo mucho, demasiado para lo que ella estaba acostumbrada, primero que desconfiara de Dios y en segundo lugar, que pensara por si sola, que tuviera criterio propio y eso amigos no lo había hecho nunca, ¿Cómo lo iba a hacer, si lo tenía todo hecho?
Porque, que nosotros sepamos ninguno de los dos había tenido que buscarse la vida en el jardín del Edén, hasta ese momento lo único que habían tenido que decidir era bajo que árbol iban a dormir, o que frutas se iban a comer ese día en la comida.
Además ella ignoraba lo que Dios sabía de nuestro “arrastrado” amigo, y no tenía porque desconfiar de aquella serpiente que estaba resultando la mar de simpática, ¿Por qué, cuántos animales habían en aquel lugar que pudieran hablar?, ella no había visto ninguno.
Así que cayó de cuatro patas en la trampa y al decirle la serpiente que no tuviera miedo, que nada iba a pasar, Eva alargó la mano tomó una manzana y la sostuvo entre ellas mientras la miraba detalladamente.
Al principio pensó que se abriría el cielo y aparecería Dios para cumplir su amenaza entre rayos y truenos, pero al ver que el cielo seguía en su lugar y que no había ni rastro de los famosos rayos, confiada se dirigió rápidamente hacia donde Adán dormía placidamente, sin saber lo que se le venía encima.

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domingo, 24 de febrero de 2008

EL GENESIS


De como Dios creó al hombre...

Dejamos a Dios reflexionando sobre cual sería su siguiente paso en esto de la creación, pues pensaba que a ese precioso lugar le faltaba algo y parece ser que encontró la solución, ya que rápidamente se levantó de su sillón y se puso manos a la obra.
Y precisamente es en ese momento donde yo creo que lo fastidió, pienso que debería haber inventado la semana de cuarenta y cuatro horas y haberse ido a descansar después de crear a los animales.
Pongamos atención pues en lo que se dispuso a hacer el Señor y vayamos entrando en materia que esto se pone bueno.
Dios, en su infinita sabiduría pensó que era un desperdicio de energía haber creado semejante cosa, el mundo, y que nadie disfrutase de él.
Así que ni corto ni perezoso se puso manos a la obra, se remangó la túnica y convirtiéndose en el primer alfarero de la Historia, de un montón de barro, creó al hombre.
Yo aquí tengo algunas preguntas que hacer: ¿La pieza de barro que se convirtió en hombre estaba bien seca cuando la metió al horno?, es más, ¿la metió en el horno, estaba este a la temperatura indicada?
Y según dicen, una vez terminada la obra en cuestión de un soplido en la nariz le infundió vida, creándolo a su imagen y semejanza ¡Qué cosas! ¿Verdad?, acto seguido dio la orden a todos los animales de la creación para que se sometieran a él.
Entonces el Señor, muy consciente de que aquella criatura debía tener un lugar apropiado para vivir, y aprovechando dos ríos que había allí, situó el más bello de los jardines con los mejores especimenes de la flora entre ellos, colocando en medio del vergel el árbol de la vida y el árbol del bien y del mal, poniendo al hombre, al que llamó Adán, en medio de aquel esplendoroso lugar.
Después tomó a cada uno de los animales que había creado y los fue colocando uno a uno delante de él para que les diera nombre, así que el pobre tipo nada más aparecer en el mundo tuvo que poner su imaginación a trabajar y nombrar a un chingo de bestias, que según dicen las escrituras son los mismos que llevan ahora, así que su cerebro al menos para nombrar cosas funcionaba.
Luego, los reunió a todos ellos y les dijo que les dejaba el lugar y que vivieran allí en paz y armonía, dejando a Adán como dueño y señor del lugar al que llamó Edén y que a todos ellos, repito, a todos ellos, les dejaba como alimento las plantas, frutos y semillas que allí se encontraban, o sea, vegetarianos.
Y aquí tenemos al primer hombre dando vueltas por el Edén y maravillándose de todo cuanto veía, pero el pobre estaba más sólo que la una y de eso Dios se percató inmediatamente.
Así que muy inteligentemente pensó: -No es bueno que el hombre esté solo-, y paseándose arriba y abajo se puso a buscar una solución al problema.
Hagamos un inciso en este punto pues creo que vale la pena; para mí y creo que para muchas o todas las personas de mi género e incluso del otro, que también las hay, desde luego, es precisamente en ese instante cuando Dios realmente materializó la más grande obra de su creación, es más, creo que con el lío del barro lo único que hizo fue un simple ensayo y que el verdadero trabajo, el más perfecto de todos, fue lo que se le ocurrió en esos momentos; por descontado cada uno es libre de pensar lo que le de la gana, la libertad de pensamiento es mi lema.
Ahora volvamos al relato, decía que Dios estaba investigando como resolver la soledad de Adán, pero no pasó mucho tiempo pues interrumpiendo su ir y venir exclamó:
-¡Ya se!, crearé una pareja para él, ¿pero cómo lo haré?-, pues ya estaba algo aburrido de hacer surgir cosas de la nada, y lo del barro como que lo había encontrado un poco sucio.
Y dándole vueltas al asunto se le encendió el foquito, fue algo bien raro; pero los designios de Dios son suyos y sus ideas de lo más extrañas porque esta fue bastante exótica, pero vuelvo a repetir, son propósitos divinos.
Puso a dormir, apoyado en un árbol, a nuestro amigo que andaba por el Paraíso cabizbajo y compungido y, de una costilla que sacó de no se cual de los dos lados, creó al ser más bello que os podáis imaginar, creó a la mujer y no lo digo porque fuera una mujer, no, que va, la verdad, y siendo honesta, tenía todo muy bien puesto y en su lugar, ¡estaba buenísima!
Una melena frondosa y larguísima de cabello negro como la noche cubría la espalda en su totalidad, labios rojos y carnosos y unos inmensos ojos negros adornaban su cara, cintura de avispa, larguísimas piernas, senos altivos y un trasero redondito y levantado, en fin, que si los cirujanos plásticos hubieran existido se hubieran muerto de hambre con ella para que voy a mentir, ¡una belleza!
El hombre fue despertado por Dios dándole unos ligeros golpecitos en el hombro e ilusionado esperó la reacción del susodicho, no se quería perder la cara del tipo.
El durmiente, claro está, abrió los ojos que al ver a semejante criatura se le abrieron como platos e inmediatamente empezó a babear.
En ese momento y con voz profunda, Dios se dirigió a ellos de la siguiente manera, más o menos así.
-Adán, compañera te doy, Eva, y todo cuanto veis a vuestro alrededor lo he creado para vosotros, gozad de él pues ese es mi deseo, creced y multiplicaros poblad la tierra, os doy libre albedrío para que hagáis lo que os complazca; de eso, habría mucho que hablar.
-Pero…, - siempre los benditos peros -, hay algo en el Paraíso,- continuó diciendo-, que no debéis tocar.
Y con gesto amable, los acompañó hasta un árbol que más tarde y no se porque motivo, acabó llamándose manzano y no veáis el follón que se organizó con el bendito manzano.
Prosigamos, el árbol en cuestión, estaba cargadito de frutos; no creo que haya necesidad que os describa como eran estos al fin y al cabo eran unas simples manzanas, eso si, grandes, muy rojas y brillantes.
-Este,- siguió diciendo el Señor,- es el árbol de la ciencia del bien y del mal, y si coméis de él moriréis.
Y es aquí donde otra pregunta empieza a rondar por mi cabeza:
¿Sabían, Adán y Eva qué era eso de morirse?, porque en realidad ellos no habían nacido y encima eran los primeros seres de la humanidad, y claro, la desinformación hay que tenerla en cuenta, de paso y ya que estamos con las preguntas la siguiente la dejo a consideración del lector: ¿Adán y Eva tenían ombligo?, porque si no habían nacido, ya me diréis, ¿Y si lo tenían, era sólo un adorno?, y esta otra, ¿La manzana en cuestión estaba envenenada como la de la bruja de la Blancanieves?
A todas estas, la noche del sábado ya estaba muy avanzada y Dios cansado, pues se lo había currado de lo lindo, crear todo cuanto conocemos y lo que no conocemos aún en sólo seis días tenía, por fuerza, que haberlo dejado totalmente extenuado y el pobre, aunque no es viejo porque es atemporal tampoco es un chavalito.
Por lo tanto le dio un repaso a su creación por si veía algunos defectos que a lo mejor podría solventar “in situ”, pero todo lo que vio le agradó y se sintió muy satisfecho con su obra; me gustaría saber que piensa en estos momentos de lo que hemos hecho con lo que nos dejó.
Así que el Señor después de largarles el rollo del libre albedrío y de muy buen humor se fue a su nube, después de todo desde allí la vista que tiene del Universo es privilegiada y cualquier desperfecto que pudiera ocurrir en su creación la podría solventar en un abrir y cerrar de ojos, por algo es Dios y todopoderoso, dedicando el día siguiente al descanso, desde entonces quedó el séptimo día de la semana instaurado como el día del Señor para glorificarlo y alabarlo, cosa que como veremos más adelante le encanta.
Después de esta aclaración sobre el descanso divino, volvamos a aquellas dos criaturas que se quedaron en el jardín del Edén a disfrutar de todo cuanto Dios les había entregado, sin tener que preocuparse absolutamente de nada, un verdadero chollo, ¿No creéis?
Y claro, con todos esos regalos, no tuvieron otro remedio que vivir felices, aunque sin comer perdices.
No creáis que la historia termina aquí, continua, pero eso amigos será en otra ocasión, pues por hoy, este cuento se acabo.

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miércoles, 20 de febrero de 2008

EL GENESIS


Dios hizo el mundo en seis días. Hasta el momento nadie se ha podido explicar a qué venía tanta prisa.

De como Dios se puso en faena...

Hace muchos, pero muchos años, es más, hace tanto que ni se sabe cuanto, Dios, decidió que ya era hora que dejase de contemplarse en su infinita Gloria, y se lanzó a crear todo lo que nos rodea, y cuando digo todo, me refiero a eso, a todo, quizás lo hizo porque no tenía nada mejor que hacer y se aburría o porque simplemente así lo quiso.
Dicen por ahí, cosa que yo no aseguraría con tanta vehemencia, que Dios, creó el universo en siete días.
De esos siete días, trabajó sólo seis, pues según nos cuentan, el séptimo lo dedicó al descanso, imaginaros, crear un universo entero ha de ser un esfuerzo impresionante y tuvo que dedicarse a ese cometido con total entrega, por lo tanto, el descanso del séptimo día se lo tenía más que merecido.
Eso si, las cosas como sean, en logística y organización se merece una nota altísima, pero estamos hablando de Dios y no de cualquier chapuzas de esos que andan por ahí, así que no se esperaría menos de él.
Para empezar, creó el cielo y la tierra, pero la cosa estaba muy oscura y el pobre no veía ni donde estaba, así que, separó la luz de las tinieblas, trabajar a ese ritmo y a oscuras ha de ser un follón de mucho cuidado, y claro, con luz, las cosas cambian y uno ya sabe donde debe ir colocándolo todo, bueno, al menos eso creo yo, porque tratándose de Dios uno nunca sabe.
Cuentan que una vez terminado el trabajo y mientras descansaba, contempló la obra realizada y lo que vio le agradó.
El segundo día, el martes, creó el firmamento y así tuvimos la mañana y la tarde, esto está un poco confuso aquí.
¿Cuándo se refiere al firmamento se refiere también a qué creó los astros, estrellas, galaxias y demás cosas que componen el Universo?, porque para que la luz existiera se supone que ya teníamos un Sol y que estábamos girando como locos a su alrededor, ahí la historia no es muy clara que digamos y es por eso que las dudas me asaltan.
El tercer día, o sea, el miércoles, la cosa ya estuvo un poco más movidita, y se dedicó a separar la tierra de las aguas, antes debería ser un jaleo, todo junto en el mismo lugar y además un lodazal, definitivamente trabajar así es muy sucio.
Y así lo hizo y muy acertadamente, pues claro estamos hablando de Dios. Y llamó “tierra” a la tierra y “mar” al conjunto de las aguas; lo de los ríos y lagos, parece ser que no fue cosa de él, bueno, al menos no se especifica nada sobre eso, pero ese día siguió creando, no se quedó ahí la cosa, parece ser que le estaba gustando y le había encontrado el gustillo a eso de la creación, o es que a lo mejor se había dado cuenta que andaba corto de tiempo, no se, de eso tampoco dicen nada las “Escrituras”.
Sin embargo aquello era un erial, un campo seco y yermo, así que pensó, que ahí hacía falta un poco de verde, algo que le diera vidilla y pusiera una nota de color y se puso a decorar con ganas todo lo que veía. Colocó plantas por todas partes, creó árboles de todas las especies, la hierba, arbustos, matas y ¿Porqué no? de paso y ya qué estaba animado, hasta las “malas” hierbas.
De esta manera y en un sólo día llenó la tierra de vegetación, ¡Vaya, qué se lo curró!, menudo trajín ese día.
De las noches y los días, sigue sin hablarse en las susodichas “Escrituras”, así que continuamos sólo con la luz y las tinieblas.
Lo de los astros llegó el jueves, ya me extrañaba a mí que estuviéramos tanto tiempo sin astros, por lo tanto, es ese día cuando de repente aparecen la noche y el día, antes, sólo había luz y tinieblas, y es que por muy Dios que fuera, tenía que ir por partes, aunque en este caso, el orden anda un poco revuelto y yo no lo hubiese hecho así, ¿Por qué no crear todo lo que hay en el firmamento de una vez?, pero bueno, los designios de Dios son divinos y sólo él sabe porque y cómo hace las cosas, no me pondré a discutir con él, desde luego.
De esta manera, pensó, crearé las semanas y con ellas los días festivos y los laborables, demasiados en mi opinión, y así se crearon automáticamente los años y en ellos incluyendo también los meses.
Ahora me asalta la duda sobre el calendario Gregoriano, ¿Cómo se nos puede ocurrir cambiar algo que supuestamente era perfecto?, ¿Fue Dios el qué tuvo un error de cálculo, o es que a los hombres nos dio por saltarnos a la torera lo que él tan sabiamente había creado?; pero eso, vuelve a ser mi humilde opinión, desde luego, Dios me libre de meterme con la Teología y el Clero.
Volviendo de nuevo a las “Escrituras”, parece ser que Dios pensó o dijo, eso no está muy claro, que los astros serían lámparas que iluminarían la noche, como podéis ver, El Creador, pensó en todo, hasta procuró que no fuéramos por ahí dándonos porrazos en las espinillas; y es que Dios es mucho Dios de eso no hay duda.
Señores ya estamos a viernes, y el mundo tenía de todo, mares, tierras, astros, lámparas en el techo, día, noche, días de fiesta, árboles, meses, en fin, de todo, y además todo ello decorado con millones de flores de todos los colores, que desde luego también había creado, así, como quien no quiere la cosa, en definitiva, era verdaderamente hermoso, ¡El paraíso!
Pero…, el changarro estaba vacío, no había ni Dios en él, bueno, él si estaba y además en plena faena y como podéis ver cada vez más animado, así que sin pensarlo dos veces, decidió que debía crear algo que se moviera y que animase el cotarro, no se si me explico.
Y con la mano derecha en el bolsillo, creó a los animales.
Según nos han dicho el Viernes se dedicó solamente a los mares y a los cielos, creando de esta manera los peces y las aves, llenándolos a rebosar de todo bicho viviente que volase o nadase, y les dijo que se multiplicaran, es decir, que fueran fecundos y según nos cuentan, se quedó tan pancho y muy satisfecho de su obra.
Y ahora amigos míos, ahora, y si habéis contado bien, estamos llegando al sábado, o sea, el sexto día.
Recapitulemos, por un lado tenemos la tierra, el mar, los astros, o sea las dichosa lámparas, el día, la noche, la vegetación, los peces y las aves, ¿Qué falta?...
…Pues si, los animales terrestres, claro, ya me diereis a mí de dónde salen si no, el león, el elefante y hasta las tiernas hormiguitas que junto con el mosquito nos joden la vida cuando salimos al campo con la tortilla. Pues él, los creó él, desde luego, ¿quién más?, ya puesto en faena.
Así que pobló la tierra de todos los animales que conocemos, los reptiles, el ganado, los salvajes, los que se arrastran, en fin todos, cualquiera que sea la especie que os imaginéis él la creó, y desde luego, los bendijo como a los otros y les dijo, que se multiplicaran y poblaran la tierra y así ha sido desde entonces.
Fue el sábado por la tarde cuando creó lo que le faltaba a la creación, pero eso ya es otra historia…

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sábado, 16 de febrero de 2008

La primera rebelión


Segunda entrega:

El follón fue de tal envergadura, que por fin, al Señor se le acabó su paciencia infinita, y tuvo que intervenir, aquello había pasado de castaño oscuro, así que decidió que había llegado la hora de ir hasta donde se encontraban aquellos chiflados que seguían arreándose de lo lindo.
Al llegar al lugar y ver la tremenda escabechina que allí se había formado, el enojo fue en aumento y de pronto, de la nube divina empezaron a salir unos rayos sobrecogedores.
¿Podría ser? y esto es de mi propia cosecha, ¿Qué semejante aparato eléctrico, hubiera sido el detonante para el tan traído y llevado “Big Bang”?, sólo son conjeturas mías, desde luego, no es mi intención meterme en Génesis ni demás zarandajas.
Sigamos, estábamos en que Dios se encontraba realmente encolerizado, los rayos salían de la nube por doquier, incidiendo sin distinción en todos los contendientes enzarzados en tremenda bronca, de algunos de los angelicales traseros se podía apreciar alguna nubecilla de humo que se alzaba primorosamente hacia el cielo, el olor a plumas chamuscadas era realmente horrible.
Dios estaba como una moto, nadie lo había visto de aquella manera en todo lo que llevaban de eternidad, que como su nombre indica, no tiene principio ni fin, luego, la cosa ya se hizo más frecuente, y claro, los ángeles se acostumbraron a ella, pero hasta ese momento, su bondad había sido infinita.
Por lo tanto, no se sabe, si debido al nauseabundo olor a plumas quemadas, al aparato eléctrico, o simplemente al hecho de ver a Dios con semejante cabreo, el caso es que pararon inmediatamente de arrearse lirazos o de pisotearse los unos a los otros, y todos ellos quedaron delante de la nube divina, con los ojos como platos y la boca abierta.
Dios, encima de pie encima de su nube les dijo con voz atronadora:
-Parece ser que a vosotros no se os puede dejar solos y que como si fuerais ángeles recién nacidos se os ha de vigilar siempre.
-Creo que esta vez, os habéis pasado tres pueblos-, y aunque por entonces no existían, parece ser que Dios ya andaba con la idea en la cabeza, al menos con esta frase nos da una pista muy clara de ello.
-Parece mentira,- siguió diciendo-, que seáis mi corte celestial, ir por la Gloria arreándoos mamporros a diestro y siniestro, mirad como os habéis puesto, sois muy pocos los que aún les quedan plumas en las alas, parecéis pájaros desplumados.
Ahí tenemos otra clara indicación de que algo barruntaba con respecto a crear este mundo donde estamos ubicados.
-No se que voy a hacer con vosotros, de verdad que no.
Los ángeles, que al principio lo miraban con seriedad, y con el miedo reflejado en sus caras, porque eso de ver a Dios cabreado debe imponer mucho, cuando dijo esas dos palabras de los pueblos y de los pájaros, empezaron a cuchichear entre ellos, pues no entendían de que estaba hablando, ¿qué cosas parecían sin plumas en las alas, se habían pasado tres qué?
Y como si Dios no estuviera de pie, y mucho menos de aquel pésimo humor, se empezaron a preguntar los unos a los otros si alguien sabía de qué estaba hablando el Señor.
Dios tuvo que darles un buen grito para que dejaran de hablar entre ellos y lo siguieran escuchando.
-¿Lo veis?, ¡Qué falta de respeto!, ni siquiera podéis estar callados mientras estoy hablando, creo que como no crezcáis un poco más nunca podré daros la responsabilidad que tengo pensada para vosotros, nunca, todos mis planes se van a ir al garete, no se, no se, bueno, a lo que íbamos.
Esta vez lo dijo claramente, tenía planes…
-Algo voy a tener que hacer, desde luego, esta locura no puede quedarse así.
El pobre, los miraba a todos con tristeza y suspiraba, mientras agitaba a un lado y al otro su cabeza.
De repente se sentó, en ese momento una exhalación de tranquilidad recorrió el lugar, y como que se sintieron más relajados, mientras tanto el Señor se rascaba la cabeza entretanto buscaba una solución a aquel desmadre.
El silencio se hizo eterno para aquellos pobres seres llevados por la locura y el despropósito, mientras esperaban la solución con los corazones encogidos, si es que los ángeles tienen, lo digo por la incorporeidad, no por otra cosa, que quede claro.
Finalmente Dios hizo un gesto con la mano, señal inequívoca de que iba a hablar, el silencio era total, y el Señor habló de esta manera:
-Tu Luzbel, tu que tanto has hablado de que todos somos iguales y que tienes los mismos poderes que yo, a ti, te doy la oportunidad de demostrarlo, no, no pienses que vas a salirte con la tuya y tendremos un referéndum o algo así, no, lo que voy a hacer es darte la oportunidad de que crees tu propio reino, por eso vas a ser expulsado para la eternidad de la Gloria.
-Allí donde te voy a mandar, podrás hacer lo que te de la gana y si crees que lo más indicado es crear una, como dices tu, democracia, entonces hazlo, convoca elecciones, eres libre de hacer lo que quieras, nunca más recibirás “ordenes” mías.
Dijo esto, haciendo la indicación de comillas con los dedos.
-Al resto de vosotros, y para que veáis que no hay rencores de ningún tipo, os doy a elegir, si, os daré la oportunidad de escoger entre Luzbel y yo, pero cuidado, la elección no tiene vuelta atrás, y si alguno de vosotros piensa que se ha equivocado, lo sentiré mucho, pero no habrá otra ocasión para hacerlo. Así que, pensad bien en que bando os queréis quedar, porque tenéis hasta mañana para tomar la decisión.
Otra vez se le había escapado algo, estaba hablando de tiempo, cuando es bien sabido que en la Gloria eso no existe, así que, definitivamente Dios ya tenía en la cabeza crear algo.
Lo que no sabemos es, si ya sabía exactamente que sería, pero basándonos en las historias que están en las Sagradas Escrituras, y teniendo en cuenta que, siempre está cambiando de opinión sobre lo que crea y más tarde destruye, pues será mejor esperar, para ver en que quedaron estas ideas “Genésicas”.
-Y ahora doy por terminada esta reunión, digamos, informativa-, siguió diciendo-, deseo que el grupo de ángeles se disuelva tranquilamente y que no hayan más altercados, y cuando digo que no hayan más altercados, me refiero a la eternidad, es decir, “for ever”-, volviendo a hacer el gesto con los dedos mientras decía estas palabras, y despareciendo, dio por terminada su amonestación.
Desde luego, los ángeles no tardaron en movilizarse, órdenes son órdenes, y en vista del humor que se gastaba, lo mejor era no contradecirlo, no fuera que la cosa se pusiera peor de lo que estaba.
Así que mientras iban abandonando el lugar comentaban el Divino fallo y cuales serían las decisiones que tomarían.
Los hubo, desde luego, fieles a Luzbel y que desde el primer momento estuvieron de acuerdo en abandonar el lugar con él.
Por descontado, los había que no tenían duda de que permanecer en la Gloria era la mejor decisión, pero un gran número de ellos, dudaban que facción escoger.
Por lo tanto, se hicieron grupos de indecisos en muchos lugares del cielo, y no faltaron desde luego, los que se esmeraron en convencerlos para que se decantaran por un partido u otro.
Nunca la Gloria ha estado tan dividida como lo estuvo en ese momento, los ángeles pueden tener sus más y sus menos, claro está, y discrepar en el modo de llevar a cabo algún salvamento, pero nunca sus diferencias fueron tan abismales como en ese momento.
Después de un tiempo prudencial, que para ellos bien podría ser el día siguiente, se volvieron a encontrar en el lugar de la reyerta.
Dios apareció en su nube divina, y todos los que allí se encontraban, permanecieron con los ojos fijos en Él y en el más absoluto de los silencios, en espera de que se manifestara, esta vez permaneció sentado y con voz serena y trascendente pronunció las siguientes palabras:
-Espero que el tiempo que os di haya sido más que suficiente, aunque se que las decisiones de este tipo son difíciles de tomar, todos deberíais saber quienes sois y que es lo que queréis en todo momento, por lo tanto, no voy a influir en vuestra determinación bajo ninguna circunstancia, sólo os pido una vez más que estéis seguros en el momento de tomarla, pues como os dije ayer, no hay marcha atrás, vuestra elección será respetada por mi y por cada uno de los presentes, sea la que sea, en ningún momento, y bajo ningún concepto, se os echará en cara vuestra preferencia, porque es la vuestra y será aceptada por todos y para toda la eternidad.
-Ese es mi deseo, esa es mi decisión, ese es mi mandato, aquí y ahora, por los siglos de los siglos.
Entonces llamó a Luzbel ante su presencia y le dijo que se colocara a un lado de la nube, y dirigiéndose al expectante grupo de ángeles les dijo así:
-Y ahora, lo único que me queda por decir, es que los que estén de acuerdo en seguir a nuestro querido Luzbel, deberán situarse a su lado, y los que estén decididos en seguir conmigo en la Gloria, que se coloquen al pie de mi nube.
Por un momento reinó el más absoluto de los silencios, nuestros amigos se miraban unos a otros con caras confundidas, pero la perplejidad duró poco, pues Adolfel dio el primer paso colocándose al lado de Luzbel, esto hizo que los demás reaccionaran y empezaran a moverse, unos hacia donde estaba el insurrecto y los otros bajo la protección de Dios.
Hubo varios casos de ángeles que ya se encontraban en las filas del revolucionario, y que según parece, en el último momento se lo pensaron mejor, modificando su decisión.
El Señor dejó pasar un tiempo prudencial y cuando vio que ninguno de ellos volvía alterar su situación, entonces habló de esta manera:
-Alea jacta est.
Que para los no familiarizados con el Latín, quiere decir, “La suerte está echada”, frase, que más tarde se apropiaría el gran emperador romano, Julio Cesar, y que como no viene a cuento cuando la dijo, pues tampoco hace falta contarlo.
-Los que os habéis quedado bajo mi protección, debéis de saber que sois nuevamente bienvenidos y que vuestra elección deberá, como ya he dicho antes, ser respetada por todos los demás.
-Y a los que se han incorporado a las filas de Luzbel, los despido con lágrimas en los ojos, sois mis hijos, y os quisiera a todos conmigo en todo momento, pero si ha llegado la hora en que debemos separarnos, que así sea. Os deseo la mejor de las suertes, pero aún así, recordad que siempre seréis mis hijos.
Aquello se convirtió en un melodrama, todos lloraban a moco tendido y se abrazaban mientras se despedían
-Y ahora, -empezó a decir de nuevo-, Yo, os mando a un lugar que he creado expresamente para vosotros, los abismos, lo que hagáis en él, es cosa vuestra ya que querías libertad de expresión y todo eso, allí la tendréis, Luzbel será vuestro, digamos, jefe, y si no os gusta, ya sabéis que siempre podéis hacer una elecciones y escoger a otro.
Y así fue como mandó a todos los sediciosos a la calle, si, si, así como lo oís, los mandó a la calle, bueno, calles no había, pero la metáfora sirve, le va al pelo en este momento.
-Antes de iros, debo hablar a solas contigo, -le dijo a Luzbel-, necesitamos aclarar algunos puntos.
Y diciendo esto, hizo subir a su nube a nuestro amigo y se pusieron a hablar en voz baja.
Dios y Luzbel estuvieron hablando durante mucho rato, parece ser que el Señor lo puso en antecedentes sobre la idea que le rondaba por la cabeza referente a la creación de todo lo que conocemos, allí fue donde decidieron como iba a quedar todo eso del reparto de almas y que todos vosotros sabéis como funciona.
En este momento surgió un problema logístico; pues como ya sabemos, los Ángeles son puros y castos, y por lo tanto brillan por la pureza de sus almas, estos también lo eran, caídos, pero ángeles al fin, por lo tanto, en algo debían distinguirse.
Así que, para diferenciarse los unos de los otros, Dios que es listísimo, les puso rabo, cuernos, y convirtió su piel en un rojo intenso, y desde luego, nada de alas, liras, túnicas, y mucho menos coronitas doradas , ni alta costura.
Una vez aclarados todos los puntos a tocar con Luzbel, Dios dio por terminada la reunión y les dijo a todos los presentes que se despidieran.
Los abrazos fueron efusivos, daba pena verlos llorar desconsoladamente, pues ninguno de ellos sabía que pronto volverían a verse y que además, por una jugarreta de los dos grandes, estos serían enemigos toda la eternidad.
Así que los que fueron hermanos, a partir de ese momento, pasaron a ser los más grandes enemigos y todo en bien del negocio. ¡Qué cosas, Dios, qué cosas!
Desde entonces Luzbel ha sido considerado como el ángel caído por excelencia, lo que nadie nos ha dicho y que yo me imagino, es que en el averno se debe sentir muy sólo, pues todos los ángeles que se fueron con él andan muy ocupados haciendo mil y una diabluras y de juerga en juerga, así que no deben tener tiempo de preocuparse de él, ya se sabe, el poder a veces te deja en la más grande de las soledades.
Este suceso no ha transcendido hasta nosotros con todos sus pormenores, pero yo lo describo así porque tengo mucha imaginación, y como se que en todos estos relatos hay mucha ficción, si de historias e imaginación se trata, yo también puedo poner mi granito de arena, ¿no?
Y aunque por mucho que nos hayan hecho creer en esta sedición, no me trago que Dios tuviera fallos tan tremendos en sus creaciones y que entre sus más fieles adeptos pudiera existir alguno que no fuera perfecto.
En fin, que después de este suceso quedaron instaurados para el beneplácito de muchos, “el bien y el mal”, y a los mortales que no hemos recibido ningún tipo de inspiración divina, lo único que nos queda por decir es…
¡Amén!

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martes, 12 de febrero de 2008

La Primera rebelión



Primera entrega.
Al inicio de los tiempos, cuando no existía nada de lo que conocemos, sólo estaba la Gloria, allí todo era paz y armonía, y Dios en su infinita bondad y sabiduría presidía el lugar donde los ángeles lo adoraban y glorificaban.
Eso es lo que nos han contado, pero no siempre fue así y hubo una época en que reinó la confusión y el caos más tremendos, ocasionados por una historia de envidia y celos, que de todo hay en la viña del Señor.
Uno de estos ángeles, en realidad, el de mayor grado después de Dios, tenía las funciones de controlar el cotarro en el Paraíso, él conocía a la perfección de que iba todo y que es lo que se debía hacer en todo momento; poca cosa, teniendo en cuenta de que sólo se encontraban ellos en aquel paraje.
Este ser en cuestión, y no se sabe por que motivos, empezó a tener una envidia tremenda del Señor, y debido a eso había llegado a la conclusión de que todos, en ese mundo de eterna glorificación eran capaces de hacer lo mismo que Dios.
Debido a esto, empezó a tomar las órdenes del Creador bastante a la ligera; porque eso de tener que alabar eternamente a alguien y encima de eso, tener que estar toda la eternidad con cara de perpetua beatitud, pues no le parecía bien del todo.
Si en aquel entonces hubieran existido los psiquiatras, creo que lo hubieran podido diagnosticar como un psicótico maníaco y si no, seguid leyendo y ya me diréis.
El pensaba que allí todos eran iguales y que, por lo tanto debía imperar la más sublime y pura de las democracias, y que aquello se había convertido en una dictadura, muy bien decorada, eso si, pero dictadura al fin, mucha música de liras, muchas coronitas de oro en las cabezas, muchas túnicas de alta costura, pero al fin y al cabo un totalitarismo sin precedentes.
Además había empezado a pensar que Dios se la tenía jurada y que no hacía más que darle trabajos inútiles para tenerlo apartado, pues Él sabía que Luzbel se había enterado del juego que tenía el Eterno entre manos.
Así que nuestro amigo, se había ido calentando poco a poco, y si Dios le decía que hiciera algunas cosas, él lo hacía de mala gana y con cara de pocos amigos.
Dios, que se había dado cuenta de que últimamente Luzbel estaba raro, no le prestó mucha atención, pensando muy sabiamente, que tarde o temprano todo volvería a su lugar.
La mano derecha del Creador se sentía deprimido y defraudado y encima vigilado, pues insistía que había un grupo de ángeles mandados por el Señor para seguirlo y vigilarlo por todas partes, y además el pobre no podía sacarse de la cabeza la idea de que Dios sería el número uno por los siglos de los siglos, por lo tanto el pensar de que no le serviría de nada trabajar con tanto ahínco, tampoco lo ayudaba.
No pudiendo callar por más tiempo, empezó a hablar con sus amigos más íntimos, ya se sabe, no se puede tener la boca cerrada por mucho tiempo, si uno se siente de esta guisa.
Al principio, estos le dijeron que todo eran ideas locas, y que tenía una depresión de caballo, y por eso lo veía todo de color negro, por eso le aconsejaron que dejase pasar el tiempo y vería como se sentiría mejor, pero el tiempo fue pasando y el pobre no veía ninguna mejoría.
Sus amigos, preocupados por él, intentaban por todos lo medios alegrarlo; interpretaban las más bellas melodías que nuestros oídos hayan escuchado jamás, le contaban historias de los más recónditos lugares de la Gloria, en pocas palabras, que procuraban mantenerlo distraído con mil y una cosas. Las piruetas que realizaban mientras volaban para él, eran algo digno de verse, aunque de vez en cuando se jugaban el tipo con ellas; más de una vez, alguno de ellos estuvo a punto de descalabrarse contra algún grupito, que los miraban embelesados, mientras que nuestro amigo seguía con cara triste y compungido, sin importarle lo más mínimo el riesgo que corrían para animarlo.
Nada de cuanto hacían conseguía que este se sintiera mejor, al contrario, cada vez lo veían peor, pero ya no se trataba de depresión, aquello estaba comenzando a sonar a desacato, pues el tipo en cuestión estaba empezando a desobedecer las órdenes de Dios, llegaba cuando le daba la gana si este lo llamaba, o simplemente lo ignoraba, pero el Futuro Creador, seguía con su paciencia infinita y se lo pasaba todo.
Pero Luzbel seguía cada vez peor, y al poco tiempo comenzó a poner en práctica una idea que, poco a poco había tomado forma en su cabeza, la rebelión.
Así que convocó a un grupo de ángeles, y subido a una nube, les dio esta explicación:
-Hermanos míos, creo que es mi deber informaros, que las cosas en este lugar no son como nos han estado haciendo creer, ni mucho menos.
-Debéis saber, que nuestros pasos están guiados por un dictador, un ser que nos tiene a todos engañados y que consigue, a base de tretas disfrazadas de palabras dulces, que hagamos lo que le da la gana, nos ha vendido el cuento de que él es Dios, y que tiene poderes superiores a los nuestros, con la sola intención de tenernos en sus manos, y hacer que le demos tantos caprichos como se le ocurran.
-Amigos, yo os digo que esto no puede seguir así, que debemos tomar conciencia de quienes somos y por supuesto de quien es él, no olvidéis que es uno de nosotros, sólo uno más, pero que con sus patrañas de divinidad, nos va a tener a todos adorándolo para la eternidad.
El impacto de su arenga fue tremendo, y más de uno cayó desmayado ante la naturaleza perturbadora de las palabras de Luzbel.
Una vez terminó de exponer su punto, nuestro amigo, sin preocuparse lo más mínimo por la conmoción causada, se bajó de la nube y se dispuso a marchar.
Pero un grupo bastante alterado lo estaba esperando, para decirle lo que pensaban sobre la exposición de marras, habían decidido que hablaría un ángel llamado Eclesiael, ya que su don de palabra era bien conocido por todos.
-Mi querido compañero,-dijo Eclesiael-, hemos escuchado con atención lo que nos has venido a contar, y ha sido tal la impresión que nos has causado, que has conseguido que se nos pusieran de punta las plumas de las alas, lo que has dicho no tiene sentido y has de saber, y hablo en nombre de todos los presentes, que no es normal que vengas a contarnos semejantes chorradas, más bien creemos que estás enfermo y que deberías hablar con el Señor, para que te relevara de tu cargo por un tiempo, al menos, hasta que te sientas mejor y no digas más despropósitos, mientras tanto, estamos dispuestos a apoyarte en lo que necesites, y si es necesario, todos nosotros nos haremos cargo de tu quehaceres para con el Señor.
-Sólo espero por tu bien, que Dios no haya oído la cantidad de sandeces que han salido de tu boca en tan poco rato.
Luzbel, muy en su lugar, se los miró con cara de desprecio, y les dijo:
-Sabía perfectamente que esto iba a pasar, os tiene el coco comido y no os dais cuenta de nada de lo que está ocurriendo aquí, pero tiempo al tiempo, ya me diréis más adelante; de momento, os puedo decir, que ya me tiene harto Él y todos vosotros con vuestras eternas caras de beatitud.
Y dando por terminada la conversación, dio media vuelta y emprendió el vuelo
Parece ser que el Señor, estaba en pleno concierto, y debido a que los músicos estaban en ese momento entrando en un “andante con moto” un poco ruidoso, no oyó ninguna de las palabras, que Luzbel había dirigido a aquel reducido grupo de ángeles.
Los días fueron pasando y desde luego en el cielo no se hablaba de otra cosa que no fuera la perorata sin sentido del ángel insurrecto.
Luzbel y sus ideas revolucionarias eran la comidilla del Cielo. Nadie en su sano juicio, se había atrevido jamás a hablar de semejante manera de Dios, por lo tanto, las palabras de nuestro amigo corrían en boca de todos y en poco tiempo, ya que esas noticias vuelan hasta en la Gloria, todo el personal alado de cielo, conocía a la perfección cada uno de los disparates que este había dicho.
Pero nuestro amigo no se dio por vencido, y siguió con sus soflamas subversivas, predicando sus ideas cada vez más frecuentemente.
Al principio siempre estaba sólo, se trepaba a una nube, y en un monólogo delirante y a voz en grito soltaba su perorata, y cuando terminaba, con cara de haberse quedado descansado, se impulsaba con sus alas y se alejaba del lugar.
Si Dios no se había enterado del revuelo ocasionado en el cielo, no tardó en hacerlo, pues ya se sabe, gente chismosa la hay en todas partes, y un ángel que le encantaba meter las narices en todo, se acercó al Creador y le contó con pelos y señales lo que estaba pasando en su reino, a lo que Dios le contestó:
-Parece mentira mi querido Cizañel, que me vengas a contar estas cosas, nunca pensé que uno de mis hijos pudiera hacer esto a otra de mis criaturas, espero que esta sea la última vez que algo así sucede, no hagas que me sienta defraudado, debes saber que yo ya me enteré de todo esto, por algo soy Dios, recuerda que soy omnipotente y omnipresente, se lo que Luzbel está diciendo por ahí, pero no me importa, yo se bien quien soy, y no necesito ir dando explicaciones, ya verás Cizañel, él volverá otra vez a ser como siempre, ahora ve con tus compañeros y no vuelvas a acudir en mi presencia si no es para glorificar.
Pero las cosas empezaron a complicarse cada vez más, pues muchos de sus compañeros, empezaron a aparecer como por casualidad en los lugares donde Luzbel daba sus discursos. Al principio, fueron dos, luego unos cuantos más, pero el número fue en aumento y ya se podían contar por miles los asistentes a tal tipo de eventos, en realidad y teniendo en cuenta el censo angelical en la Gloria, acudían en mogollones.
Luzbel estaba consiguiendo lo que quería, él buscaba la desobediencia de todos los ángeles de la Gloria, no eran todos, desde luego, pero las manifestaciones eran multitudinarias, y se podía ver a los ángeles disidentes portando pancartas con frases en contra de la dictadura divina, gritando consignas y saltando de nube en nube, mientras intentaban convencer a otros ángeles para que se unieran a las protestas.
Dios no se metía para nada, esperaba que las cosas volvieran a su lugar por si solas, pero tal como estaba la situación, lo mínimo que se podía esperar, es que muy pronto hubiera un golpe de estado en el cielo.
Los ánimos de todos los ángeles estaban alterados, tanto en los de un bando como los del otro, pues como era de esperar, se habían formado dos grupos.
Como supondréis, la Gloria no era la de antes, pues los ángeles, exaltados por estas arengas incitadoras empezaron a revelarse, ya no tocaban la lira con el mismo amor y empeño que lo hacían anteriormente, sus cantos de Gloria ya no ensalzaban al Creador, si no que se trataban más bien de panfletos difamatorios.
Un día, o noche; no se sabe muy bien, pues Dios no había creado aún el tiempo, Luzbel estaba en medio de uno de sus acostumbrados mítines políticos, diciendo como siempre cosas como estas:
-Dios lo que quiere es manejar el cotarro aquí, pero eso de que él es el único con poderes, eso, no es cierto, aquí, todos somos iguales y puedo prometer y prometo, que todos tenemos el mismo poder, lo que pasa es que nos manipula con sus aires de grandeza y a unos cuantos os tiene acogotados y en la mano.
-¡Compañeros, no debemos permitir que él se erija con el poder!, -decía con el ánimo encendido, -¿Si es tan bueno como dice, porqué no celebra unas elecciones justas y que nosotros seamos quienes elijamos a nuestro líder?, es más, creo que para empezar, tendríamos que organizarnos y fundar partidos, el de los seguidores del Señor y desde luego el nuestro, me ofrezco voluntario para encabezar la lista del partido Comunista Celestial.
-¡Digamos no a la dictadura Divina!, ¡Vayamos todos hasta su nube y expongámosle nuestros derechos!
Como os podéis imaginar y debido a la cantidad de proclamas, los ánimos estaban bien calentitos, todos los ángeles que se habían unido a Luzbel, y a voz en grito, coreaban las mismas consignas:
Estos se encontraban en una enorme nube y como todos escuchaban a Luzbel con el ánimo enfebrecido, nadie se percató que había llegado al lugar un grupo del otro bando, algo extremista, con ganas de disturbios y que, decididos a darles una lección, fueron rodeando al grupo de insurrectos.
Estos esperaron a que Luzbel terminara su arenga, y cuando finalizó su proclama, empezaron a cerrar poco a poco el círculo.
Por un quítame esas pajas, formaron un cirio impresionante, primero llegaron los insultos, algo inaudito entre ángeles, más tarde los encuentros cara a cara. El ambiente estaba realmente caldeado cuando uno de ellos, increpó de mala manera a otro sobre la forma en que tenía colocada la corona en la cabeza, pues debido a la euforia, se le había ladeado ligeramente.
Así que el otro, dejándose llevar por el ardor del momento, se sacó la coronita que flotaba ladeada en su cabeza y con ella, le arreo un mamporro en la cara al ángel provocador.
La respuesta no se hizo esperar, y tomando la trompeta con la que solía agasajar a Dios, el otro le propinó tal golpe en la cabeza que lo dejó tendido en el suelo.
Cuando los compañeros del yaciente se percataron de lo que había ocurrido, se abalanzaron sin pensarlo dos veces sobre el agresor, desde luego, los ángeles que los rodeaban, no necesitaron invitación y arremetieron frenéticos contra los otros.
Aquello, señores, era un pandemónium de ángeles, un quilombo ¡vaya!, y claro, no se distinguía quienes eran de un bando y quienes del otro, y aunque todos son físicamente diferentes, en el fragor de la reyerta, no se podía identificar quien era quien.
Los lirazos iban y venían por doquier, se arrancaban las plumas de las alas unos a otros, y miles de ellos quedaron totalmente desplumados.
Si la cosa ya era caótica de por si, la ingente cantidad de plumas que flotaban por el lugar, empezó a pegarse a las pieles sudorosas de los contendientes, así que el aspecto que ofrecían, era el de unas gallinas a medio desplumar, cosa que no les favorecía en absoluto, desde luego.
Los puñetazos que se arreaban eran tremendos, y debido a su incorporeidad salían volando, pero una vez en el aire se lanzaban en picado sobre el amasijo de ángeles y arremetían a golpes contra el primero que encontraban al volver a la nube.
Los aritos de sus cabezas rodaban por todas partes y miles de ellos, terminaron irremediablemente aboyados por los pisotones de los enardecidos ángeles que allí se enfrentaban; los rizos que tan graciosamente cubrían sus cabezas, quedaron lacios y alguno terminó con más de un claro en la cocorota, debido a los tirones de pelo que estos se propinaban.
Amigos, un caos, un verdadero caos, en fin, para que seguir contando.
Aquello era impensable, era un espectáculo tan inusitado como vergonzoso. Pues según nos cuentan, estos seres son de una bondad sin parangón, y en sus caras está eternamente dibujada una sonrisa seráfica.
Lo que aquí demuestra, que por mucho que nos esforcemos en poner cara de Yogui en Nirvana, todos tenemos un lado oscuro, y que tarde o temprano este sale a la luz, y por muy cielo que sea, y por muy puros que sean sus habitantes, cuando se trata de fanatismos, por lo visto, ni la Gloria se salva.
La refriega, si se le puede llamar así, fue de las que hacen época, nunca, en toda la eternidad, se había visto algo así en la Gloria.

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jueves, 7 de febrero de 2008

Retrato divino



Seguro que cada uno de nosotros se ha formado en su mente una imagen de Dios, y que cada uno de nosotros tiene una forma diferente de ver a este ser, energía o lo que sea que haya creado el universo.
Pero eso no quita para que desde chiquitos nos mostraran la imagen de un hombre, Dios ha sido representado con la imagen de un venerable anciano con barba y pelo largo y ondulado completamente blanco; supongo que por los disgustos que le damos los mortales, y un triángulo con un ojo dentro sobre su cabeza, el cual no tengo ni idea para que sirve, no me cabe la menor duda de que el Clero lo debe saber, y que debe ser muy importante, tratándose de Dios, ya me diréis, no creo que simplemente se trate de un ornamento para su divina Testa.
Triángulos aparte, el caso es que mucha gente, realmente, piensa que esa es la imagen de Dios, y por si fuera poco, que este se encuentra en el cielo, rodeado de los acólitos que se han ido uniendo a él durante estos dos milenios, y por supuesto de una cohorte de seres angelicales.
También se nos ha dicho que se encuentra sentado, supongo que en algún sillón bien cómodo, pues si está así desde el inicio de los tiempos y para toda la eternidad no habrá escogido una silla, vamos digo yo, me imagino también que tendrá su nube privada junto con los más cercanos, sentados a ambos lados del creador , sin olvidar la palomita blanca volando sobre sus sacras cabezas, y que desde allí debe estar al tanto de todo lo que pasa.
En su mano; no se cual de ellas, pero supongo que la izquierda; me lo imagino diestro, ¿Quizá porqué durante siglos se ha considerado el lado izquierdo cómo el lado regido por el maligno?, en esa mano, decía, y descansando encima de su Divina rodilla, tiene un libro enorme, como el de Petete, pero a lo bestia.
Parece ser, que desde que nos creó y se lió lo de la serpiente, a lo único que se dedica es a anotar el más mínimo desliz por nuestra parte, o la falta que hayamos podido cometer, y esta quedará inmediatamente registrada en el librito de marras con fecha y hora y, según dicen, se nos pasará factura a la hora de entregar el cuerpo que ocupamos.
Y aunque es omnipresente, no lo vemos, pero eso si, tiene por costumbre aparecer sin avisar, lo se, no es muy educado en eso, pero qué queréis, es Dios, y cuando aparece, habla con voz atronadora, cosa que hace, que los protagonistas de tan divina visita, se lleven unos sustos tremendos, además cuando se presenta no es para pedir, es para exigir y nunca pregunta si hay algún inconveniente en lo que nos demanda, llega ordena y se va, y cuando regresa, es muy posible que haya cambiado de opinión, y si no que se lo pregunten a Noé.
Le encanta que lo adoren y le canten himnos de Gloria, pero sobre todo le gustan los asados, sea de la carne que sea, lo que no se sabe es en que término la prefiere y si le gusta ponerle alguna salsa.
Pero si esto fuera poco, una amiga, muy informada en cosas divinas, me contó una vez con la seguridad que le daba la inconsciencia que:
El Diablo debe pedirle permiso a Dios para fastidiar a los mortales, yo que tengo una fantasía desbordante, rápidamente me imaginé la situación, que vendría a ser algo así como:
-Señor, tengo ganas de joder un ratito a Fernández, el del segundo primera, ¿Te importaría que lo hiciera, o prefieres que lo haga en otro momento?
A lo que el Creador le respondería muy en su lugar:
-Está bien, pero no te pases, creo que a Fernández le están yendo muy bien últimamente, un poco de caña no le vendría mal, no sea que se acostumbre y luego se ponga a pedir más y más, si, si, estoy de acuerdo.
-¡Anda ve!, pero cuidado, que te conozco.
Y el diablo saldría contento, meneando el rabo, camino a donde se encuentra el pobre Fernández a joderlo por un ratito.
Ahora que ya tenemos el retrato robot de nuestro Creador en su privilegiado lugar, y antes de que pase a relataros la primera de las historias, para poneros en antecedentes, os contaré algo que creo que es muy importante para que podáis comprender mucho mejor de donde sale uno de uno de los personajes de estas historias y a veces, según dicen, culpable de todas las penurias de sus protagonistas.

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domingo, 3 de febrero de 2008

Vox Dei


«La mentira es la ofensa más directa contra la verdad. Mentir es hablar u obrar contra la verdad para inducir a error al que tiene el derecho de conocerla. Lesionando la relación del hombre con la verdad y con el prójimo, la mentira ofende el vínculo fundamental del hombre y de su palabra con el Señor»

Con estas palabras que la Iglesia usa para definir la verdad, quiero introducir mi particular visión de uno de los libros más importantes de la historia que, se nos ha venido narrando por siglos y en el que se nos ha obligado a creer.
No voy a negar con estas palabras la existencia de Dios, ni tampoco es mi intención hacerlo, lo que si voy a hacer es negar la existencia de su Dios, creado por un grupo para su propio beneficio y poder, un Dios que castiga, vengativo, sanguinario, necesitado de sacrificios, con una moralidad un poco extraña para ser el Creador y Padre de toda la humanidad.
Son un conjunto de historias, que no tienen orden cronológico pero si un montón de errores, que en general, se pueden achacar más a la astucia y a la falsedad que al desconocimiento, y que fueron recopiladas por un puñado de gente que por medio de ellas, sabiamente modificadas, nos han tenido durante milenios literalmente en sus manos y que en el nombre de Dios, manipularon los destinos de miles de personas para alzarse con el poder absoluto.
Tampoco es mi intención poner en entre dicho la fe de millones de personas, pues cada uno es libre de creer y de pensar lo que quiera, y es precisamente esa libertad lo que me trae hasta aquí.
Así pues, voy a dar mi propia versión de algunos de estos libros (los más conocidos por todos), si estas personas pudieron hacerlo, yo también.

Las personas de las que estoy hablando modificaron las leyes de Dios de la Torah, borrando el segundo mandamiento, “No idolatrar”, aunque estos son un plagio de un tratado de vasallaje Hitita, de esta manera podía ampliar su negocio, agregando una cohorte de santos y Vírgenes a quien adorar, debo añadir también que todas las profecías hechas por los profetas, han sido escritas por otras personas, pero cuando estas ya habían ocurrido, el libro está lleno de repeticiones y de cosas sin sentido.
El nacimiento de Jesús por una virgen fertilizada por Dios, fue un mito pagano muy corriente en todo el mundo muy anterior a Jesús, así como el decorado pagano habitual (Señales celestiales, magos, pastores, un rey que persigue al niño divino), junto con la figura del Jesús-Cristo, fue constituido según el modelo pagano de los dioses solares (Horus, Mitra…)

Ocultaron durante siglos el conocimiento, llegando a destruirlo e incluso prohibiendo la lectura de “la palabra de Dios”, simplemente para que la gente no empezara a dudar de esa “palabra”; ya que si no tenemos la oportunidad de conocer, creeremos ciegamente lo que en ella está escrito, o lo que a ellos les interesa que creamos.
Crearon equipos de persecución contra la gente que “pensaba” y en nombre de Dios se efectuaron las más grandes carnicerías, diciendo que Dios así lo había ordenado o lo que es más descabellado, que es la palabra de Dios.
En el nombre del Señor, se organizaron cruzadas para erradicar la “herejía” de la faz de la tierra, ya que ellos creen ser los únicos y exclusivos poseedores de la verdad, y el que fuera a luchar por esa “verdad” iría directo a la Gloria sin tener que preocuparse del castigo eterno, invención de ellos mismos para mantener al pueblo bajo su férula.
Y por si esto fuera poco, el androcentrismo fue tal, que organizaron una cruzada contra la mujeres, llevándolas a la sumisión y a la anulación, miles de ellas murieron quemadas por brujas, simplemente por ser poseedoras de un conocimiento ancestral, se nos ha tratado de seres inferiores, bobas y han tenido a la desfachatez de decir que: la mujer no puede recibir ordenes divinas ya que por su naturaleza se encuentra en condiciones de servidumbre, San Agustín y el mismo Santo Tomás llegaron a decir que las mujeres no poseemos la imagen de Dios y que sólo por el reflejo del varón es que la recibimos, fuimos considerados seres inferiores y malignos, aún hoy hay prelados y sacerdotes que siguen pensando lo mismo.

Han conseguido el poder, pero lo han hecho de la peor manera que se puede hacer, manipulando, nos manipularon con lo único contra lo que el hombre no puede luchar si no es por medio del conocimiento, el miedo y la culpa, y se sacaron de la manga el pecado original, el infierno, el castigo eterno y los pecados, que por supuesto, sólo ellos tienen la potestad de perdonar por inspiración divina, imponiendo un castigo para su redención, llegando a crear un listado de pecados que podían ser anticipadamente perdonados previo pago de una bula, “Taxa Camarae” del Papa León X .
En resumidas cuentas, esta gente se erigió en la conciencia de Dios en la tierra y desde cientos de años se creen especialmente elegidos por Él e investidos sacra y eclesialmente y los únicos mediadores posibles entre el ser humano y Cristo, supongo que para vigilar que lo que Dios “ate” en el cielo, sólo lo puedan desatar ellos en la tierra, siempre y cuando les produzca beneficios, eso si.

Para mi Dios, es un ser dador de vida, al que lo único que le interesa es que sepamos en todo momento quienes somos y que queremos ser, que pensemos libremente y que tomemos nuestras propias decisiones, pues por eso se nos dice que nos dio libre albedrío, y el libre albedrío para mi, no tiene condiciones.
Para finalizar esta introducción, usaré una frase de Pepe Rodríguez, sacada de su libro: Mentiras fundamentales de la Iglesia católica:
“La verdad os hará libre” (Jn 8,32), la mentira creyentes.

Nota: Alguna información de este texto la he conseguido en la página Web de Pepe Rodríguez, los párrafos entre comillas, han sido tomadas textualmente de la Biblia, y son la palabra de Dios, algunos post son largos, pero espero que los disfrutéis leyéndolos como yo lo disfruté escribiéndolo.

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sábado, 2 de febrero de 2008

¡Esta Tarde Fiesta!




Hace unas semanas mi esposo, Ralph, sufrió un desprendimiento de retina, aunque no voy a escribir sobre eso, si no de nuestra estancia en un Hospital de Kuwait.

Para empezar, os diré que no fue posible tener un cuarto privado, a no ser que lo hubieramos reservado con tiempo, y claro, a la retina de mi marido no le dio la gana de informarnos anticipadamente que había decidido desprenderse y lo hizo sin avisar, por lo tanto no teníamos habitación reservada, y fue instalado en una con seis camas y sus respectivos pacientes.Esa misma tarde hice la reserva para una de ellas, pero como el paciente autóctono tiene prioridad y mi marido no es kuwaití, ni desgraciadamente el dueño de ningún pozo de petróleo, pues no hubo ninguna para él.

Ingresó en el Hospital a mediodía, a media tarde nos hicieron salir del cuarto, pero no sólo a nosotros, si no a todos, de hecho sacaron todo lo que había en la habitación al pasillo y se pusieron a limpiar, una vez todo limpio y reluciente, fueron metiendo camas, armarios y demás muebles, y los enfermos, los que podían hacerlo solos, fueron entrando con la resignación de los conocedores de lo que significa limpiar a fondo en un Hospital.

Pero lo que de verdad nos dejó sorprendidos, fueron las visitas, aquello no son visitas, más bien se trata de invasiones, llegan en bandadas, con comida, termos con té, cajas de litros de leche, me refiero a esas cajas con doce tetrabricks de leche, pasteles enteros, platos, vasos y demás enseres, lo único que les falta es que desenrollen las alfombras y se sienten en torno a la cama del doliente, pero sólo los adultos, pues los niños, que también vienen en cantidades, corren por los pasillos.
Hacía poco que le había dicho a mi hijo que no levantara la voz para no molestar a los enfermos, pero os puedo asegurar que más tarde éramos nosotros los que teníamos problemas para entendernos en nuestro cubículo, pues la cama tres tenía un sarao digno de las mejores verbenas, y como no podían ser menos los otros, pues la dos y la cinco se unieron al festejo, así que ya os podéis imaginar el follón que había en la habitación, y ya que las fiestas eran privadas, y cada cama tenía la suya propia con sus respectivas visitas multitudinarias, aquella habitación parecía el metro en hora punta, y después de aquellas visitas multitudinarias, comprendí el afán de limpiar las habitaciones concienzudamente.

A todo eso, las enfermeras iban y venían sin decir nada, supongo es lo más normal del mundo por estas latitudes, y hasta creo que se sintieron extrañadas de que nosotros, los extranjeros, no organizáramos ningún guateque, aunque eso si, me llevé un termo con café caliente pues os puedo asegurar que el frío era insoportable y si en la calle estábamos a quince grados, dentro no alcanzábamos los diez, eso me hizo entender porque esta gente iba constantemente con sus disdashas hasta para dormir, incluso había uno que se ponía el abrigo cada vez que se levantaba de la cama.

Debo reconocer que entre el caos de las visitas y las limpiezas de habitación, el personal es altamente cualificado y muy amable en todo momento, todos los instrumentos que se usaron durante la operación son de la más alta y moderna tecnología, y el Oftalmólogo que lo atendió hizo su trabajo con profesionalidad y seguridad.

Así que desde aquí, que tanto he hablado de Kuwait y sus habitantes, os puedo decir que aunque esta gente parece que acaban de bajar del camello, en lo referente a la sanidad están en la cima en tecnología punta, que no todo ha de ser malo.

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